Más de medio millón de personas salieron a las calles de Hong Kong el 1 de julio -el 22º aniversario del traspaso de la ciudad del gobierno británico al chino- para exigir que se desestimara un controvertido proyecto de ley de extradición.
Cada año, oleadas de hongkoneses participan el 1 de julio en una manifestación contra la invasión del régimen chino sobre los asuntos de la ciudad .
La marcha se concentra en diferentes temas cada año. Este año, los manifestantes pidieron la retirada formal de un proyecto de ley de extradición que permitiría que las personas fueran trasladadas a China continental para ser juzgadas. Los opositores dicen que el proyecto de ley erosiona la autonomía de la ciudad -dado el opaco sistema legal de China y el desprecio por el estado de derecho- y pondría en peligro el estatus de Hong Kong como centro financiero.
En las últimas semanas, las crecientes protestas contra el proyecto de ley presionaron a la líder de la ciudad, Carrie Lam, hasta que el 15 de julio ella anunció que fue suspendido indefinidamente. Muchos honkoneses quedaron insatisfechos y exigieron la retirada total de la legislación y la renuncia de la gobernadora.
Las protestas pacíficas del 1 de julio fueron eclipsadas por un grupo más pequeño de manifestantes, formado en su mayoría por jóvenes, que irrumpieron y destrozaron el edificio del Consejo Legislativo (LegCo) a finales de la jornada. En la madrugada del 2 de julio la policía retomó el control del edificio y dispersó con gas lacrimógeno a los activistas que quedaban fuera del edificio.
La marcha
A principios del día, cientos de miles de personas marcharon con temperaturas de alrededor de 91 grados Fahrenheit (33 grados Celsius), saliendo de Victoria Park.
Durante la marcha los participantes coreaban «Carrie Lam, dimite, retira la ley del mal».
Los organizadores dijeron que 550.000 personas se presentaron, mientras que la policía dijo que había 190.000 en el punto álgido del rally. La cifra batió el récord de 2014, cuando 510.000 hongkoneses salieron a exigir el sufragio universal para elegir al máximo funcionario de la ciudad.
Millones de hongkoneses han salido a las calles en las últimas semanas para protestar contra el proyecto de ley de extradición.
Un hongkonger apellidado Leung, que trabaja en el sector de la educación, le dijo al medio local RTHK que se uniría a la marcha con su esposa e hijo. Dijo que había decidido venir porque está preocupado por el impacto del proyecto de ley en sus derechos.
Leung dijo que tampoco está de acuerdo con la forma en que la policía de Hong Kong reaccionó por la fuerza contra los manifestantes el 12 de junio.
Las tensiones estallaron ese día cuando la policía usó balas de goma, bolsas de frijoles y gas lacrimógeno para dispersar a las multitudes que habían rodeado el LegCo.
En la masiva marcha de aniversario también participaron practicantes de Falun Dafa, quienes dieron a conocer información sobre la persecución en curso en China.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una antigua práctica espiritual con ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La práctica se hizo enormemente popular a finales de la década de 1990, y las estimaciones oficiales sitúan el número de adherentes entre 70 y 100 millones en China.
Sin embargo, el ex líder del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin, veía la popularidad del grupo como una amenaza a su gobierno. El 20 de julio de 1999, Jiang lanzó una persecución nacional para reunir a los practicantes y arrojarlos a las prisiones, centros de lavado de cerebro, campos de trabajo y pabellones psiquiátricos, en un esfuerzo por obligarlos a abandonar su fe.
Por su parte el gobierno de Hong Kong, en una declaración oficial del 1 de julio, reconoció que la manifestación se llevó a cabo de manera pacífica y añadió que el proyecto de ley actualmente suspendido caducará en julio del año próximo, cuando finalice la sesión legislativa.
Manifestantes ocupan la Legislatura
Desde primeras horas de la tarde, un grupo separado de unos mil manifestantes comenzó a asediar el edificio del Consejo Legislativo (LegCo).
Un pequeño grupo de estudiantes que usaban cascos y máscaras empezaron a usar un carro de metal, postes y andamios para cargar repetidamente contra las puertas de vidrio reforzado del edificio, que finalmente se rompieron alrededor de las 3 p.m.
Alrededor de las 9 p.m., después de abrir las puertas de seguridad de acero en el vestíbulo cientos de manifestantes entraron corriendo al edificio. Una vez dentro, derribaron retratos de los líderes del LegCo y pintaron con aerosol eslóganes en las paredes de la sala principal, como «Retractar[el proyecto de ley]», «No hay ley de extradición» y «El pueblo fue forzado a rebelarse por las autoridades».
Durante los primeros enfrentamientos fuera del edificio, la policía había levantado banderas rojas para advertir a los manifestantes que no siguieran cargando, o de lo contrario se emplearía la fuerza. La policía antidisturbios con cascos y porras también disparó un spray de pimienta mientras el enfrentamiento continuaba en el sofocante calor de la noche.
Cuando los manifestantes entraron al edificio, la policía se retiró en un aparente intento de evitar confrontaciones, dejando que los manifestantes tomaran el edificio.
A las 10:21 p.m., aproximadamente una hora después de que los manifestantes entraron, la policía publicó un vídeo en los medios sociales en el que un vocero anónimo condenaba a los manifestantes como «alborotadores». También anunció en el vídeo que la policía iba a llegar en breve a la escena para empezar a «limpiar el campo».
Tras los anuncios de la policía, alrededor de las 10:30 p.m. algunos manifestantes comenzaron a retirarse del edificio mientras que una parte permaneció dentro. Al parecer, un grupo de manifestantes se encerró en la sala principal y se negó a salir.
Los manifestantes que optaron por permanecer en el interior emitieron una declaración en la que decían: «El actual gobierno de la Región Administrativa Especial[Hong Kong] ya no es lo que los hongkoneses han previsto, y el poder legislativo se ha convertido en un instrumento político.
«Nos vemos obligados a tomar varias medidas de no cooperación, y por lo tanto el asedio actual del LegCo.», dijeron en la declaración.
Alrededor de la medianoche, sin embargo, decenas de policías equipados con porras y escudos avanzaron hacia el edificio del LegCo. Los uniformados lazaron gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes fuera del edificio.
Un grupo de policías entró en el edificio y comenzó a presionar con sus escudos antidisturbios al acercarse a la cámara principal. En ese momento, quedaban cuatro manifestantes dentro.
Alrededor de las 12:30 a.m., los cuatro salieron del local. La policía comenzó a despejar las barricadas que los manifestantes habían levantado anteriormente, y disparó varias ráfagas de gas lacrimógeno para dispersar a las multitudes que quedaban al exterior. Las calles fueron despejadas a la 1:00 a.m.
No está claro si se realizó algún arresto.
La directora ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, condenó la violencia utilizada por los manifestantes.
«Las acciones de los manifestantes] afectan seriamente los valores centrales del estado de derecho de Hong Kong», dijo Lam en una conferencia de prensa celebrada en la madrugada del 2 de julio. «Esto es algo que debemos condenar seriamente».
También dijo que el incidente sería investigado a fondo.
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