Miembros del gobierno señalan que algunos estadounidenses necesitan vacunas anti-COVID de refuerzo

Por Zachary Stieber
24 de julio de 2021 2:06 PM Actualizado: 24 de julio de 2021 2:06 PM

Importantes funcionarios de la administración Biden están señalando que ciertos grupos necesitarán vacunas anti-COVID de refuerzo, un cambio con respecto a lo que dijeron a principios de este mes cuando informaron que el argumento a favor de los refuerzos carecía de evidencia.

Los funcionarios del gobierno están «buscando activamente formas» de permitir que las personas que no tienen un sistema inmunológico fuerte, o las personas inmunodeprimidas, obtengan acceso a los refuerzos, dijo esta semana la Dra. Amanda Cohn, directora médica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a un panel asesor.

La aplicación de los refuerzos podría ocurrir antes de que los reguladores de EE.UU. autoricen formalmente las dosis de refuerzo, dijo, y agregó: «así que estén atentos».

El respaldo a una tercera dosis de dos vacunas basadas en el ARN mensajero, una de Pfizer y otra de Moderna, y una segunda dosis para la vacuna de una sola dosis de Johnson & Johnson, ha ido en aumento tras la propagación de diversas variantes del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).

La variante Delta representa aproximadamente el 83 por ciento de todos los casos nuevos de COVID-19 secuenciados en Estados Unidos, dijeron funcionarios federales esta semana.

También hay ansiedad debido a la disminución de la eficacia de las vacunas.

Las vacunas de Pfizer y Moderna no son tan eficaces contra las variantes Delta y Kappa como lo eran con las anteriores variantes, según indican investigaciones. Un nuevo estudio apuntaba a una reacción debilitada de la vacuna de Johnson & Johnson contra cuatro variantes. Y los investigadores israelíes afirmaron este mes que la vacuna de Pfizer es sólo un 39 por ciento eficaz para prevenir las infecciones de la variante Delta.

Israel y Francia están permitiendo que ciertos pacientes inmunodeprimidos reciban refuerzos.

Las personas con sistemas inmunológicos comprometidos son una de las poblaciones más vulnerables al COVID-19, requieren atención hospitalaria y mueren a tasas más altas que la mayoría de los otros grupos.

Los estadounidenses inmunodeprimidos son conscientes de ese riesgo y ya han comenzado a recibir refuerzos, dijo el jueves la Dra. Sara Oliver, epidemióloga de los CDC, a los miembros del panel asesor.

«Muchos han tomado cartas en el asunto, y muchos están procediendo a aplicar dosis adicionales de la vacuna según su criterio», dijo.

“Hasta donde sabemos, no parece que haya una señal de seguridad significativa con dosis adicionales de la vacuna. Me preocupa que hagan esto sin supervisión, pero como está ahora la situación, debido a problemas regulatorios, no podemos recomendar dosis adicionales, por lo que los pacientes realmente solo están haciendo lo que creen que es mejor”, agregó.

Por ahora, las agencias federales están revisando los datos sobre la efectividad de las vacunas y si las vacunas de refuerzo son seguras.

Las jeringas para la vacuna anti-COVID de Pfizer en una clínica móvil en Los Ángeles, California, el 9 de julio de 2021. (Frederic J. Brown/AFP a través de Getty Images)

Si los datos muestran que es necesario, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ampliaría la autorización de uso de emergencia (EUA) otorgada a las vacunas para permitir dosis adicionales y los CDC actualizarían las consideraciones y recomendaciones para médicos y para otros proveedores de atención médica.

Las autoridades dijeron el 9 de julio que no es necesario un refuerzo para nadie, aunque dejaron abierta la posibilidad de que se necesiten inmunizaciones adicionales.

Quienes han promocionado ampliamente las vacunas han prometido a los destinatarios que estarán bien protegidos contra el virus del PCCh, una promesa socavada por el creciente número de evidencias que revelan que las vacunas no son tan eficaces contra las nuevas variantes.

Pfizer dijo a principios de enero que iba a pedir a los reguladores que autorizaran una dosis de refuerzo, basándose en evidencia que muestra una disminución de la protección de su vacuna contra la variante Delta.

La Casa Blanca anunció el viernes que comprará 200 millones de dosis más de Pfizer. Esas dosis se estiman «ante futuras necesidades de vacunación» e incluyen las vacunas para niños menores de 12 años y posibles inyecciones de refuerzo, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los periodistas en Washington.

Los estudios hasta ahora indican que las vacunas no provocan una respuesta de anticuerpos tan fuerte en personas con sistemas inmunológicos comprometidos, en comparación con personas sanas. Los datos emergentes indican que la población puede tener una respuesta de anticuerpos mejorada cuando recibe un refuerzo, dijo Oliver.

Una de las investigaciones sobre está mejora en la respuesta de los anticuerpos se expuso en una carta enviada al New England Journal of Medicine por médicos franceses que examinaron a 101 pacientes con trasplantes de órganos que recibieron una tercera dosis de la vacuna de Pfizer. Los médicos afirmaron que el refuerzo mejoró la inmunogenicidad de los pacientes.

El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC, el panel asesor que escuchó a Cohn y Oliver, finalmente decidió no recomendar un refuerzo de la vacuna, por ahora.

Algunos dijeron que les preocupaba que una expansión de la EUA provoque más efectos secundarios como pericarditis o inflamación del corazón.

Un funcionario de los CDC dijo recientemente que no se sabe si las inyecciones anti-COVID adicionales podrían aumentar el riesgo de efectos secundarios.

Otros sugirieron a los organismos reguladores de medicamentos actuar con mayor rapidez frente al asunto.

«Obviamente, necesitamos más datos sobre las condiciones y respuestas inmunocomprometidas específicas, y, en realidad, cuál es el nivel objetivo de anticuerpos que debemos buscar, pero me parece que el tema casi se nos está escapando de las manos», dijo el Dr. Pablo Sánchez, profesor de pediatría en el Hospital Infantil Nacional de la Universidad Estatal de Ohio.

La Dra. Sandra Fryhofer, enlace de la Asociación Médica Estadounidense con el panel, compartió la opinión de Sánchez. «Aprecio lo mucho que [la] FDA está estudiando la seguridad y lo mucho que se está investigando para tomar esta decisión, pero me gustaría que actuarán con más rápidez».

Meiling Lee contribuyó a este artículo.

Sigue a Zachary en Twitter: @zackstieber


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