Brasil no ha pedido a Estados Unidos la extradición del expresidente Jair Bolsonaro después de que sus partidarios irrumpieran el domingo en el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo y el palacio presidencial, confirmó este lunes un alto funcionario de la Casa Blanca.
«No estamos, hasta donde yo sé, en contacto directo con Bolsonaro, así que no puedo hablar definitivamente sobre su paradero», dijo el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, a periodistas el lunes. Los reportes han indicado que el expresidente se encuentra en Florida, y el lunes Bolsonaro habría sido ingresado en un hospital de ese estado.
«No hemos recibido, hasta ahora, ninguna solicitud oficial del gobierno brasileño relacionada con Bolsonaro», dijo Sullivan a periodistas en Ciudad de México, donde el presidente Joe Biden está de visita para una cumbre de líderes de América del Norte.
Más temprano el lunes, Biden, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, emitieron una declaración condenando la irrupción en los edificios gubernamentales en Brasilia.
«Apoyamos a Brasil y la defensa de sus instituciones democráticas», escribieron. «Nuestros Gobiernos apoyan la libre voluntad del pueblo de Brasil. Esperamos trabajar con el presidente Lula en favor de nuestros países, el hemisferio occidental y más allá».
Bolsonaro voló a Florida dos días antes de que terminara su mandato el 1 de enero, tras haber impugnado los resultados de la segunda vuelta electoral del 30 de octubre que perdió por estrecho margen ante su rival izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. El domingo, los partidarios de Bolsonaro entraron en el palacio presidencial de Brasil, el Congreso y el Tribunal Supremo después de romper las líneas de seguridad.
Lula, que prometió en su discurso de investidura del 1 de enero actuar contra Bolsonaro si era necesario, culpó a su predecesor de la irrupción del domingo. Lula no estaba en el palacio presidencial el domingo.
En un posteo en Twitter el domingo, Bolsonaro rechazó las acusaciones de Lula y dijo que la violación había cruzado la línea de la protesta pacífica. Bolsonaro ya estaba siendo investigado en cuatro investigaciones penales del Tribunal Supremo antes de renunciar a la presidencia, aunque los críticos han dicho que el juez investigador del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes está tratando de silenciar la libertad de expresión e investiga a Bolsonaro bajo falsos pretextos.
«Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y la invasión de edificios públicos como los actos de hoy, y como los practicados por la izquierda en 2013 y 2017, son una excepción», escribió Bolsonaro, refiriéndose a protestas anteriores en el país.
Pero, según el representante Joaquin Castro (D-Texas) en una entrevista en CNN, «Bolsonaro no debería estar en Florida». Sostuvo que «Estados Unidos no debería ser un refugio para este autoritario que ha inspirado el terrorismo interno en Brasil. Debería ser enviado de vuelta a Brasil».
La representante Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.) repitió esas opiniones al escribir que Estados Unidos «debe dejar de conceder refugio a Bolsonaro en Florida».
Si Bolsonaro fuera detenido en suelo estadounidense, Brasil tendría entonces que solicitar formalmente su extradición. Bolsonaro sería libre de apelar ante los tribunales estadounidenses, o podría intentar pedir asilo, aunque eso no ofrece ninguna garantía de evitar su eventual regreso a Brasil.
Otros detalles
Los camioneros pro-Bolsonaro, que han protestado en las carreteras de Brasil durante semanas, realizaron más manifestaciones durante la noche. Un operador de la autopista de peaje BR 163 que atraviesa el estado de Mato Grosso, el mayor productor de granos de Brasil, informó de varios bloqueos que fueron despejados al amanecer. La policía dijo que los bloqueos en otra autopista en el estado de Paraná también fueron despejados.
«Todavía hay gente tratando de bloquear las carreteras y el acceso a las refinerías de petróleo», dijo a periodistas el portavoz presidencial Paulo Pimenta. La petrolera estatal Petrobras dijo que las operaciones de sus refinerías y el suministro de combustible no se habían visto afectados.
De Moraes, juez del Tribunal Supremo, también ordenó a última hora del domingo la destitución del gobernador de Brasilia durante 90 días por supuestos fallos de seguridad y exigió que las plataformas de redes sociales Facebook, Twitter y TikTok bloquearan las cuentas de personas que difundieran mensajes a favor de Bolsonaro. Meta, matriz de Facebook, dijo el lunes que estaba eliminando contenidos que apoyaban o elogiaban las acciones del fin de semana, lo que provocó una condena generalizada en Twitter y entre los conservadores.
La policía retomó los edificios públicos dañados en la capital de Brasil después de tres horas y dispersó a la multitud con gases lacrimógenos. El ministro de Justicia, Flavio Dino, dijo que 200 manifestantes habían sido detenidos, aunque se espera que esa cifra aumente.
Con información de Reuters.
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