El Ayuntamiento de Los Ángeles aprobó el miércoles una de las órdenes de vacunación contra el COVID-19 más estrictas del país, que exige una prueba de vacunación para entrar en restaurantes, cines, salones de belleza, centros comerciales y muchos otros lugares cerrados.
Los ciudadanos tendrán que presentar una prueba de vacunación en gimnasios, estadios deportivos, museos, spas, instalaciones gubernamentales cerradas, centros comerciales, restaurantes y bares. Para las personas con exenciones religiosas o médicas, se requerirán pruebas negativas de COVID-19 dentro de las 72 horas anteriores a la entrada, según la ordenanza, que no menciona la «inmunidad natural» proporcionada por una infección previa de COVID-19.
Para las personas no vacunadas que intenten utilizar los servicios públicos, se les proporcionarán «acuerdos alternativos para acceder a los servicios públicos», incluidos los servicios en línea o al aire libre, o la presentación de una prueba negativa para entrar, según la ordenanza.
Las tiendas, incluidos los supermercados y las farmacias, no están incluidos.
La orden se suma esencialmente a la ordenanza sanitaria aprobada el 17 de septiembre, que obliga a los bares, salones, cervecerías, cavas y discotecas a exigir que los clientes muestren una prueba de vacunación para entrar. La ordenanza también establece que los organizadores de eventos con más de 10,000 asistentes deben exigir una prueba de vacunación o un test negativo.
También se han implantado órdenes similares en Nueva York, Nueva Orleans, San Francisco y West Hollywood. Algunos países europeos, Israel y otras naciones también han implantado sistemas de pasaporte de vacunas, mientras que Israel anunció recientemente que los residentes tendrían que recibir una dosis de refuerzo seis meses después de haber recibido su segunda vacuna para ser declarados totalmente vacunados.
La votación del ayuntamiento del miércoles fue de 11 a 2, con los votos de los concejales John Lee y Joe Buscaino en contra de la nueva orden. A principios de este año, Lee dijo a los periodistas que tenía preocupaciones con la propuesta y argumentó que es «arbitraria y no conducirá a un aumento de la vacunación de nuestros residentes».
La Federación de Empresas del Condado de Los Ángeles criticó las nuevas restricciones diciendo que colocarían a las empresas de Los Ángeles en «una desventaja competitiva con respecto a otras zonas vecinas», al tiempo que planteaba preguntas sobre cómo podrían las empresas luchar contra las falsas acusaciones. Por su parte, la Cámara de Comercio Unida del Valle de San Fernando dijo que la exigencia es poco práctica y poco razonable para aplicarla.
Otros críticos, incluyendo residentes, dijeron que la orden es divisiva, una forma de discriminación, y crearía una sociedad de dos niveles de personas vacunadas y no vacunadas.
«Me horroriza que el Ayuntamiento proponga una orden tan draconiana, inconstitucional e inmoral», dijo uno de ellos en una carta a los miembros del consejo, reportó Los Angeles Times.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU., las personas totalmente vacunadas aún pueden contraer el COVID-19 y transmitirlo a otras personas. Las autoridades sanitarias federales han sugerido que es menos probable que desarrollen síntomas, requieran hospitalización o mueran.
El COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
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