La búsqueda del origen de COVID-19: El nuevo libro se inclina por la fuga del laboratorio

Por Isaac Teo
28 de noviembre de 2021 10:01 PM Actualizado: 28 de noviembre de 2021 10:01 PM

Han pasado casi dos años desde que apareció el COVID-19, y el origen del virus sigue siendo un misterio. ¿El virus se trasmitió de los animales a los humanos en un evento de propagación natural o fue el resultado de una fuga de laboratorio? Un nuevo libro explora estas y otras preguntas sobre el origen del coronavirus que ha matado a más de 5 millones de personas en todo el mundo hasta la fecha.

«No llegamos a una conclusión, pero nos inclinamos a que la fuga de laboratorio sea ​​un poco más probable en esta etapa», dijo el escritor científico británico, Matt Ridley, coautor de «Viral: The Search for the Origin of Covid-19» con la bióloga molecular canadiense Alina Chan, investigadora postdoctoral especializada en terapia génica e ingeniería celular en el Instituto Broad del MIT y la Universidad de Harvard.

“Ahí no es donde ninguno de los dos empezó. Comenzamos a pensar que probablemente se trataba de un evento de propagación natural y, gradualmente, conforme se acumulaban pruebas a favor de una fuga de laboratorio y en contra de un evento en el mercado de vida silvestre, llegamos a la conclusión de que eso es un poco más probable».

Ridley realizó los comentarios durante un seminario web el 25 de noviembre sobre los resultados que él y Chan proporcionaron en su libro, el cual trata de “llegar al fondo de cómo un virus cuyas relaciones más cercanas viven en murciélagos al sur subtropical de China de alguna manera logró comenzar a propagarse entre personas a más de 1500 kilómetros de distancia en la ciudad de Wuhan”, según la descripción del libro.

Chan, quien ha sido catalogada como una «traidora racial» por los partidarios de Beijing y acusada de difundir información falsa luego de señalar la posibilidad de una fuga de laboratorio en 2020, dijo que le sorprende encontrarse con personas que todavía hoy descartan esa hipótesis como una teoría de conspiración.

“Incluso la comunidad de inteligencia de EE. UU. dijo que el origen en un laboratorio es un origen plausible de COVID-19”, dijo Chan en el seminario web, organizado por el Instituto Macdonald-Laurier con sede en Ottawa.

El 29 de octubre, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de EE. UU. publicó una evaluación que decía que, aunque la Comunidad de Inteligencia está dividida sobre el origen más probable de COVID-19, todas los organismos consideran que “un origen natural y un incidente asociado con el laboratorio ambas son hipótesis plausibles acerca de cómo el SARS-CoV-2 infectó por primera vez a los humanos».

Chan dijo que los defensores de la teoría del origen natural no pudieron encontrar ninguna evidencia directa de que el virus se trasmitió de animales a humanos y causó la pandemia que comenzó a invadir el mundo a inicios de 2020.

«Los científicos chinos que han estado tomando 80,000 muestras de animales nos han dicho que no han encontrado ningún rastro de virus similares al SARS2», dijo.

“A pesar de abarcar miles de muestras de animales en el comercio de vida silvestre desde 2017 hasta hoy, los únicos virus similares al SARS2 encontrados se han limitado a solo tres coronavirus de pangolín y, sin embargo, sabemos que no se vendieron pangolines en los mercados de Wuhan antes de la pandemia».

Investigación de ganancia de función

Ridley dijo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) actuó bajo la influencia de Beijing en las primeras fases de la pandemia e ignoró las advertencias de Taiwán de que el virus podría propagarse de persona a persona.

Cuando un equipo de la OMS viajó a Wuhan en enero de 2021 para realizar una investigación, siguió las indicaciones del régimen chino, dijo, incluso en una conferencia de prensa respaldaron la sugerencia «ridícula» de los científicos chinos de que el virus llegó a Wuhan a través de alimentos congelados, «mágicamente sin infectar a nadie en el país de origen, ni en la granja de origen, ni en el camino, ni en los mercados húmedos de ninguna otra ciudad.»

Ridley dijo que aunque él y Chan se inclinan por la posibilidad de que un virus de origen natural haya sido llevado al laboratorio «y luego se haya filtrado a través de un incidente», se inclinan a pensar que el virus «bien podría haber sido diseñado antes de ser liberado».

Y dijo que se encontraron con documentos de 2018 que detallaban cómo EcoHealth Alliance, una organización de salud sin fines de lucro con sede en EE. UU., había planeado colaborar con el Instituto de Virología de Wuhan (WIV, por sus siglas en inglés) para «esencialmente hacer que [los nuevos coronavirus] sean más fáciles de cultivar en células humanas en el laboratorio para poder estudiarlos mejor».

Según el libro, uno de esos documentos fue publicado en septiembre por Drastic, un grupo de analistas enfocados en la investigación del origen del COVID cuyos miembros han publicado varios trabajos académicos, artículos, publicaciones de blogs e hilos de Twitter sobre el tema. En él se describía cómo el jefe de EcoHealth Alliance, Peter Daszak, solicitó un subsidio de USD 14.2 millones al Pentágono en marzo de 2018 para financiar la investigación con los colaboradores de EcoHealth en Wuhan y en otros lugares.

«La solicitud finalmente no tuvo éxito, pero su contenido puso al descubierto su extensa hoja de ruta para recolectar y experimentar con virus similares al SARS con potencial pandémico», escribieron los autores.

La propuesta de Daszak fue rechazada con el argumento de que «aunque el enfoque implicaba potencialmente una investigación de ganancia de función, no mencionó ni evaluó los riesgos potenciales de la investigación de ganancia de función (GoF, por sus siglas en inglés) y DURC [Uso dual de la investigación]».

El libro señala que el documento de 2018 describía planes para algo que Daszak negó en 2020—que los murciélagos Rhinolophus salvajes (murciélagos de herradura) iban a ser mantenidos y sometidos a experimentos en el WIV.

«Se reveló que en ese momento, EcoHealth Alliance y sus colaboradores ya habían encontrado más de 180 virus únicos similares al SARS en aproximadamente diez mil muestras», escribieron los autores.

“En otras palabras, esta propuesta de inicios de 2018 nos dijo que EcoHealth Alliance y WIV estaban en posesión de una cada vez mayor colección semiprivada de virus similares al SARS; tenían la intención de ampliar sus experimentos de infección por virus recombinantes a través de una gama de células y animales; también habían delineado un flujo de trabajo para identificar nuevos sitios de escisión e insertarlos en nuevos picos y nuevos virus similares al SARS en el laboratorio».

Chan dijo que la investigación del GoF, que busca aumentar la transmisibilidad o la gravedad de la enfermedad causada por un patógeno para que «pueda predecir cómo los virus naturales salvajes pueden evolucionar para propagarse y causar pandemias», no da resultado.

«Cuando se sopesa los riesgos frente a los beneficios, el riesgo de crear patógenos peligrosos en el laboratorio es que podrían filtrarse y causar la pandemia, mientras que los beneficios no están realmente claros», dijo.

Ridley dijo que se han producido fugas de laboratorio durante años, incluso en los laboratorios designados como de nivel 4 de bioseguridad—el nivel más alto de seguridad biológica.

Y dijo que la hipótesis de la fuga de laboratorio puede refutarse fácilmente si China está dispuesta a ser transparente sobre el trabajo que se realizaba en el WIV al momento del brote del virus.

“Todo lo que tienen que hacer para refutar eso es abrir sus archivos y mostrarnos exactamente qué muestras de cuáles virus estaban tratando en el laboratorio—todas sus secuencias, todas sus historias, de dónde proceden y qué experimentos se hicieron con ellas».


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