Los abuelos abandonados en un bar en Argentina siguen sin hogar propio tres semanas después

Por Jesús de León – La Gran Época
26 de junio de 2019 8:19 PM Actualizado: 26 de junio de 2019 8:19 PM

La pareja de ancianos Hilda (86) y Hugo (92), que fueron abandonados en un bar de Rosario, en Argentina, aún continúan sin tener un hogar propio para ellos.

El pasado 5 de junio, su hijo los dejó en el bar para que almorzaran, pero nunca regresó.

Los dueños del local de comida donde dejaron a los ancianos llamaron a la comisaría tras verlos solos durante más de 7 horas. Además, aquel día habían sido desalojados del departamento que arrendaban.

El personal de asistencia social logró dar con otro de los hijos del matrimonio, Raúl González, de 59 años, quien se hizo cargo de sus padres llevándolos a su casa.

Pero tras llevarlos a su hogar, afirmó que no tiene tiempo para cuidarlos, ni espacio en su casa para recibirlos.

En la casa de Raúl viven seis personas. Él, su esposa, sus dos hijos y ahora también sus padres. Todos repartidos en una pequeña casa con dos habitaciones.

«Tuve que darles mi habitación a mis viejos. Son dos personas grandes que necesitan su espacio. Con mi mujer dormimos en el living. Tengo dos hijos grandes que hoy no pueden hacer su vida. Sus amigos hoy no pueden venir a casa. Se trastornó todo y tenemos poco espacio. Pero lo peor de todo es que no me alcanza para nada la plata. Yo soy la única fuente de ingreso de este hogar y ahora son dos bocas más para darles de comer. Mi hijo se quedó sin trabajo y hoy está changueando», contó Raúl a Infobae.

El hombre añadió que reciben gran cantidad de ayuda de vecinos y gente de distintos lugares del país pero que aun así la situación es dificíl.

Raúl es un empleado municipal, que apenas vive con lo justo. Comentó que su salario es el único ingreso de la familia y que apenas les alcanza «para comer polenta». «Si antes ya estábamos ajustando, hoy estamos peor», lamentó.

Por otra parte, Hugo «olvidó» el banco en el que cobra el haber mensual y por eso no han podido acceder a él.

«Le pregunté y me dice que no sabe. En realidad, mi viejo no sabe ni dónde está», remarcó Raúl. Además de la edad, el papá es sordomudo y su capacidad de comunicarse es casi nula.

Al mismo tiempo, días atrás Hilda fue internada por un severo cuadro de bronquitis. Estuvo varios días en el hospital, aunque ya fue dada de alta y se recupera en casa de su hijo Raúl.

Contó que los visitó una ONG para traerles comida o ropa y que lo agradece pero que considera que necesita encontrarles un lugar donde se puedan quedar.

Esta semana anticipó que tendrá una reunión en el PAMI, en la cual le ofrecerían un geriátrico.

Solidaridad

Hilda y Hugo se transformaron en los protagonistas de miles de muestras de solidaridad por parte de distintas personas de toda la Argentina que no sólo buscaban darles una mano, e incluso, adoptarlos.

Entre las personas que querían llevarlos a su casa estaba el cordobés Juan Pablo Rodríguez, creador de la Fundación Un Tatuaje por una Sonrisa.

Juan Pablo viajó este fin de semana a Rosario para concretar ese anhelo pero también para ayudarlos con alimentos y ropa, según Tucumanalas7.

Este lunes, en el muro en Facebook de la Fundación contó el deseo de los abuelos.

“Ellos únicamente necesitan y desean reubicarse , que el estado u obra social PAMI los ubique en un geriátrico con atenciones mínimas, no necesitan ni ropa ni nada, solo quieren y desean reubicarse y poder terminar sus vidas dignamente”, dijo Juan Pablo después de visitarlos.

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