Obispos de México dicen que negociaron un posible acuerdo de paz con líderes de cárteles de droga

Por The Associated Press
16 de febrero de 2024 11:09 AM Actualizado: 16 de febrero de 2024 11:10 AM

CIUDAD DE MÉXICO (AP) —Cuatro obispos católicos se reunieron con jefes de cárteles mexicanos de la droga en un intento por negociar un posible acuerdo de paz, dijo uno de los obispos. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el jueves que aprueba esas conversaciones.

La revelación del obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, en declaraciones en una aparición pública, ilustra hasta qué punto la política del gobierno de no enfrentarse a los cárteles ha dejado a los ciudadanos comunes la tarea de elaborar sus propios acuerdos de paz por separado con las bandas criminales.

López Obrador reconoció que no era la primera vez que los líderes religiosos mantenían este tipo de conversaciones, y que ya lo habían hecho antes en el vecino estado de Michoacán y en otros estados.

«Siempre los sacerdotes, pastores, integrantes de todas las iglesias participan, ayudan, en la pacificación del país. Lo veo muy bien», dijo López Obrador al día siguiente de que se revelaran estas negociaciones.

«Han participado sacerdotes y pastores y miembros de todas las iglesias, han ayudado a la pacificación del país. Me parece muy bien», dijo López Obrador al día siguiente de que se revelara la existencia de las negociaciones.

Él aseguró que este tipo de conversaciones se han llevado a cabo en el vecino estado de Michoacán y también en otros lugares de México. «Lo hace la Iglesia, me consta, en Michoacán y lo hacen en otras partes».

López Obrador dijo que si bien no tenía problema con las pláticas, no aprobaría «acuerdos que signifiquen conceder impunidad, privilegios, licencias para robar».

Eso le pareció falso a un párroco cuyo pueblo en Michoacán ha estado dominado durante años por uno u otro cártel. «Es un reconocimiento implícito de que ellos (el gobierno) no pueden proporcionar condiciones de seguridad», dijo el sacerdote, cuyo nombre no puede ser citado por su seguridad.

«Sin duda, tenemos que hablar con ciertas personas, sobre todo cuando se trata de la seguridad de la gente, pero eso no significa que estemos de acuerdo», dijo el sacerdote. Por ejemplo, dijo, los residentes locales le han pedido que pregunte a los jefes de los cárteles sobre el destino de familiares desaparecidos.

Muchos mexicanos han accedido en silencio a pagar protección a los cárteles de la droga por miedo a ser atacados o a que les quemen sus casas o negocios. La Iglesia también ha sufrido —los cárteles también han asesinado a sacerdotes— pero algunos líderes de las pandillas hablan con los dirigentes eclesiásticos.

El obispo González Hernández dijo que las últimas conversaciones fracasaron porque los cárteles y las pandillas de narcotraficantes no querían dejar de luchar por el territorio en el estado de Guerrero, en la costa del Pacífico. Estas luchas territoriales han paralizado el transporte y han provocado docenas de asesinatos en los últimos meses.

«Ellos pidieron una tregua, pero con condiciones», dijo González Hernández sobre las conversaciones, celebradas hace unas semanas. «Pero estas condiciones no eran aceptables para uno de los participantes».

Al ser preguntado por los periodistas locales cuáles eran esas condiciones, el obispo respondió «territorios».

Los cárteles de la droga y las bandas de México no sólo venden o trafican con drogas, sino que se dedican a extorsionar a casi todos los negocios de los territorios que controlan.

Bajo la política de «abrazos, no balazos» de López Obrador, el gobierno ha evitado la confrontación directa con los cárteles, permitiéndoles esencialmente tomar el control de una docena o más de ciudades medianas, donde los precios de la mayoría de los productos son más altos porque incluyen un «impuesto» cobrado por los cárteles.

El obispo emérito Salvador Rangel, que dirigió la misma diócesis hasta 2022, dijo a The Associated Press que fue informado de las conversaciones por personas que estaban allí.

No dijo qué cárteles asistieron, pero al menos una docena de bandas de este tipo luchan por el control de diversas regiones del estado de Guerrero, en la costa del Pacífico, donde se encuentra el complejo turístico de Acapulco.

Rangel confirmó que las conversaciones fracasaron porque las bandas «no querían ceder nada».

Sin embargo, él defendió las conversaciones. Cuando era obispo, ya había hablado abiertamente de reunirse con los líderes de las bandas para buscar la paz. «Creo que cualquier intento de lograr la paz y la armonía es válido», dijo.

González Hernández sugirió que el enfoque ha sido aprobado, al menos implícitamente, por el Papa Francisco durante una reunión con obispos el año pasado.

Un portavoz del Vaticano no respondió inmediatamente cuando se le preguntó por las declaraciones del obispo. El Vaticano rara vez comenta sobre las audiencias privadas del Papa.

Dicho esto, la posición expresada por el obispo González Hernández es coherente con la tendencia de Francisco a ceder ante la experiencia de los obispos sobre el terreno, y su firme creencia en la necesidad de diálogo a toda costa.

A Francisco se le ha preguntado con frecuencia, por ejemplo, sobre su disposición a enviar un enviado a Moscú para intentar negociar con el Kremlin. Aunque Francisco ha dicho que «nunca se debe dialogar con el diablo», ha insistido en que, en asuntos reales de guerra y paz, el diálogo con el agresor es la única forma de encontrar caminos de paz, «incluso cuando esto apesta».

Evidentemente, no es un papel que guste a la Iglesia. Como señaló el párroco, «no tendríamos que hacer esto si el gobierno hiciera bien su trabajo».

Con información del reportero de AP Mark Stevenson.


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