Cuando se trata de competir, Kaylee McKeown definitivamente es una nadadora casi que invencible.
La estadounidense Regan Smith afrontó los 100 metros estilo espalda en los Juegos Olímpicos como flamante dueña del récord mundial y rebosando confianza.
Al dar la vuelta la noche del martes, Smith iba al frente con McKeown pisándole los talones. Al llegar al otro extremo de la piscina, la australiana había llegado primero.
McKeown volvió a mandar en el estilo espalda.
«Es una nadadora sencillamente espectacular y que sabe hacer lo necesario en los momentos importantes», dijo Smith.
Smith, quien batió el récord mundial de McKeown con un tiempo de 57.13 segundos en el Preolímpico de Estados Unidos el mes pasado, marcaba el paso tras dar la vuelta. Pero no pudo con la fulminante arremetida de la australiana que revalidó así el título que ganó en Tokio hace tres años.
McKeown se apoderó del primer puesto en el punto medio de la vuelta de retorno y tocó la pared con un registro de 57.33, imponiéndose con un margen relativamente amplio sobre los 57.66 de Smith.
«Los nervios estaban definitivamente ahí, pero lo que hice fue recordar que era una piscina en otro lugar, y yo entreno todos los días de mi vida», remarcó McKeown.
Estados Unidos también se quedó con el bronce. Katharine Berkoff llegó tercera con 57.98, consiguiendo su primera medalla olímpica y siguiendo los pasos de su padre, David Berkoff, que ganó cuatro medallas, dos de ellas de oro, en Seúl y Barcelona.
Smith se acercó a la línea de meta para felicitar a McKeown, pero esta fue una derrota que debe doler. La joven de 22 años, residente de Minnesota, parecía estar en plena forma y preparada para ganar su primera medalla de oro.
Sin embargo, McKeown se colgó su cuarta medalla de oro. En Tokio arrasó en las pruebas de espalda y también se colgó el oro en relevos.
«Es una carrera a la vez», dijo McKeown. «Hasta ahora he marcado tres casillas y quedan unas cuantas más».
Los nadadores estadounidenses se acostumbran a la plata
Fue una noche de medallas de plata para los estadounidenses, tras lograr llegar a tres finales.
Bobby Finke se quedó corto en la defensa de su título olímpico en los 800 libres masculinos, y fue relegado a la medalla de plata por el irlandés Daniel Wiffen.
Los estadounidenses también acabaron segundos en los 4×200 libres masculinos, por detrás de Gran Bretaña, que ganço su segundo oro consecutivo en esa prueba.
En cuatro días de competición en La Defense Arena, Estados Unidos tiene un puñado de medallas, 15 en total, pero solo dos de ellas son de oro. Siete de plata y seis de bronce completan el recuento.
Irlanda gana su primer oro en natación desde 1996
Daniel Wiffen atrapó el primer oro de Irlanda en la natación desde que, envuelto en escándalos, Michelle Smith se consagrara en tres pruebas de los Juegos de Atlanta 1996.
Wiffen dejó atrás al italiano Gregorio Paltrinieri en la última vuelta de los 800 metros libre y acabó igual de relajado que al comienzo de la extenuante carrera.
En realidad, él sufría un dolor atroz.
«Me estaba muriendo en los últimos 20 metros», dijo Wiffen. «No sé si lo han visto, porque me duelen muchísimo los brazos. Pero sabía que el público me iba a empujar, y eso es exactamente lo que ocurrió. Entonces vi la luz roja en el bloque, y eso fue todo».
Wiffen ganó en 7 minutos, 38.19 segundos, subiéndose sobre las cuerdas para sostener un dedo en el aire. Finke también lo logró con fuerza al final de lo que era esencialmente una carrera de tres hombres, pasando también a Paltrinieri para llevarse la plata en 7:38.75.
El bronce fue para el italiano, que marcó un tiempo de 7:39.38.
Otra actuación deslumbrante fue la de una nadadora irlandesa, Mona McSharry, que logró la noche anterior el bronce en los 100 metros estilo pecho.
Hasta estos Juegos Olímpicos, la historia de la natación del país se limitaba esencialmente a Smith, que sorprendentemente ganó tres oros y un bronce en 1996 en medio de sospechas de que se estaba dopando. Posteriormente fue sancionada por dopaje, lo que puso fin a su carrera, pero conservó sus medallas.
Los británicos defienden su título en relevos
Los británicos defendieron su título en el relevo 4x-200 estilo libre, superando a Estados Unidos y Australia.
El equipo formado por James Guy, Tom Dean, Matthew Richards y Duncan Scott, el mismo cuarteto que conquistó el oro en Tokio hace tres años, terminó con un tempo de 6:59.43.
La única diferencia con respecto a la última Olimpiada fue que Dean optó por la salida y Guy fue segundo. Fue suficiente para otro oro, la primera victoria británica en natación de los Juegos de París.
Luke Hobson, Carson Foster, Drew Kibler y Kieran Smith redimieron a los estadounidenses con una medalla de plata con un tiempo de 7:00.78, compensando así el decepcionante cuarto puesto de los últimos Juegos Olímpicos.
Maximillian Giuliani, Flynn Southam, Elijah Winnington y Thomas Neill consiguieron el bronce para Australia en 7:01.98.
Doblete francés
La estrella francesa Léon Marchand tuvo un día muy ajetreado, pasando a la final tanto en los 200 mariposa como en los 200 estilo pecho.
Marchand hizo un doblete en las preliminares de la mañana, y luego logró otro doblete en las semifinales de la tarde, con unos 80 minutos de tiempo entre carrera y carrera.
En las semifinales estilo mariposa marcó un tiempo de 1:53.50, solo superado por el defensor del título olímpico y plusmarquista mundial, el húngaro Kristóf Milák (1.52.72). Marchand fue más rápido que nadie en la ronda estilo pecho, con un tiempo de 2:08.11, animado también por el público local.
El nadador francés tendrá que doblar una vez más en la final del miércoles, buscando añadir al oro que ganó en los 400 libres individuales.
«El público francés ha estado increíble conmigo», dijo Marchand. «Tengo mucha suerte de estar en buena forma esta semana para nadar lo más rápido posible».
Por Paul Newberry
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