La ONU expresó su preocupación en noviembre pasado “por las condiciones de trabajo y de vida que estarían afectando a los médicos cubanos enviados al exterior”, que según la organización podría categorizarse como trabajo forzoso, una forma contemporánea de esclavitud.
Urmila Bhoola, Relatora Especial de la ONU sobre las formas contemporáneas de la esclavitud y Maria Grazia Giammarinaro, Relatora Especial sobre la trata de personas, hicieron un llamado de atención al régimen castrista por los presuntos abusos de derechos humanos cometidos en contra de los médicos cubanos.
Cuba ha enviado brigadas médicas al extranjero desde 1963 a más de 160 países a través del Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, de los 11 millones de dólares que habría aportado el personal contratado en el exterior entre 2011 y 2015, al menos el 80% habría sido tributado por los especialistas de la Salud.
“Muchos que trabajan en el exterior estarían expuestos a condiciones de trabajo y de vida explotadoras, pagos salariales inadecuados”. Además de presiones y seguimiento por parte del régimen cubano, señala el informe.
La Organización de las Naciones Unidas expresó una serie de alegaciones que fueron remitidas al líder de la Habana.
Una de ellas es la presión a la que son sometidos los profesionales de servicios de salud para alistarse a las brigadas en el extranjero para evitar sufrir represalias por parte del régimen cubano.
No obstante, en muchos de los países que se benefician de una misión de internacionalización, los médicos cubanos no reciben un contrato de trabajo, o si lo tuvieran, no siempre recibirían una copia del mismo.
Otra de las alegaciones es la retención de los ingresos de los médicos cubanos que se ven obligados a entregar al régimen del 75 al 90% de su salario mensual. En muchas ocasiones estas condiciones les impiden tener condiciones de vida dignas. Además, este dinero supuestamente es «congelado» para ser recibido a su regreso a la isla, pero muchas veces no reciben la totalidad del monto que les corresponde.
Aunado a esto, el personal contratado en el exterior trabaja alrededor de 64 horas semanales, muchas veces incluyendo sábados y domingos, lo cual ilustra la explotación laboral a la cual se encuentran sometidos.
Durante su estancia en el exterior a los trabajadores cubanos se les restringe libertad de movimiento y comunicación sostenida con personas nacionales y extranjeras.
Por otro lado, muchos de los médicos son penalizados si deciden retirarse del trabajo en el exterior bajo el Código Penal de Cuba que estipula que el empleado encargado que abandone su misión se le privara de la libertad de 3 a ocho años.
Actualmente muchas mujeres medicas además de explotación laboral estarían sufriendo acoso sexual mientras participan en dichas misiones de internacionalización.
De acuerdo con la ONU, otros profesionales “entre ellos maestros, ingenieros o artistas estarían sometidos a condiciones de trabajo y de vida parecidas”.
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