La tortura psiquiátrica y el indescriptible sufrimiento que causa (Parte 2)

Por Joan Delaney - La Gran Época
12 de abril de 2019 5:55 PM Actualizado: 12 de abril de 2019 5:55 PM

Nota del editor: La Gran Época publica una serie de artículos que exponen el uso de la tortura por parte del régimen chino contra los grupos a los que persigue, así como el sufrimiento y el daño que causa a quienes la sufren.

La tortura psiquiátrica es uno de los métodos más aterradores que utiliza el régimen chino para controlar a los que son catalogados de “interferir gravemente con el orden público” y “perturbar la estabilidad social”. Los practicantes de Falun Dafa, los disidentes políticos y los ciudadanos que se atreven a protestar contra las políticas del régimen con frecuencia reciben estas etiquetas como justificativos para ser recluidos en los hospitales psiquiátricos, por más que no sean enfermos mentales.

El número de hospitales psiquiátricos aumentó en todo el país después de que en 1999 comenzara la campaña de persecución contra los practicantes de Falun Dafa. En estas instalaciones y otros centros de detención, las autoridades les administran por la fuerza drogas psiquiátricas a los practicantes para destruir su voluntad causando un gran sufrimiento mental y físico, para así obligarlos a “transformarse” (abandonar la práctica).

En la Parte 1 de este artículo se describieron siete casos de personas discapacitadas o fallecidas como resultado de la administración forzada de medicamentos psiquiátricos, situaciones que fueron condenadas por la Asociación Mundial de Psiquiatría y otras organizaciones similares. En la Parte 2 presentamos más casos como estos.

Drogas psicotrópicas dejan a mujer con muchos efectos colaterales

Kong Qingmei, de 60 años, estuvo cuatro veces entrando y saliendo de los hospitales psiquiátricos en un período de 15 años. Aunque estaba perfectamente sana, la practicante de Falun Dafa fue tratada como una paciente con problemas mentales y se le aplicaron a la fuerza varias inyecciones que la dejaron con distintos efectos colaterales.

En 2005, en un hospital psiquiátrico se le administró medicamentos psicotrópicos contra su voluntad, que le causaron daños mentales y físicos. Se la empezó a ver más demacrada y envejecida con respecto a su edad. Fue liberada después de tres meses, pero pronto fue arrestada de nuevo y enviada al Hospital Mental de Zutangshan, donde permaneció detenida durante cuatro años. Allí, a Kong le daban drogas psicotrópicas tres veces al día. Las enfermeras se sentaban sobre ella para contenerla y le introducían drogas a la fuerza a través de la garganta. Ella sufría severos dolores de cabeza, junto con sequedad de la boca y esófago, y tenía inconvenientes para hablar debido a que su lengua estaba rígida e hinchada. También le picaban mucho los ojos. Apenas podía caminar cuando la liberaron.

Reconstrucción en la que se le inyectan a la fuerza drogas psiquiátricas a una mujer sana. (Minghui.org)

Kong fue arrestada dos veces más y enviada de nuevo al mismo hospital psiquiátrico donde le continuaron administrando drogas desconocidas de manera forzada. La última vez que fue puesta en libertad, no podía caminar y también sufría fuertes dolores de cabeza.

Mujer encadenada a una cama de hierro e inyectada a la fuerza con drogas que le causaron parálisis

El 24 de mayo de 2001, la practicante de Falun Dafa Dong Jingzhe, de 32 años, fue secuestrada de su lugar de trabajo y enviada al campo de trabajo forzado de Longshan. A punto de morir tras ser torturada, fue puesta en libertad en diciembre del año siguiente.

El 5 de marzo de 2005 Dong fue secuestrada nuevamente y enviada al campo de trabajo forzado de Masanjia, donde sufrió brutales torturas físicas y mentales. Los guardias la encadenaron a una cama de hierro y le inyectaron más de 70 ampollas (cinco ampollas de 500 ml.) al día de una droga desconocida. La droga causó parálisis en sus piernas. Muchos de los practicantes de Falun Dafa que se encontraban en Masanjia quedaron paralizados después de haber sido inyectados a la fuerza por el mismo fármaco y con la misma frecuencia de 70 dosis por día.

Dong Jingzhe. (Minghui.org)

Un hombre pierde la memoria y muere debido a las inyecciones forzadas de drogas

En diciembre de 2001, Zhu Hongbin fue arrestado en su lugar de trabajo y sentenciado a siete años de prisión por tener los libros de Falun Dafa en su casa. Mientras estuvo detenido en la prisión de Hongweixing, Zhu fue inyectado con una droga desconocida que lo hizo desmayarse. Cuando recuperó el conocimiento, experimentó una severa pérdida de memoria, incluida su memoria a corto plazo.

Zhu también fue sometido a brutales torturas físicas en la prisión, incluida la privación de sueño y comida, la alimentación forzada que le dañó sus pulmones y le provocó problemas cardíacos, y además estuvo atado y colgado de una pared durante tres días.

Cuando Zhu fue liberado el 29 de diciembre de 2008, estaba muy demacrado y demasiado débil para caminar. Murió seis meses después.

Zhu Hongbin después de ser liberado de la prisión. (Minghui.org)

Drogas desconocidas hacen que la mujer pierda la memoria y la capacidad de pensar

Después de que Song Yanqun fuera liberada el 20 de enero de 2014 de la Prisión de Mujeres de Jilin en libertad condicional médica, pesaba solo unos 30 kg, y muchos de sus órganos funcionaban mal como resultado de haber sido sometida a varios tipos de brutales torturas. Había cumplido casi toda la condena de 12 años que le habían dado por practicar Falun Dafa.

Song Yanqun antes y después de ser enviada a prisión, en violación de las propias leyes de China. (Minghui.org)

Mientras estaba en prisión, Song, de 44 años, se declaró en huelga de hambre en protesta por la campaña de persecución contra los practicantes de Falun Dafa en China y fue alimentada a la fuerza. Durante la alimentación forzada le aplicaron drogas desconocidas mientras que varias reclusas la retenían. La droga no solo entumeció todas sus extremidades, sino que también perdió la memoria y la capacidad de pensar con normalidad. También le inyectaron drogas a la fuerza, lo que le causó  hemorragias y le dejó numerosas pinchazos de agujas en la piel. Estaba al borde de la muerte cuando fue liberada.

Drogado regularmente durante años, hombre se convierte en un grave discapacitado mental

Yang Baochun fue torturado tan brutalmente en el campo de trabajo forzado de Handan en 2002 que hubo que amputarle la pierna derecha. Para eludir la responsabilidad, los funcionarios del campo de trabajo forzado lo enviaron tres veces a un hospital psiquiátrico. Drogado regularmente en el transcurso de cinco o seis años, Yang se convirtió en un grave discapacitado mental. Para cuando fue liberado en 2009, su comportamiento no era diferente al de un paciente con una enfermedad mental avanzada.

Mujer de 32 años muere el día después de una inyección forzada

El 11 de mayo de 2001, Rong Fengxian fue arrestada y llevada a un centro de lavado de cerebro, donde estuvo detenida en aislamiento. Luego fue trasladada al Hospital Mental de Baoding, donde se le inyectó una droga tóxica desconocida. Rong, de solo 32 años, murió en el hospital al día siguiente. El hospital pagó a su familia 7000 yuan (alrededor de 1000 dólares) como compensación.

Rong Fengxian. (Minghui.org)

Inyectado con medicamentos desconocidos, hombre sufre de pérdida de memoria a largo plazo

El 24 de abril de 2004, el practicante de Falun Dafa Fu Yao fue llevado a un hospital psiquiátrico de la ciudad de Harbin, donde fue inyectado con drogas desconocidas. Perdió el conocimiento y sufrió pérdida de memoria durante siete años.

Mas tarde recordó que estuvo en un hospital durante 21 días, y recordó que le inyectaban diariamente drogas desconocidas que lo hacían sentir mareado. Babeaba, alucinaba y no podía dormir.

***

Te puede interesar

Cómo el comunismo en China hace casi 20 años intenta eliminar a 100 millones de chinos

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.