No puede haber diálogo de buena fe con Maduro: Bolton

Por Sabrina Martín
02 de julio de 2019 6:53 PM Actualizado: 02 de julio de 2019 6:53 PM

«No puede haber un diálogo de buena fe con Maduro», así lo afirmó John Bolton, asesor de seguridad nacional de Donald Trump. Esto tras conocerse el asesinato del capitán de corbeta venezolano, Rafael Acosta Arévalo, en medio de intentos de diálogo entre la dictadura y el presidente (e) Juan Guaidó.

Mientras el Gobierno de Noruega auspicia un diálogo entre la oposición venezolana y la dictadura de Maduro, el régimen, a través de sus fuerzas de seguridad, incrementa la represión y las torturas, efectuando crímenes de lesa humanidad. En las últimas horas asesinó a un militar disidente y le arrebató el sentido de la vista a un niño de 16 años a punta de disparos de perdigón.

Bolton lanzó un contundente mensaje a través de su cuenta de Twitter contra la dictadura de Maduro, a la que Estados Unidos, y gran parte de la comunidad internacional, responsabiliza por la muerte del militar y otras víctimas.

«La comunidad internacional debe unirse para responsabilizar al ilegítimo régimen de Maduro, incluida la agencia de contrainteligencia (DGCIM), patrocinada y entrenada por sus patrocinadores cubanos, por el uso continuo de la violencia, la represión y las tácticas de tortura en Venezuela», señaló el funcionario norteamericano.

Asimismo, se refirió a la reciente mediación de Noruega entre el chavismo y la oposición, y consideró que no puede haber un diálogo «de buena fe» con el dictador venezolano.

Estas acciones le demuestran a la comunidad internacional que no puede haber un diálogo de buena fe con Maduro, quien lo utilizará como una táctica estancada para retener el control.

«No hay una solución viable para Venezuela mientras Maduro permanezca en el poder», sentenció.

Diálogo suspendido

Tras conocerse el asesinato del capitán Acosta, salió a la luz que el presidente (e) de Venezuela, Juan Guaidó, suspendió las reuniones previstas con el chavismo que se llevarían a cabo en Barbados.

De acuerdo con el periodista venezolano Nelson Bocaranda, el encuentro estaba pautado para este martes 2 de julio, y presuntamente tenía como fin buscar una salida a la crisis en el país suramericano.

La reunión «buscaba acuerdos y avances en la negociación sobre la realización de elecciones justas, nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral y salida de Nicolás Maduro del gobierno».

Han pasado cinco meses desde que Guaidó asumió la Presidencia (e) de Venezuela tras la usurpación de Maduro, sin embargo, pareciera que tantos diálogos y negociaciones postergan la implementación de sanciones y la caída del régimen.

El panorama en Venezuela no es alentador. La crisis humanitaria se profundiza mientras Guaidó no convoca una intervención internacional. Entre tanto, Maduro sigue en el poder y los días pasan recortando las posibilidades de una salida a corto plazo.

En apenas seis meses concluirá el mandato de Guaidó, y en el 2020 deberían llevarse a cabo nuevas elecciones a la Asamblea Nacional, ocasión que el chavismo está esperando con ansias para controlar nuevamente el Parlamento por medio de elecciones fraudulentas encabezadas por el Consejo Nacional Electoral.

Si de aquí al 2020 Maduro continúa en el poder, el chavismo se apropiará de la última institución  que conserva la independencia, y la crisis se acentuará aún con el poder en manos de la dictadura.

Así lo afirmó Emili J. Blasco en un artículo del ABC: «Cuando más tarden las elecciones, mayor capacidad tendrá Maduro de controlar un electorado cada vez más reducido a las clases populares que comen de la “beneficencia” chavista y más argumentos en su mano para celebrar conjuntamente las presidenciales y las legislativas, acortando así el mandato de la Asamblea Nacional».

Diálogos infructuosos

El Venezuela existe el temor de que Guaidó esté dispuesto a negociar en condiciones deplorables o acepte un acuerdo inaceptable, tal y como iba a hacerlo el pasado 30 de abril cuando se conoció la existencia de un diálogo con el chavismo en el que el ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia se mantendría al mando del Poder Judicial a pesar de haber violado constantemente la Constitución y los derechos humanos.

En enero de 2017 la oposición venezolana aseguró que no participaría más en negociaciones si el régimen no cumplía con los compromisos adquiridos, entre ellos la liberación de presos políticos, la aceptación de ayuda humanitaria y la presentación de un calendario electoral. Sin embargo, la dictadura no cumplió, y pese a ello la MUD ha cedido en varias ocasiones. Otorgándole así más tiempo a Maduro en el poder.

Para Venezuela ha sido un “dolor de cabeza” cada intento de diálogo con el chavismo. Es en ese momento cuando los presos políticos son usados como “fichas de ajedrez”: liberan a algunos y apresan a otros.

Con los pasados intentos de negociación solo se multiplicaron los presos de consciencia, la crisis humanitaria se agravó y la oposición quedó expuesta ante el mundo. Mientras más cedía, más se fortalecía el chavismo.

Entre diálogo y diálogo la oposición optó por un referendo revocatorio que no tuvo éxito, porque fue desmontado inconstitucionalmente por la dictadura. En vez de exigir a toda costa que se ejecutara, la MUD lo dejó pasar.

Lo mismo sucedió con una prometida marcha al palacio presidencial de Miraflores, una manifestación exigida por el pueblo para presionar aún más al régimen de Maduro. Sin embargo, la misma MUD decidió posponerla bajo la excusa de un nuevo intento de diálogo con la participación del Vaticano. La dictadura no cedió, el Vaticano se levantó de la mesa y la dirigencia nuevamente fue humillada.

Luego de ello, y con el paso de los meses, tras ese intento fallido de dialogar, la población venezolana salió a las calles descontenta, a la que se sumó una vez más la dirigencia opositora. Luego de cuatro meses de manifestaciones y la brutal represión que dejó como consecuencia más de 100 venezolanos muertos, surgió la necesidad de otras alternativas más radicales.

De allí la celebración de un plebiscito en el que, primero, se rechazaría la Constituyente; segundo, se daría una exigencia a los militares; y, tercero, un mandato a la Asamblea Nacional con la conformación de un Gobierno de unidad nacional a través de la renovación de los Poderes; y, además, una “Hora Cero” que nunca llegó.

El mandato de la población nunca se ejecutó: la ilegítima Constituyente sigue vigente y los militares no cumplieron con el resultado del plebiscito.

Esto ha mostrado que Maduro es el más beneficiado cada vez que se convoca un diálogo, pues son meses que suma a su dictadura, y que le permiten afianzarse en el poder. Es por ello que una encuesta revelada en mayo evidenció que el 87,5 % de los venezolanos está de acuerdo con una intervención militar que ayude a tumbar al régimen y un 87,6 % está en desacuerdo con que la oposición efectúe nuevos diálogos con el chavismo. No obstante, el presidente Guaidó cede ante las presiones de Noruega y sigue teniendo esperanza en un diálogo, ignorando los nulos resultados de los anteriores.

Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.

Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.

 

***

A continuación

¿Por qué el comunismo no es tan odiado como el fascismo?

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.