Los activistas arremetieron contra el juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh el miércoles, haciendo que abandonara un popular restaurante de Washington, D.C. donde estaba disfrutando de una cena. La acción es aparentemente parte del «verano de la rabia» que los izquierdistas han prometido para protestar contra las decisiones del tribunal.
Los manifestantes se concentraron en el exterior del Morton’s Steakhouse tras conocer que Kavanaugh, nominado por Trump, se encontraba en su interior, según reportó primero Politico. Los activistas se pusieron en contacto con el gerente del restaurante exigiendo que lo echaran por sus decisiones judiciales. No está claro cuántos activistas estaban presentes.
Algunos activistas instaron a la gente a «llamar al restaurante y denunciar su hospitalidad hacia el juez», reportó The New York Post.
Por razones de seguridad, Kavanaugh salió del restaurante por una puerta trasera.
Morton’s condenó la interrupción a través de un portavoz:
“El honorable juez de la Corte Suprema Kavanaugh y todos nuestros otros clientes en el restaurante fueron indebidamente acosados por manifestantes indisciplinados mientras cenaban en nuestro restaurante Morton’s”, dijo el portavoz. “La política, independientemente de su bando o sus opiniones, no debería pisotear la libertad en juego del derecho a congregarse y cenar. Hay un momento y un lugar para todo. Perturbar la cena de todos nuestros clientes fue un acto de egoísmo y falta de decencia”.
En respuesta a la declaración de Morton, Shut Down DC, que ha estado organizando protestas en la casa de los jueces conservadores, amenazó al restaurante en un tuit del viernes. «Si no tenemos derechos, no hay paz para ustedes. Que se [improperio] @mortons».
El grupo celebró la perturbación en un posteo de Twitter. «Nos enteramos de que Kavanaugh se escabulló por la parte de atrás con su equipo de seguridad. @mortons debería estar avergonzado por recibir a un hombre que tan claramente odia a las mujeres».
Escalada de amenazas
Las amenazas contra los jueces conservadores se han intensificado en las últimas semanas después de que el 23 de junio la Corte Suprema dictaminara que existe el derecho constitucional a portar armas de fuego en público para defenderse y el 24 de junio que no existe el derecho constitucional al aborto.
Las autoridades frustraron el 8 de junio un intento de asesinar a Kavanaugh en su casa de Maryland. Nicholas John Roske, que al parecer dijo que quería matar al juez para evitar que votara a favor de anular el derecho al aborto y las leyes de control de armas, se declaró inocente después de que un gran jurado federal lo acusara. Ese mismo mes, Mikeal Deshawn Archambault fue detenido por amenazar en un tuit del 24 de junio con «matar a todos» en la Corte Suprema con un rifle AK-47.
Kavanaugh ha sido un pararrayos para algunos desde sus inusualmente polémicas audiencias de confirmación de 2018. La profesora de psicología Christine Blasey Ford ofreció un testimonio no corroborado en el que afirmaba que Kavanaugh intentó agredirla sexualmente más de tres décadas antes, cuando ambos eran estudiantes de preparatoria en los suburbios de Maryland. Kavanaugh negó enérgicamente las acusaciones.
Aunque los republicanos creen que las afirmaciones de Ford fueron desacreditadas por la consejera del Comité Judicial del Senado y fiscal de delitos sexuales Rachel Mitchell, muchos demócratas siguen creyendo en ellas y condenan visceralmente al juez. Algunos demócratas del Congreso quieren ver a Kavanaugh impugnado y retirado del banquillo del alto tribunal.
La Casa Blanca de Biden ha condenado la violencia y la intimidación contra el juez, pero no ha expresado su oposición a las manifestaciones en curso dirigidas contra él.
El 8 de julio, el mismo día en que el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva destinada a proteger el acceso a las píldoras abortivas y a los anticonceptivos de emergencia, el presidente criticó a la Corte Suprema.
«El tribunal y sus aliados están empeñados en hacer retroceder a Estados Unidos con menos derechos, menos autonomía y con políticos que invaden la más personal de las decisiones», dijo Biden. «No podemos permitir que una Corte Suprema fuera de control, trabajando en conjunto con elementos extremistas del Partido Republicano, nos quite las libertades y nuestra autonomía personal».
El 16 de junio, Biden firmó la Ley de Paridad Policial de la Corte Suprema. La medida otorga a los funcionarios de seguridad de la Corte Suprema mayor autoridad para proteger al tribunal, a los miembros de las familias inmediatas de los jueces y a otros empleados del tribunal.
Al mismo tiempo, el fiscal general Merrick Garland ha sido muy criticado por negarse a aplicar una ley federal contra los activistas que presuntamente han amenazado e intentado intimidar a los jueces.
La ley federal tipifica como delito las exhibiciones o piquetes «cerca de un edificio o residencia ocupada o utilizada por [un juez federal], un jurado, un testigo o un funcionario judicial» con la «intención de interferir, obstruir o impedir la administración de justicia, o con la intención de influir en cualquier juez, jurado, testigo o funcionario judicial, en el cumplimiento de su deber».
Más acoso
Se planean más protestas contra los jueces conservadores.
Un grupo llamado Downright Impolite anunció en Twitter que está organizando protestas regulares frente a las casas de los jueces en Virginia y Maryland. Las protestas del miércoles tienen como objetivo a Kavanaugh y las del jueves a la jueza Amy Coney Barrett. Los viernes y sábados están reservados para las protestas contra el juez Clarence Thomas y el juez Samuel Alito, respectivamente.
Shut Down DC está ofreciendo dinero a las personas que informen de la ubicación de los jueces de la Corte Suprema para que puedan protestar. El grupo tuiteó el 8 de julio que pagará 50 dólares a los «trabajadores de la industria de servicios de DC» por reportar el avistamiento del presidente de la Corte Suprema, John Roberts, el juez Neil Gorsuch, Alito, Barrett, Kavanaugh o Thomas.
«Te haremos un venmo [es decir, un servicio de transferencia de dinero] de 50 dólares por un avistamiento confirmado y de 200 dólares si todavía están allí 30 [minutos] después de tu mensaje», decía el tuit.
El presentador de Fox News, Tucker Carlson, sugirió que la gente debería contraatacar al grupo.
«Los activistas antifa @ShutDown_DC están tratando de acosar a los jueces de la Corte Suprema. Todo el mundo debería inundar su cuenta hasta que se rindan», tuiteó Carlson el 8 de julio.
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