No te olvides de Cuba

12 de Enero de 2018 2:46 PM Actualizado: 09 de Febrero de 2018 6:03 PM

Es fácil olvidarse de Cuba. Está ahí. No molesta a nadie. Sin embargo, sigue siendo el mejor ejemplo de por qué el comunismo no funciona y nunca funcionará.

Recientemente, un consorcio internacional tuvo que rescatar a Cuba con una línea de crédito de 9.600 millones de dólares y condonando algunas de sus deudas. La cancelación de la deuda del régimen por parte de algunos países, lamentablemente, no ayudó a promover la libertad y la democracia, sino que hizo  perpetuar la dictadura.

La gran mentira del régimen comunista y sus partidarios, utilizada para justificar la miseria en la que han sumido al país en las últimas cinco décadas, es el embargo comercial inexistente. No hay ninguno. Un embargo no es un bloqueo.

¿Embargo? Cuba tiene más de 27 tratados bilaterales con 90 países. ¿Embargo? Las exportaciones a Cuba, según el Banco Mundial, alcanzaron el 17,1 por ciento del PIB en 2015.

Estados Unidos es uno de los mayores socios comerciales de Cuba, con 180 millones de dólares de intercambio en 2015. España es el mayor inversor y tercer socio comercial de Cuba. En un verdadero bloqueo, ninguna mercancía digna de mención se escaparía.

Sin embargo, la falacia de este supuesto bloqueo se utiliza constantemente para encubrir y justificar la miseria y la represión de la dictadura. En realidad, el régimen castrista, como cualquier gobierno socialista, es una máquina de derrochar subsidios.

 

Despilfarro Masivo

El régimen castrista dilapidó subsidios de la ex Unión Soviética entre 1960 y 1990 equivalentes a cinco planes Marshall, y sin embargo no logró mejorar su crecimiento económico o aprovechar estas enormes transferencias para mejorar la productividad. Entre 1960 y 1990, Cuba recibió más de 65 mil millones de dólares de la Unión Soviética, sin mencionar el dinero que recibió de otros países socialistas.

Cuba incluso se benefició de un subsidio del régimen venezolano, que a su vez recibe miles de millones de China, que cubría el 70 por ciento del consumo del país. También recibió cientos de millones de dólares de organizaciones internacionales.

A pesar de esto, el ranking Nationmaster, que compara el salario promedio de los países del mundo, ubica a Cuba en el último puesto (176º lugar) del mundo, con un salario promedio de 25.05 dólares al mes en 2014.

La escasez de productos básicos afecta al 70 por ciento de la población, según El Diario de Cuba e Infobae. Estas cifras invalidan la infame propaganda que dice que “no hay desnutrición”, porque casi todos los cubanos sufren de una u otra escasez económica.

Cualquiera que viaje a Cuba puede ver que la constante y repetida “inexistencia de desnutrición infantil” es falsa y sólo intenta defender un régimen que todavía utiliza tarjetas de racionamiento y propaga miseria.

El UNICEF sólo señala que el número de niños y niñas con peso inferior al normal se ha reducido al 4%, una cifra muy elevada en comparación con otros países en desarrollo.

Además, Cuba sufre de la “atención médica gratuita más cara del mundo”, como me señalaron en La Habana. El mito de la calidad y universalidad de la asistencia sanitaria fue desmantelado en varias ocasiones. María Werlau, de la ONG Cuba Archive, explicó: “La atención de la salud en Cuba es extremadamente mala para el ciudadano común. Hay un apartheid que favorece a la élite gobernante y a los extranjeros que pagan en dólares”.

La única forma de que Cuba pueda alcanzar a otros países en desarrollo es deshacerse del comunismo.

 

Daniel Lacalle es economista jefe del fondo de cobertura Tressis y autor de “Escape From the Central Bank Trap”, publicado por BEP.

Las opiniones expresadas en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.

 

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