El senador Joe Manchin (D-W.Va.) se opone, al parecer, a un plan de su partido para conceder un beneficio fiscal de 4500 dólares a los vehículos eléctricos fabricados en Estados Unidos por los fabricantes sindicalizados.
En la actualidad, la ley de EE. UU. ofrece algunos créditos fiscales a las personas que compran un vehículo eléctrico, que van desde 2500 dólares en el extremo inferior hasta 7500 dólares para los vehículos que cumplen los requisitos. Los demócratas esperan ampliar dicho crédito en la línea superior hasta los 12,500 dólares en su proyecto de ley presupuestario Build Back Better, como parte de un proyecto climático más amplio.
De esa cantidad, un crédito fiscal de 4500 dólares es exclusivo para los coches producidos por fabricantes sindicalizados. Honda, Toyota y Tesla, que no son empresas sindicalizadas, han criticado el plan, diciendo que beneficiaría injustamente a sus rivales sindicalizados: General Motors, Ford Motor y Stellantis (antes Fiat Chrysler).
Según un artículo de Automotive News, el senador Joe Manchin está de acuerdo con estas críticas.
El jueves, Manchin asistió a un acto de Toyota en su estado natal, Virginia Occidental, donde la firma japonesa anunció una inversión de 240 millones de dólares en una fábrica de motores y transmisiones en el estado. En una entrevista en el evento, Manchin criticó la propuesta de su partido.
«Cuando me enteré de esto, de lo que estaban poniendo en el proyecto de ley, fui directamente al patrocinador y le dije: ‘Esto está mal. Esto no puede suceder. No es lo que somos como país. No es cómo construimos este país, y el producto debe hablar por sí mismo'», dijo Manchin, refiriéndose a la senadora Debbie Stabenow (D-Mich.).
«No debemos utilizar el dinero de los impuestos de todos para elegir ganadores y perdedores», continuó. «Si se trata de una economía capitalista como la que tenemos en la sociedad, hay que dejar que el producto hable por sí mismo y, con suerte, lo conseguiremos, se corregirá».
Pero muchos más demócratas apoyan la propuesta.
En una carta de mediados de octubre dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), firmada por más de 100 demócratas de la Cámara, el representante Thomas Suozzi (D-N.Y.) elogió el crédito fiscal de 4500 dólares.
«Apoyamos firmemente que se igualen las condiciones de trabajo entre los trabajadores no sindicados y los sindicados al incluir el incentivo añadido de 4500 dólares para apoyar los vehículos eléctricos fabricados por los sindicatos», escribió Suozzi. Los créditos fiscales, añadió, «ayudan a garantizar que los hombres y mujeres trabajadores sean una parte integral de esa historia de éxito».
La ampliación de los créditos fiscales forma parte de un plan legislativo más amplio de los demócratas para abordar la supuesta «crisis climática».
El presidente Joe Biden, tras tomar posesión de su cargo, planteó el objetivo de que Estados Unidos logre una reducción del 50 por ciento de las emisiones de carbono para el año 2030.
Para cumplir con este alto encargo, los demócratas han hecho hincapié en la importancia de fomentar y ampliar las fuentes de energía alternativas. En el proyecto de ley presupuestario de los demócratas, de 1.75 billones de dólares, más de 500,000 millones —más de una cuarta parte de todo el gasto del proyecto— se destinan a cumplir este objetivo.
El proyecto de ley daría algunos incentivos a las empresas de servicios públicos que realicen la transición de su red eléctrica lejos de las fuentes de combustibles fósiles. Para incentivar aún más los vehículos eléctricos, el proyecto de ley autoriza al gobierno a construir más estaciones de carga para los vehículos en todo Estados Unidos, junto con el crédito fiscal.
Manchin, un autodenominado «demócrata conservador», no ha compartido estas elevadas ambiciones en materia de política climática.
Procedente del estado de Virginia Occidental, rico en carbón, donde el carbón alimenta a casi todo el estado, Manchin se ha cuidado de no respaldar políticas que puedan perjudicar a sus electores.
En el pasado, Manchin ha rechazado una propuesta de impuesto sobre el carbono y se ha mostrado escéptico ante el plan de conceder subvenciones u otros incentivos a las empresas de servicios públicos que hagan la transición a fuentes de energía no fósiles.
El voto de Manchin es imprescindible para que se apruebe el paquete presupuestario final, habida cuenta de la escasa mayoría de los demócratas en la cámara alta. Manchin ya ha tenido un impacto sustancial en el curso del proyecto de ley, haciendo que su precio se reduzca a la mitad y provocando el recorte de varios programas del proyecto.
Dado que el partido necesita su voto para conseguir cualquier cosa, una fuerte muestra de oposición al nuevo programa podría obligar a los demócratas a eliminar el crédito adicional del proyecto de ley.
La oficina del senador Manchin no ha respondido inmediatamente a una solicitud de comentarios.
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