Después de 2 siglos echan a las cabras y vuelven las iguanas a la isla Santiago de Galápagos
Como parte de una iniciativa de restauración de la especie, un total 1436 iguanas de la Isla Seymour Norte fueron liberadas en la Isla Santiago en Las Galápagos, pero primero sacaron las cabras que invadían el lugar.
La presencia de las iguanas vivas en la isla Santiago se informó por última vez en 1835, durante la visita de Charles Darwin, dijo a Reuters Danny Rueda, director de Ecosistemas del Parque Nacional Galápagos.
La iniciativa comenzó en el año 2000 con un proyecto de erradicación de los cerdos salvajes y las cabras dejadas por flotas belleneras en siglos pasados y por los colonos del siglo XX como forma de asegurarse carne fresca.
Mientras los cerdos salvajes también habían destruido los nidos de tortugas, las cabras han depredado plantas de todo tipo, incluso alimentándose de la corteza de los árboles, alterando así el hábitat de los animales nativos y endémicos que habitan las islas Galápagos, informa el Ministerio del Ambiente.
“Son una de las especies introducidas más destructivas, debido a su facilidad para adaptarse a medios hostiles. Son hervíboros por excelencia”, advierte el Ministerio.
Se espera que esta tarea preliminar facilite la manutención de las nuevas iguanas en su entorno.
A fines de 2018 los conservacionistas de Galápagos comenzaron con la captura de iguanas en la isla Seymour, pero primero las trasladaron a la isla Santa Cruz donde estuvieron en cuarentena.
Por otro lado la tarea está ayudando a las dos islas, pues la especie de iguana terrestre, explicó Rueda, “nunca fue originalmente de la Isla Seymour Norte sino que fue trasladada de la Isla Baltra a la Isla Seymour, lo que puso en riesgo el equilibrio ecológico de esta isla, con una población de más de 6000 iguanas”.
“Ahora estamos localizando esta especie endémica nativa de la isla para que el proceso de restauración ecológica pueda continuar«, dijo a Reuters.
La actividad que está volviendo a la vida a la isla Santiago, está siendo realizada por la Universidad de Massey de Nueva Zelanda, la organización Island Conservation y un grupo de 25 guardaparques.