La historia de Zhang Kunlun: De prisionero chino torturado a líder artístico internacional

Por MASHA SAVITZ
12 de enero de 2021 12:50 PM Actualizado: 23 de abril de 2021 8:20 PM

El profesor Zhang Kunlun es uno de los escultores más destacados de China. Después de recibir numerosos premios, Zhang fue nombrado director de los Institutos de Escultura y de Investigación de Escultura del Instituto de Arte de Shandong. También realizó algunos de los monumentos más grandes de China.

Sin embargo, en la cima de su carrera, el renombrado artista se convirtió en víctima de la persecución a Falun Dafa en China. El reconocimiento y respeto que siempre había recibido de los funcionarios chinos terminó abruptamente cuando defendió su libertad de creencia. Zhang fue detenido en China cuatro veces, donde fue golpeado y torturado por practicar la meditación pacífica. De un día para otro, el reconocido artista fue tratado como un criminal.

Después de estar encarcelado y haber sido sometido a fuertes torturas, ahora Zhang Kunlun vive en Estados Unidos donde crea magníficas obras de arte y es el curador de la exposición de arte grupal más concurrida del mundo, «El Arte de Zhen Shan Ren». La exposición, que inauguró en 2004, ha recorrido desde entonces más de 50 países con más de 1000 muestras en todo el mundo, desde la ciudad de Nueva York hasta París, y desde Toronto hasta Milán. La intención de la exposición es exponer una de las más trágicas violaciones a los derechos humanos de nuestros tiempos —la persecución de Falun Dafa en China— mientras se afirma el poder de la belleza en el arte.

Una estatua de 3/4 de tamaño real de una Bodhisattva, 2008, por Zhang Kunlun. Piedra artificial y granito. (Cortesía de Kacey Cox de «Arte Sagrado»).
Otra estatua de 3/4 de tamaño real de un Bodhisattva como parte de la misma escultura, 2008, de Zhang Kunlun. Piedra artificial y granito. (Cortesía de Kacey Cox de «Arte Sagrado»).

Una inspiración

La escultora e instructora de la Academia de Nuevos Maestros Johanna Schwaiger, dijo por teléfono, que tuvo el privilegio de trabajar al lado de Zhang durante un corto aprendizaje con él en 2003 en su taller al norte del estado de Nueva York.

«El encuentro con el profesor Zhang Kunlun fue un gran hito en mi trayectoria como artista. Me sorprendió su maestría y la paciencia estoica que tiene en su trabajo. Pero la mayor impresión que dejó en mí fue su desinterés y su naturaleza despreocupada, incluso después de todo lo que sufrió durante su detención en China».

«Su espíritu no estaba roto, todo lo contrario. Su misión es muy clara, y su arte nunca se trata de sí mismo, sino de rendir homenaje a la verdad y la belleza con lo mejor que puede hacer. Él trabajaba en varios proyectos a lo largo del día, cada uno con un alto nivel de maestría, pero a una escultura le prestaba una atención extra, una escultura de Buda de tamaño natural».

«Buda», 2002, por Zhang Kunlun. (Cortesía de Kacey Cox de «Arte Sagrado»).

La historia de Zhang Kunlun

El productor de cine de Toronto, Kacey Cox, ha pasado los últimos siete años siguiendo la exposición en su viaje por el mundo para su documental «Arte Sagrado», que se estrenará próximamente.

Cox documentó una detallada e íntima entrevista con Zhang sobre su experiencia en la detención china y su misión en el arte, que compartió gentilmente con la revista online Canvas de New Masters Academy.

«Yo era el director del Departamento de Escultura en el Colegio de Artes de Shandong», dijo Zhang. «En 1985, construí una estatua de 15 metros de altura en la mina Xinglong. En el 86, construí una estatua de 30 metros de altura de la Dinastía Tang. Era la estatua más alta de China en ese momento. Estaba en la cima de mi carrera, pero no me sentía realizado. No importa cuánto dinero uno tenga y cuán famoso sea (…) esto dura solo unas pocas décadas. Le faltaba sentido a mi vida».

Construcción en 1986 de «Tang Saier» de Zhang Kunlun. (Cortesía de Zhang Kunlun)

En 1989, durante su búsqueda para encontrar el sentido de la vida y el arte, Zhang se mudó a Montreal, donde enseñó en la prestigiosa Universidad McGill.

En 1996 regresó a China para cuidar de su suegra y se enteró de la práctica de meditación de Falun Dafa, y sintió que se había convertido en una nueva persona.

«Cuando regresé a China, al bajar del avión, vi que Falun Dafa se estaba extendiendo muy rápidamente. En casi todos los jardines y plazas, la gente practicaba pacíficamente los ejercicios de meditación de Falun Dafa (…) Era maravilloso».

En 1999, el partido comunista chino comenzó una campaña de desprestigio contra Falun Dafa. Millones de personas perdieron sus trabajos; muchos fueron encarcelados, torturados e incluso asesinados. Zhang continió explicando:

«El PCCh utilizó todos los departamentos, periódicos, estaciones de radio y televisión de propiedad estatal, incluso movilizando al ejército y a la policía. Todo el país estaba aterrorizado. Era una cacería humana a gran escala».

«En ese momento, quería hacer una estatua de Buda de 75 metros (unos 250 pies) de altura. Pero como practicaba Falun Dafa, estaba en la lista negra y en peligro a cada momento. Yo también me convertí en una víctima y fui detenido».

Zhang decidió escribir una carta al gobierno chino, explicando que creía que Falun Dafa era beneficioso para la sociedad. En julio del 2000, Zhang fue puesto bajo custodia policial. En un centro de detención, fue torturado con porras de descarga eléctrica.

«Se podía oler la piel quemada», recuerda. Sus piernas y brazos estaban muy quemados, y su pierna izquierda quedó tan afectada que tuvo dificultades para caminar durante tres meses.

Autodescripción de Zhang Kunlun, 2002, de un método de tortura común que soportó en China. (Cortesía de Kacey Cox de «Sacred Art»)

«Su objetivo era evitar que tuviéramos siquiera un minuto para poder pensar de forma independiente», dice Zhang.

«Estuve vigilado las 24 horas del día por un grupo de [guardias]. Después de interminables lavados de cerebro, engaños, coacciones y ataques psicológicos, casi me derrumbo. Esa tortura mental era incluso peor que la física. Me transfirieron al campo de trabajos forzados de Wancun. Me preparé para la posibilidad de morir allí, porque Wancun es conocido por perseguir a los practicantes hasta la muerte. No creí que pudiera sobrevivir».

«Para mi sorpresa, usaron un enfoque completamente diferente. Un comisario adjunto dijo: ‘Tenemos un profesor de arte aquí. ¿Puede enseñar algo de pintura?’. Yo dije: ‘No estoy interesado’. Entonces, me obligó a sentarme allí. Trajo pinceles, tinta y papel y me dijo que pintara. Hice dos trazos con el pincel. Él lo grabó. Lo transmitieron al público, engañando a todo el mundo. Esto fue lo que más me dolió. Hoy en día, la devastación mental aún continúa».

Funcionarios comunistas usaron la demostración coaccionada en video para afirmar falsamente que había renunciado a Falun Dafa y que había comenzado a trabajar con las autoridades. Esta propaganda fue presentada a los funcionarios canadienses que estaban presionando al gobierno chino para liberar a Zhang.

Con la ayuda de Amnistía Internacional y el gobierno canadiense, Zhang fue liberado anticipadamente de su detención el 10 de enero de 2001 y regresó a su casa en Canadá. Allí, su determinación de defender la libertad de creencia en China se hizo más fuerte que nunca.

«[Hoy], un gran número de practicantes de Falun Dafa están en prisión. Tengo que hablar en su nombre para detener la persecución. No podría preocuparme solo por mi propio bienestar. Pero, ¿cómo debo hacer esto? El arte es mi profesión. Solo puedo hacerlo a través del arte».

«Estaba pensando, ¿debería empezar una exposición de arte? No pude conseguir practicantes de China [para contribuir con arte] porque estaban siendo perseguidos, así que sólo busqué artistas que estuvieran en el extranjero. Hice llamadas telefónicas y envié correos electrónicos. Empecé a buscarlos por todas partes.

«En ese momento, habíamos reunido a 15 artistas que compartían la misma misión. Cuando comenzamos, no estábamos seguros de qué hacer. Como tengo experiencia en pintura, en muchos casos, yo hacía la composición, y otros pintaban».

«La primera exposición fue en 2004, en el capitolio de Washington, D.C. Mi objetivo era que los gobiernos de todo el mundo despertaran a este tema y pidieran justicia. Durante la exposición, algunos miembros del Congreso llegaron a verla. Casi que lloraban. Dijeron que más gente debería ver estas pinturas. Eso nos inspiró. Así que más tarde empezamos a exhibirlas en todo el mundo».

La «Exposición Internacional Zhen Shan Ren» de 2016 en la Galería del Diamante Negro en Adelaida, Australia del Sur. (En.Minghui.org)

Además de crear y mostrar obras de arte que representan la persecución y sus víctimas, Zhang continuaba esculpiendo el Buda.

Johanna Schwaiger dijo: «Recuerdo haber visto con asombro la escultura de tamaño real magistralmente realizada en su espacio de trabajo. La gran representación de Buda era un ser de otro mundo, irradiando pura compasión que hacía que mis ojos se llenaran de lágrimas».

Victor Frankl, sobreviviente del Holocausto austriaco, escritor y neurólogo, escribió que «lo que da luz debería soportar el calor abrasador». Las pruebas y la devoción de Zhang han forjado un artista cuya luz sirve como un faro de fe, resistencia, justicia y belleza para todos nosotros.

La «Exposición Internacional Zhen Shan Ren» se inaugura en Florencia, Italia, en la Galería de Arte Aria en 2015. (Cortesía de Kacey Cox de «Arte Sagrado»)

Para ver el documental «Arte Sagrado», visite SacredArtFilm.com

Masha Savitz es periodista, autor de «Ojos de pez para las perlas», pintor y cineasta que escribió y dirigió el innovador documental «Red Reign».

Este artículo, ligeramente editado y traducido, se reproduce con el permiso de Canvas: la revista online para artistas de la Academia de Nuevos Maestros.


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