La doctora, profesora y fundadora del Instituto Mente-Cuerpo de California, Jason Liu, comprende por qué la gente ha vuelto a tener miedo de aventurarse a grandes reuniones, cuando las noticias sobre el virus parecen estar a la vuelta de cada esquina. Pero, dice que mientras tratamos de salvaguardar nuestra salud física con tanto de este miedo, acabamos olvidándonos de nuestra salud mental y espiritual.
Como doctora en medicina holística, Liu mira a la persona en su totalidad en lo que respecta a la salud. En este momento, dice, el sistema inmunológico de las personas está siendo atacado por el virus desde tres frentes.
«Yo quiero hablar de tres puntos, para que la gente pueda defenderse y luchar contra el virus», dijo Liu. «Ahora mismo, la gente tiene miedo: esa es la clave». Este miedo es un asalto a nuestros estados psicológicos, nuestros espíritus y nuestros cuerpos físicos.
Se ha informado ampliamente de que la pandemia provocó una drástica caída de la salud mental, de que la depresión y la ansiedad se han convertido en algo frecuente en medio de una nueva crisis. También somos conscientes desde hace tiempo de que la salud mental afecta a la salud física y a la inmunidad, como nos han recordado los expertos en salud mental desde el inicio de los cierres.
«El entretenimiento espiritual significativo es capaz de fortalecer nuestra mente, cuerpo, espíritu —todo nuestro ser— para poder protegernos», dijo Liu. «A través de las artes, de la actuación, ayudamos a la gente a superar el miedo, la depresión y la ansiedad». Esto se considera una verdad en la ciencia médica, en la psicología positiva y en la sabiduría de los antiguos, desde antes de que los griegos construyeran el teatro de Epidauro en el 400 a.C. como lugar para honrar a Asclepio, el dios de la medicina, un lugar para que los cansados limpien sus almas con aguas terapéuticas y teatro.
Pero ¿qué tiene de especial Shen Yun Performing Arts en particular?
«Ellos llevan esperanza al mundo, a la gente, a cada individuo», dijo Liu.
Hace muchos años, Liu vio una actuación de Shen Yun, la principal compañía de danza clásica china, con sede en Nueva York, y desde entonces la recomienda a sus clientes.
Música que mueve el alma
Más allá del poder curativo de las artes en general, Liu señala que la música de Shen Yun combina antiguos principios musicales chinos con el sonido de la orquesta clásica completa, la que el público está más familiarizado.
«La música de la actuación de Shen Yun me pareció muy especial. Como yo misma soy doctora en musicoterapia, siento que aunque la mayor parte del conjunto de Shen Yun son instrumentos occidentales, el estilo de la composición está realmente en consonancia con el yin y el yang y los cinco elementos; es una música que expresa la armonía entre el cielo y la tierra», dijo Liu.
Los antiguos chinos también creían que la música tenía el poder de curar; el carácter chino de «música» es en realidad la raíz del carácter chino de «medicina».
Durante 5000 años, se creía que la cultura china era de inspiración divina y la civilización, profundamente espiritual, se centraba en la idea de la armonía entre el cielo, la tierra y la humanidad. No fue hasta el siglo pasado cuando el Partido Comunista, ateo y en contra de China por naturaleza, tomó el poder y el control de la nación.
«El yin y el yang y los cinco elementos del espectáculo son capaces de activar su sistema de circulación de energía, que en acupuntura llamamos meridianos», dijo Liu. «Esta energía realmente activa toda su mente, cuerpo y espíritu».
«Nuestro cuerpo necesita energía. Cuando uno no tiene buena energía, no duerme bien, se preocupa y entonces comete errores porque su mente no está clara», dijo Liu. «Esto es muy común: la gente pierde su fuerza espiritual, su claridad mental y entonces comete errores y luego enferman fácilmente porque se debilitan».
«Cuerpo, mente y espíritu: no lo olviden. Así es como todo nuestro ser proviene del universo, de Dios», dijo Liu. Shen Yun, un espectáculo lleno de espíritu, de sabiduría ancestral y del poder curativo del arte, lo pone en marcha para esa audiencia.
Tener fe
De los tres, nuestra ocupada humanidad moderna es la que más fácilmente olvida la importancia del espíritu. Liu expresó el deseo de dirigir un recordatorio.
«Tenemos que volver a nuestras raíces espirituales. Conectar profundamente con el poder divino, conectar con Dios y el universo», dijo. «Shen Yun utiliza historias basadas en la historia y el poder de la música y la danza para conectar a todos con la fuente de la vida original».
«La gente está preparada para esto».
«No importa qué tipo de religión tenga uno, si se es cristiano o budista, meditador de qigong o practicante de yoga, hay muchas prácticas espirituales y esa gente lo entiende», dijo Liu.
La fe es una elección propia de cada individuo, añadió, diciendo que no recomendaría a alguien que todavía se aferra al miedo que saliera a ver un espectáculo con la mente nublada por la negatividad. Los tres aspectos, cuerpo, mente y espíritu deben estar en equilibrio.
«Estos son los tres puntos que quiero destacar, estos tres aspectos son el físico, la mente y el espíritu», dijo Liu. En cuanto a la salud física, los artistas de Shen Yun también son humanos, dijo, y están sanos no sólo porque son atletas que cuidan su estado físico sino porque son meditadores y personas de fe, que cuidan también su estado mental y espiritual.
Un testimonio de su motivación, dijo Liu, es el hecho de que están compartiendo su fuente de salud —su intrépida pasión por el arte y la fe — con el mundo.
«El público, toda la gente, está protegiendo su vida. Shen Yun está haciendo lo mismo que todo el mundo quiere», añadió. «Ellos son meditadores y cultivadores, son bailarines y músicos, así que llevan esto al mundo para ayudar al mundo, para ayudar a todos».
Liu aún recuerda la sensación que tuvo cuando vio por primera vez una actuación hace muchos años.
«Dios, en este espectáculo me siento tan conectado, realmente me siento conectada. Todo el espectáculo, de dos horas, yo me siento en el cielo. Siento que toda la vida me rodea, siento que todo mi cuerpo está tan caliente, una gran energía circulando dentro de mi cuerpo, cien meridianos están abiertos», dijo. «Cuando salgo del teatro, ya saben, mi cara, yo me siento cambiada. Me siento joven, como si hubiera vuelto a los 20 años. Hay que experimentarlo».
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