¿Habrá algún lugar en el mundo donde esté prohibido acariciar a un peludo cachorrito? Sí, lo hay.
A lo largo de los siglos, en el planeta han habido muchos desastres naturales, pero también algunas catástrofes han sido provocadas por los mismos hombres. Algunas han causado graves consecuencias al medio ambiente y a los seres que viven en él, incluso hasta volverlos radioactivos y peligrosos al grado de no poder tener contacto con nadie más, como el caso de los perritos que habitan en Chernobyl.
El desastre nuclear de 1986 ocurrido en Chernobyl, en lo que actualmente es el norte de Ucrania, fue un accidente causado por un sobrecalentamiento de un reactor que provocó una explosión de hidrógeno acumulado que afectó gravemente a cada ser vivo de la ciudad, convirtiéndose en una de las peores catástrofes ambientales de la historia mundial.
Las personas que habitaban esta zona fueron evacuados inmediatamente. Sin embargo, los animales, y principalmente las mascotas de las familias, quedaron abandonadas en el lugar, pues sus dueños no sabían que no podrían volver y menos aún que posteriormente incluso mandarían a aniquilar a estos peludos por tener radioactividad en sus cuerpos, informó el Huff Post.
Así comienza la historia de cientos de animales que han sido olvidados y que, 30 años después, siguen en la misma soledad.
Aunque normalmente los caninos son considerados los mejores amigos del hombre, en la zona de exclusión de Chernobyl, área de 1600 kilómetros cuadrados alrededor de la planta nuclear cuyo acceso está estrictamente limitado, los perros son considerados como altamente peligrosos por su radiactividad, de modo que el contacto humano simplemente está prohibido.
Según estimaciones, en la zona hay aproximadamente unos 900 perros callejeros, los cuáles probablemente descienden de aquellos perros que fueron olvidados después de la evacuación en 1986.
«Los cachorritos de Chernobyl”, un cortometraje realizado por Drew Scanlon, muestra a varios adorables cachorros rondando en la zona de exclusión. Según comentó el Huff Post, Scanlon tuvo prohibido tener contacto mientras grababa su vídeo, y al ver estos pequeños caninos buscar su atención, su corazón se conmovió profundamente.
Los trabajadores de la planta, los turistas y algunas otras personas que tienen permiso para entrar, bajo el control estricto del gobierno, tienen completamente prohibido acariciar a los animales.
Una iniciativa para ayudar a estos amorosos animales
Claramente, no es fácil ver un perrito jugando y meneando la cola, queriendo simplemente recibir algo de cariño. Por este motivo ya hay varios voluntarios, incluyendo veterinarios y expertos en radiación de todo el mundo, que participan en una iniciativa llamada Los Perros de Chernobyl, lanzada por la organización sin fines de lucro Clean Futures Fund.
Los perros carecen de alimentación suficiente, así como de predación de la vida silvestre que ha crecido debido a la relativa ausencia de humanos en la región, mencionó Lucas Hixson, especialista en radiación y cofundador de Clean Futures Fund, al HuffPost. Sin embargo los caninos se reproducen y sobreviven, aunque no es tan fácil ver a un perro de edad avanzada.
La misión de esta iniciativa es ayudar a mejorar la calidad de vida de estos perros. El equipo estudia su exposición a la radiación, los vacunan contra parásitos y enfermedades como la rabia, los etiquetan y los liberan de nuevo en la zona de exclusión. Algunos de ellos son equipados con collares especiales con sensores de radiación y receptores GPS que ayudan a mapear los niveles de radiación.
Definitivamente una historia que hace emerger la compasión hacia estos «intocables» animales, pues de manera natural tanto las personas como los perros suelen tener vínculos que los vuelven parte de la vida de muchos en sus hogares.
Y aunque en este caso han sido separados por las circunstancias del lugar… esperemos que con el paso del tiempo puedan recibir la atención y cariño de más personas a su alrededor.
Mira el conmovedor vídeo a continuación:
Esta adorable abuela quiso hacerle un regalo especial a su nieta por todo su sacrificio
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