La lista de nominadas de Trump a la Corte Suprema se reduce a 12 mujeres

Por Matthew Vadum
20 de septiembre de 2020 10:05 PM Actualizado: 20 de septiembre de 2020 10:05 PM

Análisis de noticia

Este fin de semana, el presidente Donald Trump redujo su numerosa lista de posibles nominados a la Corte Suprema al indicar que tiene la intención de nombrar la próxima semana a una mujer para reemplazar a la jueza Ruth Bader Ginsburg, quien murió a los 87 años el 18 de septiembre.

Actualmente hay 12 mujeres en la lista, encabezadas por dos nominadas de Trump a la corte inferior, la frecuentemente mencionada Amy Coney Barrett, jueza de la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito con sede en Chicago, y Barbara Lagoa, jueza del Undécimo Circuito con sede en Atlanta.

La expectativa de que el presidente Trump reemplace a Ginsburg, una jueza de izquierda, por una jueza conservadora ha generado apoplejía en la izquierda activista, y algunas figuras públicas han pedido furiosamente rechazar las acciones de la administración Trump. Ellos afirman que fue injusto que los republicanos del Senado bloquearan a Merrick Garland, nominado a la Corte Suprema por el entonces presidente Barack Obama, luego de que el juez conservador Antonin Scalia muriera inesperadamente en 2016.

Los demócratas no quieren que se avance con ninguna nueva nominación a la Corte Suprema hasta después de la próxima investidura presidencial, afirmando que el bloqueo de Garland sentó una especie de precedente, pero luego de la forma dura en que los demócratas trataron al juez Brett Kavanaugh, un candidato de Trump, durante el proceso de confirmación, los republicanos no parecen estar dispuestos a perdonar. Los republicanos tienen una mayoría de 53 frente a 47 en el Senado de Estados Unidos.

Ginsburg, quien sirvió por 27 años en la corte y se convirtió en una figura de la cultura popular, se había dedicado tanto a sus funciones judiciales que participó en la ponderación de los casos ante la corte durante sus repetidas estadías en el hospital.

El presidente Donald Trump prometió el 19 de septiembre nominar a una mujer para reemplazar a Ginsburg en la Corte Suprema, una medida que en teoría tendría a seis jueces con ideología conservadora en la corte de nueve miembros, en lugar de los cinco actuales.

“Presentaré un candidato la próxima semana. Será una mujer”, dijo Trump en Carolina del Norte. «Creo que debería ser una mujer porque en realidad me agradan mucho más las mujeres que los hombres».

“Será una mujer—una mujer muy talentosa y muy brillante”, dijo Trump. «Aún no hemos elegido, pero tenemos muchas mujeres en la lista».

Trump dijo que era el derecho constitucional de un presidente nombrar a un nuevo juez y que planeaba hacerlo, a pesar de que las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, en las que busca un segundo mandato, están a solo unas semanas de distancia.

«Tenemos tiempo suficiente. Están hablando del 20 de enero», dijo Trump, haciendo referencia a la fecha de la próxima investidura presidencial.

Amy Coney Barrett, una católica romana y madre de siete hijos, cuenta con el respaldo de muchos activistas conservadores, en parte por su percepción de hostilidad por el Roe vs. Wade, el fallo de la Corte Suprema de 1973 que legalizó el aborto en los 50 estados. La jurista también fue criticada por la izquierda por resucitar la demanda de un estudiante de la Universidad de Purdue que se enfrentó a lo que los críticos llamaron un «tribunal improvisado» en el campus que lo condenó por indecencias sexuales, informó anteriormente The Epoch Times.

Las acusaciones justificaron «procedimientos relativamente formales», pero «el proceso de Purdue no cumplió con lo que incluso una escuela secundaria debe brindar a un estudiante que enfrenta una suspensión de largo plazo», señaló Barrett en la opinión que escribió sobre Doe v. Purdue University en junio de 2019.

Su batalla de confirmación en 2017 por el escaño en la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito generó titulares de periódicos mientras que eso le generó más partidarios conservadores. El Senado confirmó su escaño con un voto de 55-43.

La senadora Dianne Feinstein (D-Calif.) y otros atacaron su visible religiosidad.

«El dogma vive fuertemente dentro de ti», dijo la senadora, un comentario que provocó acusaciones de intolerancia religiosa por parte de los legisladores republicanos.

La jueza Barbara Lagoa, que cumple su primer año en la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito, fue previamente jueza en la Corte Suprema de Florida y en la corte de apelaciones intermedia. El Senado la confirmó para la corte de circuito con una votación de 80-15.

Lagoa, de ascendencia cubana, trabajó gratuitamente como abogada de la familia de Elián González, un niño cubano que escapó a la libertad en Estados Unidos, solo para finalmente ser devuelto al estado comunista del Caribe.

Al nominarla para servir en la Corte Suprema de Florida, el gobernador republicano Ron DeSantis dijo: «Ella ha sido la esencia de lo que debería ser un juez».

La jueza Bridget Bade de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito es otra posible candidata. La nominada de Trump fue confirmada para su puesto con una votación de 78-21. Bade fue abogada litigante en la Sección de Agravios Ambientales del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

La jueza Martha Pacold de la Corte de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Norte de Illinois fue confirmada por el Senado con una votación de 87-3. Ella fue asesora general adjunta en el Departamento del Tesoro de EE. UU. de 2017 a 2019.

La jueza Sarah Pitlyk de la Corte de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Este de Missouri fue confirmada con una votación de 49-44. La senadora Susan Collins (R-Maine) fue la única republicana que votó en contra de su nominación.

“He llegado a la conclusión de que ella no tiene la experiencia suficiente para recibir un nombramiento en la corte de distrito federal”, dijo Collins sobre Pitlyk, quien trabajó como asesora especial en la ONG conservadora, Thomas More Society.

Allison Jones Rushing, confirmada por una votación de 53-44 en el Senado, es jueza de la Corte de Apelaciones del Cuarto Circuito. Una vez hizo una pasantía en la ONG conservadora, Alliance Defending Freedom.

Kate Todd no es jueza, pero se desempeñó como asistente legal del juez de la Corte Suprema, Clarence Thomas. Actualmente es asistente adjunta del Presidente y consejera adjunta del Presidente.

Allison Eid es jueza de la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito. Ella fue confirmada por una votación de 56-41. Los partidarios la elogian por su apoyo a la reforma de las opciones escolares y por un gobierno limitado.

Britt Grant, jueza de la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito, fue confirmada con una votación de 52-46. La Conferencia de Liderazgo en Derechos Civiles y Humanos se opuso a su nominación en ese momento porque como «Fiscal General de Georgia, su trabajo buscaba disminuir los derechos civiles y humanos en Estados Unidos». El grupo afirmó que ella era hostil a los derechos de voto y la igualdad LGBT.

Joan Larsen, jueza de la Corte de Apelaciones del Sexto Circuito, fue confirmada con una votación de 60-38. Larsen, involucrada en la política republicana en un periodo, donó a la campaña presidencial de Mitt Romney en 2012.

Margaret Ryan, jueza de la Corte de Apelaciones de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos cuyo mandato expira el próximo año, fue nominada para ese puesto por el expresidente George W. Bush.

Diane Sykes, jueza de la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito, también fue nominada por Bush. Ella es una experiodista.


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