La llamaron «monstruo» por tener síndrome de Down, ahora es maestra de jardín de niños en Argentina

Por Celeste Armenta
21 de agosto de 2019 6:34 PM Actualizado: 22 de agosto de 2019 4:52 PM

Ser maestra de preescolar es una de las profesiones más nobles y arduas en nuestra sociedad, pero cuando una chica con síndrome de Down decidió asumir ese rol, tuvo que sortear varios obstáculos en su camino.

Noelia Garella es una joven de 34 años originaria de Córdoba, Argentina, que nació «a las 12 del mediodía», según detalló en una entrevista que dio para el programa Identidad Privada. Desde pequeña le gustaba jugar a la maestra en el patio de su casa con su hermana menor Romina, donde se alternaban para ser cada una la maestra.

Pero Noe, como la llaman cariñosamente, tiene una condición particular, ella nació con un trastorno genético causado por la presencia de material genético extra en el cromosoma 21, comúnmente conocido como síndrome de Down. Esta particularidad conlleva un retraso intelectual y en el desarrollo.

Noelia, sin embargo, decidió que su discapacidad no la definiría como persona, y con el apoyo de sus padres Delfor y Mercedes, realizó sus estudios de primaria y secundaria, y cuando llegó el momento de elegir su profesión, ella lo tenía muy claro: ¡quería ser maestra de jardín de niños!

El camino no fue fácil. Cuando Noe era pequeña, en la búsqueda de escuela primaria, sus padres se encontraron con una directora que les dijo «en este colegio no acepto monstruos», reportó Clarín, «No me lo dijeron a mí, me lo contaron mis papás, que aún eran jóvenes y se fueron llorando», recordó.

Después de mucha búsqueda, encontraron otra escuela que aceptó a Noelia, y ahí terminó su primaria y secundaria. Una vez en la carrera profesional, que cursó durante tres años, su maestra integradora le sugirió: «qué te parece si estudias, disco, panadería…», y Noe muy segura respondió: «¡No! a mí me gusta mi profesión, me gusta ser maestra jardinera», comentó en la misma entrevista.

La paciencia rindió sus frutos. Cinco años después de graduarse, en 2012, Noe fue contratada en un jardín maternal y nombrada encargada del programa de estimulación temprana a la lectura.

«No fue fácil. fue un gran desafío. Hubo gente que creo que desde un lugar de responsabilidad y con convicción creía que no era posible que un docente con síndrome de Down pudiera ejercer la docencia», recordó en una entrevista a AFP TV, María Alejandra Senestrari, la primera directora que creyó en las capacidades de Noelia.

Para poder recibir el visto bueno de que Noelia estaba capacitada para estar frente a un grupo, el intendente de Córdoba asistió a una de sus clases, donde junto a la directora, compañeros y vecinos se tomó nota de su desempeño. Posteriormente recibió un reconocimiento de la ciudad de Córdoba a su labor, dijo Noe en Andes en vivo, un programa de Ecuador.

¿Qué enseña Noe a sus alumnos? Ella dice que le gusta enseñar a los chicos a ser unos buenos lectores y que cuando crezcan no discriminen a nadie, aunque su mensaje no solo va dirigido a los niños sino también a los adultos. También motiva a los docentes a prepararse y estudiar más, expresó en una entrevista.

Actualmente Noe trabaja en el jardín maternal Jeromito, donde educa a niños de uno, dos y tres años.

Y los padres han formado su propia opinión: «Nos dijeron que iba a haber una maestra con síndrome de Down y que no nos asustáramos, pero a mí me pareció normal y me pareció muy buena la idea que puedan compartir con los chicos», publicó AFP TV.

Y como toda maestra, también tiene sus hobbies, practica natación y baile, además en verano da clases a chicos especiales junto a su hermana. Pero por sobre todas las cosas se mantiene firme en estar con «sus chicos» y sueña que vayan a su casamiento, aunque agrega que la mamá de su novio en 2015 «era medio celosa», comenta Noe graciosamente a la periodista de TN, María Areces.

En 2016, Noelia participó en un programa de concursos en Argentina donde hizo gala de su cultura y tranquilidad a la hora de responder las preguntas que le realizaron. Al final arriesgó los 750.000 pesos argentinos que había acumulado, y al responder mal una pregunta terminó con 180.000 pesos argentinos, que dijo compartiría con una amiga que lo necesita para su hijo, un niño con una discapacidad, y para viajar a Disney con su familia.

Sin dudas, el camino de Noe no ha sido fácil, pero la constancia y el acompañamiento de su familia la han llevado a superar obstáculos que requieren de una gran fortaleza para continuar. Y ella lo tiene muy claro: «no bajen los brazos, en esta vida si no estudiamos, si no trabajamos no somos nada. Hay que trabajar, hay que estudiar, que todo se puede y sigan adelante», expresó Noelia durante su viaje a Ecuador.

Y qué mejor que seguir su ejemplo, como dijo para Identidad Privada: «[…] que luchen, que puedan avanzar poco a poco, que es como empecé yo […] Despacito, con nuestros tiempos».

Mira a Noelia participando en el concurso:

Chico con síndrome de Down se entera que fue admitido en la universidad

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