Un grupo de padres de Chicago ha demandado esta semana al sindicato de maestros de la ciudad por negarse a impartir clases en persona.
El Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por sus siglas en inglés) votó el martes por la noche por solo impartir clases a distancia, argumentando que el aumento de los casos de COVID-19 y la supuesta falta de medidas de protección hacían demasiado peligroso dar clases a los alumnos dentro de las aulas.
Las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) consideraron la acción como un paro laboral ilegal y cancelaron las clases durante tres días consecutivos mientras los funcionarios negociaban con los líderes sindicales. El CTU y los funcionarios de la ciudad también presentaron demandas laborales.
La demanda, presentada en el tribunal de circuito del condado de Cook, ofrece una visión similar de la negativa del sindicato.
El sindicato «nunca envió un aviso de intención de huelga a las CPS, al superintendente regional o a la Junta de Relaciones Laborales Educativas», afirma la demanda. «Y pasaron menos de 24 horas desde el momento en que los miembros de CTU votaron por su medida para autorizar una huelga el 4 de enero de 2022 y cuando no se presentaron a trabajar en persona al día siguiente, en contraste con el requisito de la ley de Illinois de que transcurran 10 días desde la votación para autorizar una huelga hasta el momento en que ésta comienza».
La ley en cuestión, la Ley de Relaciones Laborales Educativas de Illinois, establece los requisitos para que los profesores se pongan en huelga.
El sindicato, que no devolvió inmediatamente una consulta, ha dicho que el intento de cambiar a la enseñanza a distancia no es una huelga. Tennille Evans, profesora y organizadora del sindicato, dijo a los periodistas en una sesión informativa que es «una acción laboral, no una huelga», pero los padres dicen que ninguna parte de la ley estatal, ningún contrato y ninguna ordenanza local autoriza al sindicato a decidir enseñar a distancia sin la aprobación del Consejo de Educación de Chicago.
Los padres dicen que se han visto perjudicados por la situación «porque a sus hijos se les está negando la escolarización y han tenido que conseguir guarderías para sus hijos».
Piden al tribunal que deje claro que las acciones del CTU equivalen a una huelga y que la votación violó el acuerdo de negociación colectiva entre el sindicato y la ciudad. El tribunal debe impedir que el CTU siga autorizando a sus miembros a no dar clases en persona a menos que se cumplan todas las condiciones establecidas en la ley estatal y no se viole el acuerdo.
Los padres también quieren que el tribunal les conceda una indemnización por daños y perjuicios en forma de pérdida de ingresos y coste de la obtención de guarderías mientras se cancelaron las clases.
«A lo largo de toda esta pandemia, nuestros hijos han pagado un precio tremendo por los errores y los cálculos erróneos de los adultos, y ahora el sindicato de profesores los ha subido de nuevo a su montaña rusa política de forma precipitada e imprudente», dijo en un comunicado Laurel Golden, principal demandante y madre de familia de Chicago. «La ciencia es clara, y también lo es el deseo de los padres: Nuestros hijos necesitan y merecen estar en la escuela. Esta huelga ilegal debe terminar inmediatamente, y debemos conseguir que los niños vuelvan a las aulas».
El sindicato, por su parte, en los comunicados de prensa y en la reunión informativa del viernes indicó que no hay planes por el momento para poner fin a la negativa a dar clases en persona.
«Los casos de COVID se están saliendo de control en todos los barrios, y por eso pedimos [clases a distancia]», dijo Evans.
La alcaldesa Lori Lightfoot y el director ejecutivo de las Escuelas Públicas de Chicago, Pedro Martinez, dijeron en un comunicado conjunto a esa misma hora que las negociaciones «continuaron hoy y se prolongaron hasta la noche», y añadieron: «Las sesiones siguen siendo productivas, pero deben concluir este fin de semana».
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