Juegan fútbol con las cabezas de los presos decapitados en la cárcel de Brasil (video)

Por Jesús de León
30 de julio de 2019 6:53 PM Actualizado: 30 de julio de 2019 6:53 PM

Un video captado durante la masacre ocurrida este lunes en una cárcel de Altamira en Brasil, muestra a los presos pateando las cabezas de los convictos que fueron decapitados durante el motín.

Las imágenes muestran los cuerpos inmóviles de las víctimas en el Centro de Recuperación Regional de la localidad de Altamira, y junto a ellos deambulando los que parecen ser presos del penal.

La situación fue revelada por Daily Mail en un video captado por los testigos del incidente generado entre bandas rivales. (Ver el video más abajo en el artículo).

Según este medio, seis o más reclusos fueron vistos sobre el techo del centro carcelario. Parecían estar «usando cabezas humanas como pelotas» en un juego de fútbol.

Vista exterior de este martes, del Centro de Recuperación Regional de Altamira luego de la masacre que ayer dejó 57 muertos, en Altamira (Brasil). EFE/ Joédson Alves

De acuerdo con las investigaciones la riña fue motivada por la disputa de las rutas de coca procedente de Bolivia, Perú y Colombia.

La masacre dejó un total de 57 muertos tras el enfrentamiento entre las facciones criminales Comando Rojo y Comando Clase A.

Un agente penitenciario custodia la llegada de un grupo de oficiales forenses este martes, al aeropuerto de Altamira, para ayudar con la identificación de las víctimas de la masacre, en Altamira (Brasil). EFE/ Joédson Alves.

Esta acabó con 16 reclusos decapitados y otros 41 que perecieron debido al humo que se extendió por el complejo después de que los atacantes prendieran fuego al lugar.

Según pudo constatar la agencia EFE en el local de los hechos, las autoridades de la Gobernación de Pará comenzaron la transferencia de un total de 46 presidiarios en la mañana de este martes a otras prisiones del estado para garantizar su aislamiento.

La Superintendencia del Sistema Penitenciario del Pará (Susipe) informó a Efe que 30 reclusos serán transferidos vía terrestre, mientras que los otros 16, considerados más peligrosos y apuntados como los líderes de la masacre, serán desplazados vía aérea.

Diez de ellos serán recluidos en presidios federales de máxima seguridad en Belém, capital de Pará, los cuales dependen del Gobierno federal y cuentan con un estricto control de seguridad.

Familiares de reclusos reaccionan después de recibir información sobre sus seres queridos un día después del motín en el Centro Regional de Recuperación de Altamira, en la ciudad de Altamira, en el norte de Brasil, en el estado de Pará, el 30 de julio de 2019. Foto de BRUNO SANTOS/AFP/Getty Images.

La matanza carcelaria, considerada una de las mayores desde 1992, causó conmoción en la sociedad brasileña y volvió a abrir un intenso debate sobre las precarias condiciones de las penitenciarías del país, el tercero con más reclusos en el mundo, detrás solo de Estados Unidos y China.

Según un documento del Consejo Nacional de Justicia, las condiciones del Centro de Recuperación Regional de Altamira fueron consideradas «pésimas», debido a su situación de superpoblación y escasez de agentes carcelarios.

Tras la masacre, la ONG Amnistía Internacional (AI) subrayó que «viene alertando acerca de la ampliación de la población carcelaria y sus condiciones en los últimos años».

Altamira es una pequeña ciudad ubicada unos 850 kilómetros de distancia de Belém, la capital regional de Pará.

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