Aproximadamente el 42 por ciento de las personas con un período menstrual regular, encuestadas en un estudio sobre la menstruación después de la vacunación, informaron de un sangrado más abundante de lo habitual después de recibir la vacuna, según un estudio publicado en Science Advances el 15 de julio después de la revisión por pares.
Mientras tanto, la mayoría de las encuestadas, que no estaban menstruando, informaron sangrado intermenstrual después de recibir una de las vacunas, incluido el 66 por ciento de las mujeres posmenopáusicas que no estaban tomando un tratamiento hormonal y el 65.7 por ciento de las que estaban usando uno o más tratamientos.
La encuesta se lanzó en abril de 2021 y los datos se descargaron el 29 de junio de 2021.
Se recibieron más de 128,000 respuestas, pero muchas fueron excluidas por razones como haber sido diagnosticadas con COVID-19, no haber completado totalmente la encuesta o no haber informado al menos 14 días después de su última dosis de una serie primaria de vacunación.
Además, se excluyeron mujeres de 45 a 55 años para evitar incluir a mujeres en perimenopausia.
“Enfocamos nuestro análisis en aquellas que menstrúan regularmente y aquellas que actualmente no menstrúan, pero lo han hecho en el pasado. Este último grupo incluía a personas posmenopáusicas y a aquellas con terapias hormonales que suprimen la menstruación, para quienes el sangrado es especialmente sorprendente”, dijo en un comunicado Kathryn Clancy, profesora de antropología en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign.
Dirigió la investigación con Katharine Lee, profesora de antropología en la Universidad de Tulane.
Se terminaron utilizando unas 39,000 respuestas.
“No tendemos a hablar de eso públicamente”
Los investigadores dijeron que las mujeres comenzaron a compartir casos de sangrado inesperado después de recibir las vacunas contra el COVID-19 a principios de 2021, pero que los médicos que respondieron a menudo descartaron rápidamente las experiencias.
Las limitaciones del estudio incluyen que las mujeres se autoinformaron a través de la encuesta, pero Clancy y otros involucrados dijeron que las tendencias descubiertas por los resultados pueden ayudar a desencadenar una mayor investigación y estimular el debate sobre el asunto.
«La menstruación es un proceso regular que responde a todo tipo de estresores inmunológicos y energéticos, y la gente nota cambios en sus patrones de sangrado, pero no solemos hablar de ello públicamente», dijo Lee en un comunicado.
La mayoría de los encuestados recibieron una vacuna de Pfizer o Moderna, pero otros recibieron otras inyecciones, como las de AstraZeneca, Novavax y Johnson & Johnson.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. dicen que las mujeres que menstrúan pueden experimentar «pequeños cambios temporales» en la menstruación después de la vacunación contra el COVID-19, y señalan un estudio estadounidense de enero que concluyó que las vacunas estaban asociadas con un cambio en la duración del ciclo y la investigación de Noruega publicó, el mismo mes, que encontró «un aumento significativo» en las irregularidades menstruales después de la vacunación, particularmente después de una segunda dosis.
Los investigadores estadounidenses afirmaron que la cohorte vacunada que estudiaron volvió a coincidir con un grupo de comparación no vacunado al cabo de seis ciclos, pero los investigadores noruegos dijeron que no estaba claro cuánto duraban las irregularidades.
Casi 300 mujeres que participaron en otro estudio observacional, publicado en mayo, reportaron irregularidades menstruales.
La Agencia Europea de Medicamentos inició, a principios de este año, una investigación sobre los informes de que las vacunas contra el COVID-19 están vinculadas a los cambios menstruales. La agencia concluyó que las vacunas de Pfizer y Moderna, ambas construidas con tecnología de ARN mensajero, no provocan la ausencia de la menstruación. El comité aún está investigando posibles vínculos con períodos menstruales más abundantes.
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