Nadie tuvo una «audiencia más justa» que Meng Wanzhou, dijo a la corte un abogado del fiscal general canadiense mientras argumentaba en contra de la suspensión del procedimiento, y agregó que no hubo mala conducta involucrada en el caso de extradición del ejecutivo de Huawei.
Robert Frater le dijo a la Corte Suprema de Columbia Británica el martes que no se había producido ninguna mala conducta por parte de los funcionarios fronterizos de Estados Unidos o Canadá cuando estaban a cargo del caso.
Meng, directora financiera del gigante de las telecomunicaciones de China Huawei Technologies, e hija del fundador de la empresa, Ren Zhengfei, fue arrestada por la policía canadiense con una orden judicial estadounidense en diciembre de 2018, en el aeropuerto de Vancouver mientras se dirigía a México.
Meng es buscada en los Estados Unidos por cargos de fraude bancario, ya que presuntamente mintió a múltiples instituciones financieras sobre los tratos comerciales de Huawei con Irán, lo cual las llevó a violar las sanciones de Estados Unidos contra el país de Medio Oriente. Meng y Huawei han negado estos cargos.
Los abogados defensores han argumentado que el caso de Meng debe descartarse como remedio a la serie de abusos que ha sufrido–que van desde un supuesto abuso del proceso por parte de la policía canadiense y los agentes fronterizos, hasta la supuesta ocultación por parte del gobierno de Estados Unidos de detalles cruciales a Canadá en un intento de engañar a la corte.
Poco después de su arresto, Meng fue puesta en libertad bajo fianza y puesta bajo arresto domiciliario en una de sus mansiones multimillonarias en Vancouver. Durante el pico de la pandemia de COVID-19 en enero, migraciones de Canadá otorgó al esposo de Meng, Liu Xiaozong, y a sus dos hijos exenciones de viaje para visitarla en Vancouver.
La «diplomacia de rehenes» de China
El arresto de Meng agrió la relación bilateral entre Canadá y China, y provocó graves repercusiones para varios ciudadanos canadienses en China en una serie de arrestos y juicios en represalia que son ampliamente considerados como la «diplomacia de rehenes» de Beijing.
El lunes, el Tribunal Popular Superior de la provincia de Liaoning, al noreste de China, rechazó una apelación de sentencia de muerte presentada por Robert Schellenberg, un canadiense condenado por delitos relacionados con las drogas.
En noviembre de 2018, Schellenberg recibió una condena de 15 años por tráfico de drogas, pero su sentencia se incrementó abruptamente a una sentencia de muerte un mes después del arresto de Meng.
El tribunal chino rechazó la apelación de Schellenberg y envió el caso al tribunal supremo chino para su revisión, como exige la ley antes de que se puedan ejecutar las sentencias de muerte.
Dominic Barton, el embajador de Canadá en Beijing, criticó el rechazo de China al pedido de Schellenberg como «cruel e inhumano».
El caso de Schellenberg sigue a la detención arbitraria de los «dos Michaels»–Michael Spavor y Michael Kovrig–quienes fueron acusados de espionaje. Los dos hombres han estado recluidos en una prisión china desde diciembre de 2018 y ni siquiera pudieron recibir tarjetas navideñas de sus simpatizantes.
China también negó el acceso consular a la audiencia cuando los dos Michaels fueron llevados a juicio en marzo. Si bien no se emitieron veredictos en ese momento, Barton dijo que un fallo en el caso de Spavor podría llegar en breve.
«Nuestro sentido es, que es mañana», dijo a The Canadian Press.
El embajador dijo que no ha recibido ninguna indicación de una resolución del caso de Kovrig.
Cuando se le preguntó si los tres casos estaban relacionados con el fallo de Canadá sobre la extradición de Meng, Barton dijo que no cree que «sea una coincidencia que esto esté sucediendo ahora mismo mientras los eventos están sucediendo en Vancouver». Agregó que los casos eran «parte del proceso geopolítico de lo que está sucediendo».
La audiencia extraditada de Meng está programada para concluir el 20 de agosto de 2021.
Con información de The Canadian Press.
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