Madre migrante dice que fue presionada para unirse a la irrupción en la frontera

Por Charlotte Cuthbertson y Kimberly Hayek - La Gran Época
29 de noviembre de 2018 4:25 PM Actualizado: 08 de julio de 2019 3:36 PM

TIJUANA, México – María Luisa Cáceres fue a la zona fronteriza de El Chaparral en Tijuana el 25 de noviembre para verificar el estado de su número de solicitud de asilo en Estados Unidos. Fue en esa carpa de registro improvisada, que una semana antes le habían dado el número 1537.

El grupo que organiza los números de asilo es Pueblo Sin Fronteras, un grupo que aboga por fronteras abiertas y que ha apoyado a varias caravanas de migrantes centroamericanos que intentan obtener asilo en Estados Unidos.

El grupo escribe los nombres de los solicitantes de asilo en su libro –a cada número se le asignan 10 nombres– y cuando se llama a un número, ese es el día en que esas personas ingresan al cruce de peatones hacia Estados Unidos y solicitan el asilo. Pueblo Sin Fronteras ha registrado más de 11.000 nombres desde marzo y el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos procesa alrededor de 100 solicitudes de asilo por día en El Chaparral.

El sistema parece contar con una maquinaria de asilo bien aceitada, con organizaciones no gubernamentales como Al Otro Lado, con sede en Los Ángeles, que van al campamento para asesorar a los migrantes sobre su proceso y sobre cómo abordar ciertas preguntas.

La directora de litigios de la organización, Erika Pinheiro, estuvo dando consejos con un altavoz en el campamento de migrantes del complejo deportivo Benito Juárez, el 19 de noviembre.

Miembros de la caravana de migrantes de América Central escuchan a Erika Pinheiro, directora de litigios de Al Otro Lado, quien les da instrucciones sobre el proceso de asilo en Estados Unidos en un complejo deportivo municipal en la Zona Norte, cerca de la frontera de Estados Unidos y México en Tijuana, México, en noviembre. . 19, 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Ella les dijo a los migrantes que no dejaran de presentar su solicitud de asilo antes de que se cumpliera un año de haber ingresado a Estados Unidos, de lo contrario, solo podrían solicitar una «retención de expulsión», que tiene muchos menos beneficios.

«Es importante estar calificado para el asilo», dijo Pinheiro. “[La retención de expulsión] no es un camino hacia la residencia y la ciudadanía. Es decir, solo tendrán un permiso de trabajo; nunca podrán salir de Estados Unidos; no pueden solicitarlo para su familia; no pueden votar en Estados Unidos. Básicamente, no serán deportados pero no tiene muchos beneficios».

Pero les dijo, incluso los delincuentes y quienes fueron deportados antes pueden obtener la retención de expulsión.

«Estamos obligados»

Cuando el 25 de noviembre la Sra. Cáceres fue con su hijo de 15 años con necesidades especiales a verificar su número de asilo, le dijeron que pasarían otras tres semanas antes de que llamaran su número.

Pero ese fue también el día en que los organizadores convocaron a los miles de migrantes a marchar hacia la frontera. Cáceres dijo que no planeaba unirse a la protesta, «pero como estamos con la caravana, nos vemos obligados a hacerlo».

«A decir verdad, nos dijeron que si no íbamos a la caravana, no estábamos con ellos, y ya sabes, desde que partimos de Honduras, vinimos en una caravana», dijo.

La Sra. Cáceres y su hijo quedaron atrapados entre la multitud, y dijo que su rostro todavía estaba sintiendo los efectos del gas lacrimógeno utilizado por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para repeler a los migrantes que irrumpieron en la primera capa de vallas.

«Lo que hice ayer fue muy arriesgado. Espero que no vuelva a suceder», dijo, y culpó a la gran cantidad de hombres migrantes que corrieron hacia la policía antidisturbios de México para irrumpir en la frontera. «Hay personas que solo piensan en sí mismas, no piensan en las madres con hijos, no piensan en nada».

Migrantes se abalanzan sobre la policía antidisturbios al pie de un puente que conduce desde el campamento de migrantes hasta la entrada peatonal de El Chaparral en el cruce de la frontera de San Ysidro en Tijuana, México, el 25 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

La madre estaba en el albergue Benito Juárez cuando La Gran Época la entrevistó. Acababa de recibir una carpa para dormir, con «Abolir ICE» (el Servicio de Migración de EE. UU.) pintado en los costados. Antes de eso, había estado durmiendo a la intemperie, soportando el frío y una tormenta que azotó varias noches antes.

Contó que se unió a la caravana en Honduras porque pensaba que podía llegar a Estados Unidos y obtener ayuda, especialmente para su hijo con necesidades especiales. Decidió rechazar la oferta de asilo en México, «porque si nos quedamos aquí, es como quedarse en Honduras».

La mujer dejó atrás a otros cuatro niños en Honduras, de entre 11 y 25 años.

Arlen Cruz y su hija Nayli Rosario en el campamento de migrantes en el complejo deportivo Benito Juárez en Tijuana, México, el 26 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Arlen Cruz y su esposo fueron alentados a llevar a su hija Nayli Rosario, de 2 años, a la protesta el 25 de noviembre.

“Me dijeron que sería una manifestación pacífica y normal, solo para participar. Pero luego todo salió mal «, dijo en el campamento el 26 de noviembre.» Nadie dijo que iban a pasar, solo dijeron que era una manifestación hacia el puente y que luego íbamos a estar de vuelta».

Cruz dijo que su familia no corrió a la frontera con los aproximadamente mil migrantes el 25 de noviembre, sino que regresó al campamento. Ella dijo que su esposo ya tiene cuatro hermanos en Estados Unidos.

«Quiero quedarme un tiempo en México, y luego, si Dios quiere, cruzar», explicó.

«Una obra política y montada»

Los organizadores de las caravanas están tratando de debilitar a la administración de Trump y a Estados Unidos, manifestó el Coronel Fred Peterson, exdirector de asuntos públicos de la Fuerza de Tarea Conjunta del Norte, la operación antidrogas y antiterrorista del Departamento de Defensa.

«Esta es una operación muy bien financiada», dijo a La Gran Época. «No es para nada espontánea».

Los migrantes están siendo explotados con fines políticos, dijo. «Solo son accesorios en una obra política y montada».

El Coronel Paterson anticipó que los organizadores pondrían intencionalmente a los migrantes en situaciones peligrosas para crear un incidente que pudiera ser utilizado para dañar a Estados Unidos.

«Es posible que preparen un evento donde inocentes sean asesinados intencionalmente», dijo.

Migrantes corren hacia la frontera de Estados Unidos cerca de la entrada peatonal de El Chaparral en el cruce fronterizo de San Ysidro en Tijuana, México, el 25 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Niños en la línea de frente

La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, defendió el uso de gases lacrimógenos por parte de la Patrulla Fronteriza durante la irrupción de la valla de la frontera el 25 de noviembre, y acusó a los organizadores de la caravana de empujar a las mujeres y los niños a las líneas de frente.

«Parece que en algunos casos el número limitado de mujeres y niños en la caravana está siendo utilizado por los organizadores como ‘escudos humanos’ cuando se enfrentan a los oficiales del orden público», escribió Nielsen en una publicación de Facebook el 26 de noviembre.

“Los organizadores de la caravana los están poniendo en riesgo, como vimos en la frontera México-Guatemala. Esto está poniendo en peligro a personas vulnerables».

Nielsen dijo que hay 8500 miembros de caravanas en Tijuana, Mexicali, México, y también informó de caravanas adicionales en camino.

Los migrantes comienzan a retirarse a medida que oficiales estadounidenses usan gas lacrimógeno para repeler sus intentos de cruzar ilegalmente hacia Estados Unidos, al oeste del cruce de San Ysidro en Tijuana, México, el 25 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Hace un mes, el vicepresidente Mike Pence dijo que información de inteligencia de socios extranjeros, apuntaba a grupos de izquierda detrás de las caravanas.

«Lo que me dijo el presidente de Honduras es que la caravana fue organizada por organizaciones de izquierda, activistas políticos dentro de Honduras, y dijo que estaba siendo financiada por grupos externos, incluso desde Venezuela», dijo Pence a Fox News el 26 de octubre.

Un video publicado por la alcaldía de Tijuana en Twitter el 23 de noviembre, muestra al capitán de la Policía Municipal, Víctor M. Coronel Quintero, quien “pidió de una manera atenta a los migrantes que hicieran conciencia sobre el riesgo en el que se ponían ellos y sus hijos”.

El capitán dice a los migrantes que no escuchen a los líderes de las caravanas, quienes les decían que pusieran a los niños en la línea del frente.

«¡Que no los engañen! ¡Que no los engañen estos líderes! Nomás están arriesgando que a su familia les pase algo. Porque ellos dicen ‘váyanse por delante’ y ellos no van a ir por delante», se oye decir al oficial.

Migrantes atraviesan la valla fronteriza de EE. UU. justo pasando la entrada peatonal del cruce de San Ysidro en Tijuana, México, el 25 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

El policía continúa diciendo que «no es de hombres» llevar a los niños a las líneas del frente.

«Si ustedes les hacen caso y mandan a sus hijos por enfrente, ustedes van a tener en la conciencia si algo les paso a los niños, ellos no tienen nada de culpa, no le sigan la corriente a este señor y al otro que anda allí», destacó el Capitán.

El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, dijo en una conferencia de prensa del 27 de noviembre que los padres migrantes actuaron de manera irresponsable en los actos violentos del 25 de noviembre.

«¿Cómo es posible que un padre, una madre, pueda ser tan desalmado y lleve su niño al riesgo?», dijo Gastélum. “Hay unas fotos allí horrendas, en donde una mamá va jalando, tratando de salvar los hijos de una situación de los gases lacrimógenos, ¿pero quien las lleva allí? Esos líderes que traen la caravana por toda la república, por toda la república las exponen», destacó Gastélum.

Se aprovechan de los migrantes

Trevor Loudon, un reconocido experto en grupos comunistas y colaborador de La Gran Época, dijo que Pueblo Sin Fronteras y otros grupos socialistas y comunistas que quieren desmantelar las fronteras de Estados Unidos se están aprovechando de los migrantes.

«El público estadounidense no entiende cuán explotados están estos [migrantes]», dijo Loudon. «Han puesto todo en esto e hicieron una caminata masiva y ahora, básicamente, van a estar sentados allí abandonados. Y lo único que va a suceder es que serán usados como carne de cañón para la violencia o las fotografías».

Loudon dijo que los organizadores saben que Estados Unidos no puede permitir que miles de migrantes ingresen sin control, dado que iniciaría una ola interminable «y básicamente destruiría el país».

«Qué cruel es aprovecharse de la gente de esa manera, sabiendo que Estados Unidos no podía dejarlos entrar», dijo. «De cualquier manera, estas personas son solo peones».

Según Loudon, Pueblo Sin Fronteras está dirigido por Emma Lozano, que proviene de una muy conocida familia del partido comunista en Chicago.

«Sé que jugaron un papel muy activo en fomentar la caravana desde el principio», dijo Loudon.

Una vista de parte del complejo deportivo que actualmente alberga a 5150 migrantes en el barrio Zona Norte de Tijuana, México, el 24 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

En el campamento de migrantes en Tijuana, donde más de 5150 migrantes se amontonan en un polvoriento complejo deportivo, se distribuyen volantes de propaganda comunista.

Un volante, distribuido en español entre los migrantes la noche del intento fallido de cruzar la frontera, dice: “¡Ábranla o lo cerraremos! ¡Hay que dejar entrar a todos!»

El folleto fue impreso por BAMN, una organización comunista con sede en California que se describe como una «Coalición para defender la acción afirmativa, la integración y los derechos de los inmigrantes y luchar por la igualdad por cualquier medio necesario».

El volante es un grito de guerra para que los migrantes permanezcan juntos hasta lograr sus objetivos, incluido el mensaje: «Trump debe irse o ser removido POR CUALQUIER MEDIO NECESARIO».

Integrantes de la caravana de migrantes de América Central acampan fuera de un complejo deportivo municipal en la Zona Norte, cerca de la frontera de EE. UU. y México en Tijuana, México, el 19 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Un segundo volante, escrito por el Partido Comunista de México en Baja California, fue entregado la noche siguiente. La única hoja, con un martillo y una hoz en la esquina superior derecha, insta a los migrantes a: «Organicemos la solidaridad activa y la defensa contra cualquier ataque nacionalista o de gobierno».

Continúa diciendo: “Su lucha es nuestra. […] No basta cambiar de país, sino organizarnos y luchar de manera revolucionaria para transformar nuestros lugares de residencia».

El volante también dice que los migrantes están huyendo de países donde «manda el capitalismo», y culpa a Estados Unidos por las condiciones en Centroamérica.

Loudon dijo que los grupos detrás de los volantes están tratando de unir a los migrantes dándoles un sentido de agravio.

«Que este es un problema de derechos civiles y que el presidente Trump está siendo un tirano por tratar de negar el acceso a estas personas», dijo. «Y que merecen ir a Estados Unidos porque Estados Unidos básicamente ha creado condiciones horribles en sus países».

En realidad, explica Loudon, la mayoría de los países de América Latina tienen gobiernos marxistas, socialistas y de exguerrillas que han permitido que las pandillas y los cárteles de la droga controlen todo.

«Es decir que la mayoría de los problemas en América Latina no vienen de Estados Unidos, sino del marxismo, la criminalidad y la interferencia de los chinos, los soviéticos y los cubanos durante un período muy largo, para crear un caos básico y pobreza en la mayoría de los paíse al sur de la frontera [de EE. UU.], y luego culpan a Estados Unidos, como siempre».

Pueblo Sin Fronteras no ha respondido a varias solicitudes de comentarios.

Abel Noe Ratcliff-Ponce, de 28 años, de Honduras, en el campamento de inmigrantes en el complejo deportivo Benito Juárez en Tijuana, México, el 26 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Cambio de planes

Varios migrantes con los que habló La Gran Época expresaron desilusión y dijeron que querrían volver a Honduras.

Abel Noe Ratcliff-Ponce dijo que creía que podría ingresar a Estados Unidos porque tiene un bebé enfermo en Honduras. Dijo que vino con su sobrino de 17 años, y que los organizadores de la caravana ya lo han llevado al puerto de entrada de Estados Unidos como un menor no acompañado.

«¿Por qué quedarse aquí? Es mejor si vuelvo a mi país», dijo Ratcliff-Ponce. «Es lo mismo aquí que en Honduras. ¿Por qué quedarme aquí sin mi familia? Para eso vuelvo a mi país, mi familia está allí».

El guatemalteco Luis Conde, de 48 años, ha estado en Tijuana por unas dos semanas. Dijo que no tiene la intención de solicitar asilo en Estados Unidos, porque «no me lo van a dar».

«Si no entregan papeles, bueno, al diablo, voy a saltar. No hay duda de eso», dijo el 26 de noviembre. «Si uno ve la oportunidad, tiene que aprovechar las oportunidades que vienen, y cuando vienen y ves que no es peligroso, bam, estás ahí».

Luis Conde (der), de 46 años, de Guatemala, en la fila para comida fuera del campamento para migrantes en el complejo deportivo Benito Juárez en Tijuana, México, el 26 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Nielsen dijo que el 90 por ciento de los integrantes de la caravana no cumplen con los criterios de asilo. A solo el 9 por ciento de los centroamericanos que ingresan a Estados Unidos y piden asilo se les otorgan tales protecciones.

«La mayoría de estos migrantes buscan trabajo o se unen a familiares que ya están en Estados Unidos», dijo Nielsen. “Todos han rechazado múltiples oportunidades para buscar protección en México o a través de ACNUR, la Agencia de Refugiados de la ONU. Buscar empleo o reencontrarse con la familia no son motivos de asilo según nuestras leyes, ni ninguna obligación internacional».

Muchos de los hombres en la caravana han dicho que no ingresarán a Estados Unidos legalmente y no solicitarán asilo.

«Es una pérdida de tiempo. Es un proceso que lleva meses y años, es mucho tiempo», dijo el hondureño Marco Gómez, de 26 años.

Gómez le dijo a La Gran Época el 24 de noviembre que el plan es esperar hasta que lleguen a Tijuana los 20.000 inmigrantes que se esperan y luego ingresar a Estados Unidos en masa.

«Nos mantendremos juntos y seremos fuertes, y luego nos pasamos a Estados Unidos», dijo. “De manera pacífica, como la gente que va de un país a otro. Marchando».

Frank Martínez, quien viaja con su padre, dijo que cruzarán ilegalmente.

«Personalmente, y sé que muchas personas intentarán hacer lo mismo, voy a cruzar ilegalmente. Entraré ilegalmente”, dijo. «Porque queremos una vida mejor, y tengo prisa».

Martínez dijo que México le ha ofrecido asilo, pero no lo aceptará.

«No es mi intención quedarme aquí, en este país. Mi intención es Estados Unidos”.

El ejército de los Estados Unidos patrulla la cerca de la frontera entre los Estados Unidos y México en el Parque de la Amistad en San Ysidro, California, el 15 de noviembre de 2018. (Charlotte Cuthbertson/La Gran Época)

Y ahora qué

En una conferencia de prensa fuera del campamento de migrantes el 27 de noviembre, un representante se mostró impreciso acerca de los planes futuros, pero dijo que quiere que el mundo vea «que existimos en Tijuana, que vivimos en Tijuana, en la miseria».

«Y si vuelve a suceder, no podemos tomar decisiones si nuestros compañeros detrás no toman esa decisión. Si deciden tener otra manifestación pacífica, entonces volverá a suceder. Si no, continuaremos luchando por el asilo», dijo el líder.

Loudon dijo que con la mayoría de los grupos comunistas en California involucrados activamente en la caravana, es de esperar que ocurran más incidentes. «Para mantener el problema frente a los medios de comunicación […] es de esperar que algunas personas vayan a la frontera y provoquen activamente problemas».

Pero la resolución del problema depende en gran medida de la respuesta de México, que ha sido mixta hasta ahora.

«Simplemente no vienes a México cuando te apetece, así que los mexicanos dejaron que esto sucediera», dijo Loudon, refiriéndose a que la caravana pudo cruzar a México y viajar prácticamente sin obstáculos hasta Tijuana.

«México cree que tiene el derecho de exportar sus problemas a [Estados Unidos] y básicamente declarar la guerra a Estados Unidos al permitir que estas personas crucen su territorio, sabiendo muy bien cuál era su intención», dijo.

Loudon comentó que el nuevo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, es un socialista procubano, por lo que «no puedo ver ninguna cooperación real de su parte, a menos que esté absolutamente obligado a hacerlo».

«Creo que está fingiendo colaborar con el presidente Trump en este momento porque Trump realmente le ha dicho cosas duras y está cerrando activamente la frontera». Creo que [López Obrador] tratará de subvertir eso por cualquier medio necesario ”, dijo Loudon.

Agregó que cree que Trump seguirá adelante con sus amenazas de cerrar la frontera, lo que afectará económicamente a México, y eventualmente, los migrantes se dispersarán.

«Pero sigue ofreciendo una gran propaganda para la izquierda de todo el mundo, diciéndole a todos lo despiadado que es el presidente estadounidense, porque solo están viendo la mitad de la historia», dijo.

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