Maduro maquilla la dictadura como antesala a la llegada de Bachelet

Por Sabrina Martín
18 de junio de 2019 8:16 PM Actualizado: 18 de junio de 2019 8:16 PM

A solo horas de la visita de la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet a Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro intenta maquillar la crisis; empezó a liberar presos políticos como si pudiera ocultar los embates de la dictadura.

Bachelet viajará al país suramericano desde el 19 al 21 de junio para constatar la crisis generada por el socialismo, pero el régimen decidió implementar medidas para desvirtuar la realidad del país.

Los presos políticos Gilber Caro, Melvin Farías y Junior Rojas recuperaron su libertad este lunes por decisión del régimen de Nicolás Maduro; mientras que aún quedan tras las rejas 715 venezolanos detenidos por razones políticas.

De acuerdo con la ONG Foro Penal Venezolano, en la última semana fueron también excarceladas 68 personas; una especie de antesala para recibir a la expresidenta de Chile.

Una nueva visita

Fue la usurpadora Cancillería venezolana la que anunció la visita de Bachelet al país, y en un comunicado señaló que será para «constatar los amplios e históricos esfuerzos del Gobierno para promover y garantizar los derechos del pueblo venezolano».

Sin embargo, de acuerdo con un comunicado oficial divulgado por la ONU, la agenda prevé encuentros con figuras del régimen y la oposición.

Trabajadores del sector petrolero en huelga de hambre desde el 30 de mayo exigen la presencia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, el 18 de junio de 2019 en Caracas, Venezuela. (YURI CORTEZ/AFP/Getty Images)

«Señora Michelle Bachelet, bienvenida a Venezuela para buscar soluciones urgentes y atención directa a la emergencia humanitaria compleja», dijo el presidente (e) Juan Guaidó al pedir a la expresidenta chilena que no permita que la «secuestren» y la «metan en unos salones, en unos hospitales parapetados».

Y es que el anuncio de la visita generó posiciones encontradas entre quienes alabaron la decisión del viaje y quienes advierten que el régimen controlará los recorridos de Bachelet para evitar que pueda corroborar la crisis del sistema de salud y las precarias condiciones de las cárceles, donde en los últimos tres años han fallecido 155 reclusos durante motines.

Bachelet envió a inicios de marzo un equipo técnico que durante casi dos semanas estuvo en Caracas y dos ciudades del interior para evaluar la situación de los derechos humanos y las condiciones para la visita de la alta comisionada.

En esa oportunidad y a pesar de que la dictadura quiso disfrazar la realidad del país suramericano, Bachelet comprobó la violación a los derechos humanos a manos del régimen y por primera vez habló con contundencia desde la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Bachelet mostró «preocupación» debido a que las fuerzas de seguridad de Venezuela reprimen a la disidencia con el uso excesivo de la fuerza; reconoció que existen “colectivos armados” que violan los derechos humanos durante las manifestaciones pacíficas “que han sido criminalizadas”; rechazó el limitado acceso de la “libertad de expresión y prensa” en el país.

«No se deje secuestrar»

Existen antecedentes en Venezuela de que la dictadura ha buscado maquillar la realidad para que no se conozca la grave situación por la que atraviesa el país suramericano, por esa razón los principales líderes de oposición piden a Bachelet que no se «deje secuestrar».

Antonio Ledezma expreso político y alcalde exiliado le envió un mensaje a la Alta Comisionada para Derechos Humanos: «No se deje secuestrar por las mafias de Maduro», indicó.

«Le recomiendo que recorra las calles de Caracas y verá a la gente comiendo de la basura; vaya al hospital JM de los Ríos y se enterará por qué mueren niños, o acuda a cualquier centro de salud y confirmará que hay una catástrofe humanitaria», señaló el dirigente opositor.

Asimismo, invitó a la ex presidente de Chile a visitar «La Tumba», la cárcel donde son torturados decenas de presos políticos por las fuerzas de seguridad del régimen chavista.

«Vaya a La Tumba y va a sufrir en carne propia los horrores que sufrió su padre en la dictadura chilena. Hable con los presos políticos, civiles, militares, y les van a relatar cómo han sido torturados», reiteró.

«Diga que le permitan hablar con el Capitán Caguaripano, con el comandante Ibver Chaparro, con el general Isaías Baduel, con los diputados Edgar Zambrano, Juan Requesens, el resto de los presos políticos y sus familiares», agregó.

El maquillaje de la dictadura

Trabajadores del sector petrolero en huelga de hambre desde el 30 de mayo exigen la presencia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, el 18 de junio de 2019 en Caracas, Venezuela. (YURI CORTEZ/AFP/Getty Images)

En marzo cuando se dio la visita del equipo técnico, Miguel Pizarro, diputado a la Asamblea Nacional y presidente de la Comisión Especial de Seguimiento de la Ayuda Humanitaria, anunció la pretensión de Maduro de “maquillar” la situación que atraviesa el país.

En esa oportunidad la periodista venezolana Dayana Krays también denunció, a través de sus redes sociales, que la Comisión de Bachelet fue hasta la cárcel de Ramo Verde para constatar las violaciones de los derechos humanos, pero sin tener contacto alguno con los presos políticos. Informó que los detenidos tuvieron que gritar desde sus celdas que son tortuados.

La ONG Programa Venezolano de Educación-Acción (Provea) denunció además que ante la llegada de la Comisión de la ONU al país, la viceministra de Salud estuvo repartiendo pañales y agua en el hospital materno infantil Hugo Chávez, en El Valle (Caracas).

Mientras que la periodista venezolana Sebastiana Barráez denunció que a 58 presos políticos los sacaron de la cárcel La Planta para hacerle creer a la ONU que ahí solo había extranjeros detenidos.

Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.

Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.

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