El exlíder del Partido Comunista Chino Jiang Zemin, quien fue el gestor de una de las persecuciones más brutales contra un grupo religioso en los tiempos modernos, falleció a la edad de 96 años, según los medios de comunicación estatales de China.
Jiang, quien fue el máximo líder del régimen comunista de 1993 a 2003, falleció a causa de leucemia y falla multiorgánica. Murió a las 12:13 p.m., hora local, en Shanghai donde una vez fue alcalde de la ciudad.
Su historial lo ubica entre los peores violadores a los derechos humanos de la historia. Fue responsable de innumerables muertes por su papel principal en el lanzamiento de la persecución contra Falun Gong, en 1999.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, consiste en enseñanzas morales basadas en los principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, junto con ejercicios de meditación diarios. Desde su introducción en China en 1992, la práctica aumentó en popularidad, lo que llevó a un estimado de 70 a 100 millones de practicantes en el país para fines de la década.
El 7 de junio de 1999, para llevar a cabo la campaña contra Falun Gong, Jiang dio órdenes directas de establecer una organización extralegal del Partido con el fin de coordinar y dirigir la represión a través de sucursales en todo el país. Conocida como la Oficina 610 por la fecha de su creación el 10 de junio, su estructura y funciones eran comparables a las de la infame Gestapo en la Alemania nazi.
Jiang declaró que eliminaría a Falun Gong en tres meses al pisotear la reputación de los practicantes, apoderarse de sus riquezas y atacarlos físicamente. Los practicantes asesinados como resultado de la persecución debían ser declarados víctimas de suicidio y cremados inmediatamente, sin identificación. El régimen chino movilizó todos los recursos a su disposición, incluidos los tribunales, los departamentos de propaganda, las instituciones culturales y políticas y las escuelas, en su esfuerzo por destruir a Falun Gong.
Los medios de comunicación estatales (televisión, radio, periódicos y más tarde Internet) en todos los niveles sirvieron al Partido Comunista Chino (PCCh) para producir noticias falsas que difamaban las enseñanzas de Falun Gong, difamaban a su fundador y deshumanizaban a sus seguidores. La campaña de odio fabricó muchos engaños, como las “1400 muertes” supuestamente causadas por practicar Falun Gong, la autoinmolación escenificada en Tiananmen y la afirmación de que Falun Gong era una amenaza para el Partido orquestada por “fuerzas anti-China” en el extranjero.
El PCCh también extendió su propaganda al extranjero para demonizar a Falun Gong y politizar el tema. Muchos medios de comunicación internacionales repitieron los comentarios peyorativos y narrativos creados por el PCCh para enmarcar a Falun Gong, llevando efectivamente la persecución al escenario mundial al incitar al público a malinterpretar o sentir hostilidad hacia la práctica.
El régimen chino, bajo el liderazgo de Jiang, hizo un uso absoluto de la violencia extrema, la propaganda constante y las tácticas de lavado de cerebro en su intento por obligar a los practicantes de Falun Gong a elegir entre su fe o su vida. En el transcurso de la persecución, millones de personas han sido encarceladas o retenidas en campos de trabajo, centros de detención, manicomios, centros de rehabilitación de drogas o “cárceles negras” no oficiales por negarse a abandonar sus creencias.
Los grupos de derechos humanos han documentado más de 100 métodos de tortura utilizados por las autoridades chinas para perseguir a Falun Gong, así como el uso de sustancias tóxicas que dañan los nervios. Muchos practicantes murieron, quedaron mutilados o se volvieron locos como resultado de este abuso.
El número de muertes causadas por la persecución es difícil de estimar debido a la dificultad de transmitir información fuera de China continental. Minghui.org, un sitio web con sede en EE.UU. fundado por practicantes de Falun Gong para documentar la persecución, ha confirmado y verificado la muerte de 4828 personas a manos de las autoridades por negarse a abandonar su fe en Falun Gong.
Sin embargo, muchas muertes no se han denunciado, o no se han dado a conocer debido a que las víctimas han sido asesinadas en condiciones de máximo secreto, con propósitos como la extracción de sus órganos.
Además de la tortura física y psicológica, el Partido Comunista bajo el mandato de Zemin también impuso medidas para apartar a Falun Gong de la vida pública. Los practicantes de Falun Gong fueron despedidos de sus trabajos, expulsados de las escuelas o las universidades, o privados de las pensiones y otras prestaciones sociales. Los familiares de los practicantes también han sufrido mucho, y la represión ha destruido innumerables familias.
Sustracción forzada de órganos
En marzo de 2006, una mujer del noreste de China que vive en Estados Unidos se convirtió en la primera testigo en hablar sobre la sustracción de órganos, cuando testificó que su exmarido había extraído las córneas de miles de practicantes de Falun Gong desde principios de la década del 2000.
En los años transcurridos desde entonces, la Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong (WOIPFG) y otras organizaciones independientes han llevado a cabo extensas investigaciones y verificado las acusaciones de sustracción de órganos. Un investigador denominó a la oscura práctica de extracción de órganos como un crimen “nunca antes visto en este planeta”.
El 12 de diciembre de 2013, el Parlamento Europeo aprobó una resolución urgente exigiendo que las autoridades chinas pongan fin de inmediato a la práctica de sustracción forzada de órganos y liberen a todos los presos de conciencia, incluidos los practicantes de Falun Gong.
El 19 de mayo de 2016, WOIPFG publicó un informe completo que proporcionó grabaciones telefónicas de investigación, así como otras formas de evidencia para mostrar que la sustracción de órganos se estaba llevando a cabo con el apoyo del estado y que Jiang lo había ordenado personalmente.
El 13 de junio de 2016, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la Resolución de la Cámara 343 para condenar la práctica de sustracción forzada de órganos en China.
El 22 de junio de 2016, los investigadores David Kilgour, David Matas y Ethan Gutmann publicaron conjuntamente un informe de 700 páginas sobre la sustracción forzada de órganos en China. Estimaron que los hospitales chinos realizaban entre 60,000 y 100,000 cirugías de trasplante al año y que la principal fuente de donantes eran los practicantes de Falun Gong.
El 17 de junio de 2020, un tribunal popular independiente formado por un panel de abogados y expertos dictaminó: “La sustracción forzada de órganos se ha cometido durante años en toda China a una escala significativa y los practicantes de Falun Gong han sido una, y probablemente la principal, fuente del suministro de órganos”.
Devastación económica
La persecución a los practicantes de Falun Gong durante las últimas dos décadas ha consumido una enorme cantidad de recursos financieros, humanos y sociales, mientras que le ha costado al estado y al pueblo chinos una fortuna incalculable.
Según las investigaciones de la WOIPFG, China gastó un promedio de casi una cuarta parte de sus ingresos anuales para reprimir a Falun Gong durante los años pico de la persecución. Otra fuente indicó que el PCCh movilizó recursos equivalentes a las tres cuartas partes del PIB de China para mantener la persecución a Falun Gong. Un funcionario del Ministerio de Finanzas de China admitió que “la política de supresión a Falun Gong fue sostenida por una generosa cantidad de fondos. Sin este dinero, sería imposible sostener la represión”.
La camarilla de Jiang movilizó a millones de personas para llevar a cabo la persecución. Los salarios, los salarios de bonificación, el pago de horas extras y otros beneficios asignados a este grupo superaron los 100,000 millones de yuanes en gastos anuales.
Ejemplos de otros costos asociados con la supresión a Falun Gong incluyen el uso de recompensas financieras que animan a los ciudadanos comunes a denunciar a los practicantes ante las autoridades, la contratación de agentes y matones en el extranjero para acechar y acosar a las comunidades de Falun Gong en el extranjero, la compra de medios de comunicación en chino en el extranjero para difamar a Falun Gong y la ayuda extranjera ofrecida a los países en desarrollo a cambio de apoyar el encubrimiento al historial de derechos humanos de China en las Naciones Unidas y en otros foros internacionales.
Esta es una historia de última hora. Por favor revise las actualizaciones.
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