Pandilleros se declaran culpables de ataques de odio con cócteles molotov

05 de abril de 2018 10:42 PM Actualizado: 05 de abril de 2018 10:42 PM

Los Ángeles, 5 abr (EFEUSA).- Tres pandilleros de Los Ángeles se declararon culpables de cargos federales por crímenes de odio al participar en 2014 en ataques con bombas incendiarias a residencias de afroamericanos, informó hoy la fiscalía del Distrito Central de California.

Edwin Félix, alias «Boogie», de 26 años; José Saucedo, alias «Lil’ Moe», de 24 años, y Jonathan Portillo, alias «Pelón», de 23 años, todos miembros de la pandilla Big Hazard, admitieron su ataque intencionado a viviendas de afroamericanos ocurridos la noche del 11 de mayo de 2014 en el Este de Los Ángeles.

«Estos acusados admitieron que su meta era sacar a los afroamericanos de sus viviendas. Esto simplemente no será tolerado y tomaremos todos los pasos necesarios para proteger los derechos civiles de cada persona que vive los Estados Unidos», dijo hoy el fiscal federal Nicola Hanna.

Paul Delacourt, director a cargo de la Oficina de Operaciones del FBI en Los Ángeles, señaló que «las víctimas inocentes de este ataque a sangre fría fueron escogidas en base a su color de piel».

Según se consignó en la acusación, un grupo de ocho pandilleros latinos que previamente habían identificado varios apartamentos donde vivían afroamericanos en el complejo Ramona Gardens, de gran mayoría hispana y fuerte influencia de pandillas.

La noche de los ataques se coordinaron para romper las ventanas de los apartamentos en este sector de Boyle Heights, en Los Ángeles, y lanzar dentro de las viviendas cócteles molotov «con el fin de hacer el mayor daño posible».

«Es un milagro que nadie haya salido herido en estos ataques con motivación racial», anotó Hanna.

Otros tres acusados miembros de la Big Hazard ya se declararon culpables de delitos de odio y ofensas relacionadas y esperan su sentencia, mientras dos más están programados para enfrentar juicio a partir del 31 de julio.

Como líder de los ataques se ha señalado a Carlos Hernández, alias «Rider,» de 33 años y uno de los dos que todavía no han sido juzgados.

Según explicó Hernández a los otros miembros del grupo, los ataques fueron ordenados por la pandilla Mafia Mexicana que opera desde las cárceles y controla la mayoría de las pandillas hispanas en el sur de California, indicó la fiscalía.

Los tres acusados que hoy aceptaron su culpabilidad enfrentan penas de hasta 30 años en prisión federal.

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