La filtración del laboratorio de Wuhan y el encubrimiento del siglo: Entrevista

Por John Mac Ghlionn
13 de enero de 2022 5:04 PM Actualizado: 13 de enero de 2022 5:05 PM

Comentario

¿Se creó el virus Sars-CoV-2 en un laboratorio chino? Para algunos autores destacados, la respuesta es sin duda que sí. Para otros autores, como George Calhoun, profesor de negocios del Instituto Tecnológico Stevens, la respuesta parece ser afirmativa.

En una serie de excelentes artículos para Forbes, el Dr. Calhoun esbozó las numerosas maneras en que China —más concretamente, el Partido Comunista Chino (PCCh)— ha hecho todo lo posible por ocultar datos importantes al resto del mundo. Yo me puse en contacto con Calhoun para conocer su opinión sobre el virus, la verdad, las mentiras y todo lo demás.

Aunque él afirma no ser un experto en el origen del virus, Calhoun es un hombre astuto, alguien que lee «con mucha atención». Cuando escuchó por primera vez que el Instituto de Virología de Wuhan había «liderado el estudio de los coronavirus de murciélagos» le pareció casi de inmediato «que el laboratorio y el brote epidémico tenían que estar conectados. La coincidencia era demasiado obvia», dijo. Ciertamente.

«Para mí, la teoría de la «fuga del laboratorio» debería haber sido la hipótesis por defecto o la «hipótesis nula», como dirían los estadísticos, para ser investigada a fondo», dijo a continuación.

En cambio muchos comentaristas destacados optaron por descartarla por razones que no están del todo claras.

Desde que el mundo se enteró de los sucesos de Wuhan, «los detalles que han salido a la luz (en mi opinión) se han seguido concentrando en el énfasis de la teoría de la fuga del laboratorio», añadió Calhoun.

A continuación hablamos de «Viral«, un libro de Matt Ridley y Alina Chan. En los últimos meses, el libro se ha hecho viral y con razón.

Calhoun cree que los autores «hacen un buen trabajo, con tremendo detalle, desarrollando las dos teorías (la zoonótica y la del escape de laboratorio)». Además, «hacen un esfuerzo honesto por compararlas de forma justa, pero la balanza se inclina cada vez más hacia la fuga de laboratorio».

Otro «factor condenatorio que lleva a esta conclusión es la increíble campaña de obstrucción de los chinos». Según Calhoun, los de Beijing se comportan «como si tuvieran algo terrible que ocultar». Todo el argumento del «orgullo nacional» para no cooperar simplemente no se sostiene en este momento, dado el inmenso daño que el virus ha causado a nivel mundial».

A eso yo respondí que «realmente no debería sorprendernos que el PCCh haya intentado engañar al mundo. Después de todo, los perros ladran y los mentirosos mienten. ¿Deberían los medios de comunicación occidentales asumir la culpa por ser favorables a Beijing? ¿Me refiero a no haber informado sobre las dudosas cifras que han salido de China desde principios de 2020? En Estados Unidos, por ejemplo, parece que la gente se distrajo con el lenguaje de Donald Trump (el virus de Wuhan, etc.), en lugar de centrarse en detalles más importantes, como la deshonestidad del PCCh».

A continuación, le pedí su opinión.

Peter Daszak (de), presidente de EcoHealth Alliance, y otros miembros del equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investiga los orígenes del coronavirus COVID-19, llegan al Instituto de Virología de Wuhan en Wuhan, en la provincia central china de Hubei, el 3 de febrero de 2021. (Hector Retamal/AFP vía Getty Images)

«Yo creo que muchos de los medios de comunicación definitivamente se distrajeron por su animadversión contra Trump y asumieron que cualquiera que fuera su posición, era mala y errónea y debían defender lo contrario», respondió Calhoun.

«Recuerdo que cuando Trump puso la prohibición de viajar desde Wuhan y China muy pronto, [el] 31 de enero de 2020, fue atacado como ‘xenófobo’ por [el presidente] Biden, lo que en cierto modo estableció las reglas básicas para los medios de comunicación dominantes (…) Incluso cuando Biden apoyó la prohibición de viajar, la vacilación de criticar a China se incorporó en la mentalidad de los medios de comunicación», dijo a continuación.

¿Fue esto intencionado o sólo un caso de ciega ignorancia? Esto lo decidirán los lectores.

Sin embargo, está dolorosamente claro que a principios de 2020 el virus se convirtió en una cuestión política más que médica.

A Calhoun le parece «sorprendente que el tipo de análisis sencillo» que ha realizado en sus numerosas columnas, todo ello «basado en datos públicos (sin necesidad de indagar realmente), no se haya informado mucho hasta hace poco. Ni siquiera ‘The Economist’ ha publicado las conclusiones, aunque sus datos son muy claros. Realmente es como 2 más 2 es igual a 4 y los medios de comunicación no han hecho (en general) esos cálculos».

A continuación le pregunté a Calhoun su opinión sobre el rol de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en validar y favorecer al PCCh, especialmente al comienzo de la pandemia.

«En cuanto a la OMS, de nuevo yo no soy un experto por lo que mi opinión es convencional y se basa en la información pública general», respondió Calhoun, antes de añadir que la organización parece un montaje «con todas las deficiencias de la ONU y cosas por el estilo —demasiado difíciles de contar con el consenso entre sus miembros sin comprometerse mucho— de buenas intenciones pero no eficaz».

En este punto, estoy algo en desacuerdo con Calhoun. Aunque la OMS puede muy bien estar dirigida de forma desordenada, parece haber permitido a sabiendas que el PCCh controle la narrativa sobre el origen del virus. Asociaría muchas palabras a la OMS, pero «bienintencionada» no es una de ellas. ¿Por qué? Porque parece haber cedido a la «petición» del PCCh de ignorar la posibilidad de una filtración en el laboratorio.

La OMS pudo haber tenido un momento (de conversión) como el «camino a Damasco» cuando un importante asesor acusó al PCCh de un encubrimiento masivo. Pero las acusaciones llegaron demasiado tarde —el daño ya estaba hecho. Ya se habían perdido muchos medios de subsistencia y vidas. Algunos creen que la OMS tiene las manos manchadas de sangre.

Mientras yo escribo esto, cientos de personas de todo el mundo están buscando una compensación tanto de China como de la OMS. ¿Tendrán éxito? Espero que sí, pero tengo mis dudas y Calhoun también. Él cree que sus esfuerzos «serán algo parecido a la gente que intenta demandar a Arabia Saudíta por los daños del 9/11». En otras palabras, «será un gran material político, pero es poco probable que dé resultados en la realidad», dijo. Esperemos que Calhoun se equivoque. Lamentablemente, es probable que tenga razón.

Con toda probabilidad el PCCh nunca pagará el precio de sus engaños y mentiras.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.


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