Niña peruana que tenía prohibido hablar su lengua nativa se convierte en maestra de quechua en Stanford

Por The Epoch Times
21 de febrero de 2019 4:15 PM Actualizado: 21 de febrero de 2019 4:15 PM

En muchos lugares de Latinoamérica, las nuevas generaciones de jóvenes nacidos en las comunidades indígenas han ido perdiendo la esencia de su cultura y tradición, como lo es el idioma nativo. Afortunadamente, como los legados ancestrales no quieren dejar de existir, las lenguas originarias están comenzando a ser valoradas como parte fundamental de la cultura tradicional propia de la región.

En Perú, el idioma de la zona andina es el quechua o runa simi, también conocido como “el idioma de la gente”, una lengua que se dice proviene de los sonidos de la naturaleza, como los truenos, el agua corriendo, el viento y el llamados de las aves. Pero a pesar de la belleza y la riqueza del idioma, muchas veces la misma familia impide el aprendizaje de la lengua nativa por temor a verse inferiores y a ser discriminados.

Marisol Necochea es una mujer nacida en los años 70 en el departamento de Apurímac, ubicado en la sierra sur de Perú. Hija de un granjero y una comerciante, fue criada junto a sus diez hermanos con la idea de que hablar quechua podía confundirlos e impedir que aprendan a hablar español.

“Cuando nosotros éramos niños, no querían que aprendiéramos el quechua”, relató Marisol a KQED. Incluso recuerda que en la escuela los niños eran castigados si hablaban en runa simi.

Sin embargo, a pesar que su madre, su padre y sus maestros le prohibían hablar su propia lengua y la impulsaban solamente a hablar en español, Marisol aprendió el idioma gracias a los adultos mayores y abuelas que la rodeaban.

Nosotros aprendimos quechua de las abuelas en nuestro pueblo que venían a ayudar a mi mamá. Ellas hablaban más quechua que español. Y no eran mis abuelas realmente, pero nosotros pensábamos que sí lo eran pues las queríamos igual que si lo fueran y ellas a nosotros
Imagen Ilustrativa | Créditos: Pixabay
Imagen Ilustrativa. (Créditos: Pixabay)

Cuando Marisol se mudó a California hace 17 años para reunirse con algunos familiares, trabajó como tutora de español y agente de ventas, hasta que hace 5 años su vida dio un giro y tuvo la oportunidad de comenzar a ser maestra en la Universidad de Stanford, y de nada menos que del idioma que sus padres no le permitieron hablar, aquel idioma que compartía con las abuelitas de su región y que la ayudaron a expresar ciertas emociones que no puede exteriorizar ni en español ni en el ingles, porque el quechua tiene tiempos específicos para hablar de sueños y estados alternativos, según le explicó Marisol a KQED.

Gracias a Dios aprendí quechua. Es por ello que estoy ahora en Stanford enseñando a estudiantes de esta generación, y me hace increíblemente feliz hacerlo

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Definitivamente Marisol ha hecho un gran trabajo, al punto que sus padres cambiaron su perspectiva con respecto a su idioma originario. Ahora, la conexión que existe entre ella y su familia ha cambiado, pues han eliminado algunas barreras del pasado y pueden expresarse libremente en quechua con orgullo y gratitud.

Según informa el KQED, el quechua aún se habla entre aproximadamente 8 millones de personas, principalmente en Perú, Bolivia y Ecuador. Y gracias a personas como Marisol, que logró mostrar a muchos estudiantes en Estados Unidos que ninguna carrera ni proyecto es motivo para romper el vínculo con las tradiciones, un invaluable legado ancestral sigue vivo para recordarnos que no debemos olvidar nuestras raíces.

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