Un sexto consejo escolar de California aprobó una política de notificación a los padres que obligará a los centros a notificar a los padres si su hijo se identifica como transexual, en medio de un debate estatal sobre el tema.
Era casi medianoche cuando el Consejo Escolar Unificado de Orange, compuesto por siete miembros, aprobó la política por 4 a 0 —con la ausencia de las consejeras Andrea Yamasaki, Ana Page y Kris Erickson en el momento de la votación— en su segunda lectura, en una reunión celebrada el 8 de septiembre que comenzó a las 7 de la tarde.
La mayoría conservadora del consejo —el presidente Rick Ledesma, junto con los consejeros Madison Miner, Angie Rumsey y John Ortega— aprobó la política. Los tres fideicomisarios contrarios abandonaron la reunión antes de la votación.
La nueva norma exige a los centros escolares que notifiquen por escrito a los padres en un plazo de tres días si su hijo se identifica como transexual, está implicado en actos de violencia o comunica pensamientos suicidas.
Según la norma, también se notificará a los padres si su hijo solicita utilizar nombres, pronombres, baños o vestuarios que no «coincidan con su sexo biológico o género», si solicita participar en programas deportivos que no coincidan con su sexo biológico o si solicita cambiar la información de su expediente escolar.
La política del Distrito Unificado de Orange se basa en una política similar promulgada recientemente por otros cinco distritos del estado: Unificado de Chino Valley, Unificado de Murietta Valley, Unificado de Temecula Valley, el Distrito de Escuelas Secundarias de Anderson Union y el Unificado de Rocklin.
Excepciones añadidas a la política
Sin embargo, el Unificado de Orange optó por introducir varios cambios en su propia versión, según explicó la Sra. Miner antes de la votación.
Según la política del Unificado de Orange, los empleados de la escuela deben remitir primero a los alumnos al consejero escolar, que consultará después con el director. El director es responsable de notificar a los padres el deseo de su hijo de hacer la transición, para que puedan ser incluidos en el asesoramiento escolar.
Se harán excepciones en el caso de niños mayores de 12 años que no deseen que se informe a sus padres, y en los casos en que el orientador escolar o el director «tengan motivos razonables para creer que la participación del [padre] supondría un peligro claro y actual para la salud, la seguridad o el bienestar del alumno de cualquier edad».
«Creo en esta política», dijo la Sra. Miner. «Creo que elevará las posibilidades de éxito personal y felicidad de todos los niños. Creo en la enseñanza de las habilidades de pensamiento crítico necesarias para reconocer y discernir la verdad… Al sacrificar la verdad en el altar de la ideología, están poniendo en peligro las escuelas y, por extensión, a nuestros hijos».
La política atrajo a unos 200 padres, maestros, estudiantes y miembros de la comunidad de ambos lados de la cuestión, que hablaron apasionadamente durante la sesión de comentarios públicos de la reunión.
Los que apoyaron la política dijeron que no lo hacían por odio a la comunidad LGBT, sino porque querían seguir participando en la vida de sus hijos.
«Es crucial subrayar que nuestra postura no se basa en ninguna hostilidad hacia la comunidad transexual o LGBT. Más bien, se deriva de nuestro profundo amor por nuestros hijos y de nuestro inquebrantable deseo de permanecer informados y participar activamente en sus vidas», afirmó uno de los padres. «Nuestra intención no es socavar el derecho o la identidad de nadie, sino garantizar que nosotros, como padres, seguimos desempeñando un papel activo e informado en la vida de nuestros hijos».
Quienes se opusieron a la política argumentaron que podría poner en peligro a los estudiantes LGBT si sus padres no los apoyan.
«Se trata de una política dañina e irrespetuosa que perjudica a nuestros hijos», afirmó otro padre, que añadió que había optado por sacar a sus hijos de las escuelas del distrito y educarlos en casa, «en parte debido a políticas como ésta».
«[Los niños] merecen su propia privacidad para descubrir quiénes son y si no te dicen quiénes son, como padre, es por algo. Respeta su elección de ser ellos mismos, no les quites espacio», añadió el padre. «Revelar la homosexualidad de los niños es aborrecible».
La Sra. Miner abordó algunas de las preocupaciones de la oposición antes de la votación, diciendo que si la vida en el hogar del niño es insegura, los maestros, como informadores obligatorios, ya deberían haber denunciado a la familia a los servicios sociales.
«Si hay un problema con un mal padre, los maestros ya son informadores obligatorios, y deberían ponerse en contacto con las fuerzas policiales si existe una preocupación legítima sobre la seguridad de un niño en casa en cualquier situación», dijo. «Si un maestro no está dispuesto a denunciar a un padre a las fuerzas policiales, entonces ya tiene la responsabilidad de comunicárselo a los padres como haría con las malas notas, los problemas de disciplina en la clase y otras preocupaciones».
La decisión de Orange Unified se produce un día después de que un juez de California dictara una orden de restricción temporal para impedir que entrara en vigor la política de notificación a los padres de Chino Valley Unified, a petición del fiscal general del estado, Rob Bonta, que anunció el 28 de agosto una demanda contra el distrito por dicha política. El caso tendrá su segunda audiencia el 13 de octubre.
Chino Valley Unified fue la primera escuela de California en promulgar dicha política en julio.
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