La escasez de alimentos golpea a los cubanos y el régimen impone más regulaciones

Por Jesús de León – La Gran Época
13 de junio de 2019 6:39 PM Actualizado: 30 de enero de 2021 1:12 PM

La difícil situación económica en Cuba es conocida de hace muchos años y ahora parece que el país entró en una nueva etapa de agudización de la escasez de alimentos.

El pasado 10 de mayo, el Ministerio de Comercio Interior (Mincin) de ese país anunció que ante la escasez es necesario regular y controlar la venta de determinadas mercancías, dijo a la prensa la ministra Betsy Díaz Velázquez, de acuerdo con Cubadebate.

Productos básicos como el huevo, el arroz, los frijoles, el chícharo y las salchichas, se comercializarán en las bodegas y carnicerías de productos normados.

También es conocido que en el país existe una libreta de racionamiento de alimentos desde hace muchos años para estos productos normados, o limitados en su cantidad, y que el Estado comunista llama subsidiados.

La Habana el 17 de abril de 2019. (YAMIL LAGE/AFP/Getty Images)

El pollo, un alimento que depende únicamente de las importaciones, de acuerdon la ministra continuará su venta en los mercados liberados, pero desde ahora de forma regulada hasta cinco kilogramos por persona o dos paquetes en las tiendas en divisas.

El jabón de lavar y el de baño se continuarán ofertando en los mercados fuera de la libreta, pero «de manera regulada».

La periodista Yoani Sánchez, publicó en las últimas semanas en Twitter diversos mensajes que marcan el duro momento que atraviesan los cubanos.

Refiriéndose al pescado, compartió en Twitter una imagen del que pudo comprar en una tienda en dólares:

“Con un poco más de 30 centímetros este ejemplar va a demandar que mostremos una gran dosis de cariño y entrega el uno por el otro. Dividir este pescado para que sea comido por dos personas y además quede algo para nuestro gato Totí será una verdadera hazaña quirúrgica”.

«Hace unos meses, en esta isla las colas se alargaron más y más, a la par que algunos clientes llegaron hasta pelearse a los golpes para poder alcanzar algo como esto… #PolloCongelado», señaló en abril, Yoani Sánchez.

Algunos medios sobre Cuba, se preguntaron por qué razón, estando rodeados de mar, no solo aumentan las regulaciones e impedimentos a la pesca y posesión de un bote, sino además en las pescaderías de La Habana se distribuye de manera “libre” pero al mismo tiempo “regulada” (nueva modalidad de venta difícil de comprender) un jurel por cada tres personas.

También se cuestionaron el precio impuesto por el régimen, cuya libra de pescado cuenta poco menos de un dólar, cuando el salario mensual promedio en la isla apenas rebasa los veinte.

Regular y controlar la venta

El régimen justifica la regulación de los alimentos y otras mercancías en garantizar una distribución justa y racional para todos.

Sin embargo, esta normalización de alimentos no ha garantizado a los cubanos una distribución justa y racional de las mismas, tal y como anunció a principios de mayo el Ministerio de Comercio Interior de la isla.

Según testimonios recogidos por Radio Televisión Martí, en algunos casos la limitante es el precio, y en otros la no disponibilidad del producto.

Decenas de personas hacen cola (fila) para comprar pollo, a la entrada de una Tienda de Recaudación de Divisas (TRD) este jueves 23 de mayo de 2019, en La Habana (Cuba). EFE

La activista Iliana Hernández, residente en Cojímar, La Habana, dijo que las autoridades de comercio «están cumpliendo» con la entrega de productos normados, pero que «eso es lo que menos preocupa a la gente». «Lo que les preocupa es lo caros que están los productos», como es el caso de las recurridas salchichas, a «24 pesos el paquete».

Marisa, cabeza de familia con cuatro hijos y seis nietos en casa, que ha visto duplicarse el precio de la carne porcina en solo unos meses, mientras las asequibles y siempre demandadas salchichas han desaparecido de los refrigeradores.

Una mujer compra productos alimenticios en La Habana, Cuba, el 31 de agosto de 2008. Foto de STR/AFP/Getty Images.

Ella adquiere cada mes a precios subvencionados las raciones estipuladas en la “libreta” o cartilla de racionamiento que asigna el Estado: 3 kilos de arroz, 4 de azúcar, medio litro de aceite de soja, café mezclado, un paquete de pasta, 15 huevos, 300 gramos de granos y dos “posturas” (450 gramos) de pollo. Es una base mínima que cada cubano ha de complementar por su cuenta en el mercado libre para subsistir por los siguientes treinta días, de acuerdo con EFE.

El racionamiento de comida bajo el comunismo

Quienes vivieron en la exUnión Soviética o en la China comunista pueden ver fácilmente a este tipo de racionamiento como otro método para construir un sistema totalitario.

“En China, los cupones de comida se solían usar para comprar productos básicos como aceite de cocina, granos y tela. Con el racionamiento de alimentos, por un lado, la riqueza era redistribuida; por otro lado, el gobierno central tenía control supremo sobre la riqueza y la libertad”, dice el texto del libro “Cómo el espectro del comunismo rige nuestro mundo”, publicado por La Gran Época.

Gente haciendo fila para el aceite de cocinar en Bucarest, en la Rumania comunista en 1986. (Foto cortesía de Scott Edelman)

El régimen cubano alega, como hicieron antes otros países ex socialistas, que las nuevas medidas para racionar los alimentos son para evitar el acaparamiento, sin embargo, quienes vivieron en países como la URSS recuerdan que la gente acaparaba comida todos los días porque nunca se sabía cuándo habría un racionamiento más severo o si habría escasez y entonces sería difícil o imposible encontrar comida.

“A menudo había peleas porque nunca había suficiente y muchos en la fila se quedaban sin nada cuando se acababa la comida. Los que podían comprar, volvían con el rostro satisfecho como si hubieran ganado un trofeo: podían mantener a sus familias un día más”, reportó la periodista Ileana Johnson.

Las mujeres llevaban un librito de cupones de racionamiento que parecían estampillas.

“Los vendedores en el mercado negro lucraban con comida robada de sus lugares de trabajo o intercambiada con otros. Cuando el pueblo no es propietario de nada, a nadie realmente le importa qué se roba porque no es realmente de ellos; le pertenece a los caprichos del Partido Comunista”.

Cuba, al igual que Venezuela, atraviesa una larga crisis que no es solo económica y que deja a miles de personas en la pobreza y sin posibilidades de cubrir sus necesidades básicas.

Como ocurre ahora en Venezuela, y desde el mismo momento del triunfo la revolución comunista en Cuba en 1959, muchos deciden abandonar el país.

Según un mapa interactivo alojado en el sitio de Internet de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas, el 13,57% de la población cubana vive fuera de la isla, o sea, un total de 1.558.312 cubanos.

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