Parte 2 – Los comienzos del PCCh

16 de abril de 2015 10:24 AM Actualizado: 27 de junio de 2016 10:00 AM

Prólogo

Según el libro “Explicando los ideogramas simples y analizando los ideogramas compuestos” (Shuowen Jiezi), escrito por Xu Shen (fallecido en 147 d. C.), el ideograma tradicional chino Dang quiere decir “partido” o “banda” y está compuesto por dos radicales que significan “todavía” o “incluso” y “oscuro” o “negro”, respectivamente. Si unimos los dos radicales, el ideograma significa “la oscuridad todavía”. Partido o miembro del partido (que también puede interpretarse como “banda” o “miembro de la banda”) tiene una connotación negativa en chino. Confucio dijo: “un hombre noble tiene orgullo pero no-agresión, es sociable pero no forma partidos”. En Analectas (Lunyu), la interpretación de Confucio sobre este ideograma sostiene que aquellas personas que se ayudan a ocultar sus crímenes conforman una banda (partido). Las camarillas políticas de la historia China son conocidas como “bandas de truhanes”, lo que muestra la asociación de la política con la delincuencia en la cultura tradicional china.

Con todo esto, ¿cómo es que el Partido Comunista surgió, creció y llegó a tomar el poder político en la China contemporánea? El Partido Comunista chino (PCCh) ha inculcado constantemente al pueblo chino que la historia y el pueblo han elegido al PCCh, y que “sin el PCCh no existiría una nueva China”.

¿El pueblo chino eligió al Partido Comunista, o fueron los comunistas quienes formaron un partido (banda) y obligaron al pueblo chino a aceptarlo? Las respuestas deben buscarse en la historia.

Desde la última etapa de la dinastía Qing (1644-1911) hasta los primeros años de la República (1911-1949), China sufrió fuertes golpes externos e intentó amplias reformas internas. La sociedad china vivió períodos de agitación muy profunda. Muchos intelectuales y personas con ideales elevados quisieron salvar al país y a su gente. Sin embargo, el caos y las crisis nacionales los llevaron a aumentar la ansiedad, que se convirtió primero en desilusión y luego en desesperación total. Al igual que las personas que recurren al primer médico que encuentran cuando están enfermas, los intelectuales fueron a buscar soluciones fuera de China. Cuando se frustraron con los sistemas británicos y franceses, cambiaron al método ruso. No dudaron en prescribir el remedio más extremo para la enfermedad, con la esperanza de que China se recuperaría de inmediato.

El Movimiento del Cuatro de Mayo de 1919 fue una clara manifestación de esta desesperación. Algunos defendieron el anarquismo, otros propusieron echar por tierra la doctrina de Confucio, y otros aun sugirieron importar culturas del extranjero. En todos los casos, rechazaban la cultura tradicional china y se oponían a la doctrina confuciana del camino medio. Ávidos por encontrar un atajo, abogaron por la destrucción de todo lo tradicional. Los miembros radicales de este movimiento, por un lado, no daban con la manera de servir al país, y por otro, creían firmemente en sus propios ideales y deseos. Ellos sentían que el mundo no brindaba esperanzas y que sólo ellos habían encontrado el mecanismo para el desarrollo de China. Y se entusiasmaban con la revolución y la violencia.
Diferentes circunstancias condujeron a varios grupos a elaborar diferentes teorías, principios y caminos. Uno de estos grupos entró en contacto con representantes del Partido Comunista soviético. La idea marxista-leninista de “usar la revolución violenta para alcanzar el poder político” seducía su mente ansiosa, y cuadraba con sus deseos de salvar al país y a su pueblo. Así, inmediatamente formaron una alianza: introdujeron el comunismo, un concepto completamente desconocido y foráneo para la nación china. Trece representantes asistieron al primer congreso del Partido Comunista chino. Con el tiempo, algunos de ellos murieron, otros escaparon, y otros, traicionando al PCCh o aprovechando la oportunidad, se plegaron a las fuerzas japonesas de ocupación, o abandonaron el Partido para unirse al Kuomintang (Partido Nacionalista; a partir de aquí, KMT). En 1949, cuando el PCCh tomó el poder, sólo quedaban Mao Zedong (también conocido como Mao Tse Tung) y Dong Biwu de los trece miembros originales del Partido. Es imposible saber si los fundadores del PCCh eran conscientes en aquel momento de que esta “deidad” que habían introducido de la Unión Soviética era, en realidad, un espectro maligno, y que el remedio que ellos buscaban para fortalecer la nación era verdaderamente un veneno mortal.

El Partido Comunista de Todos los Rusos (Bolchevique, después conocido como Partido Comunista de la Unión Soviética), que acababa de triunfar en su revolución, ambicionaba a China. En 1920, la Unión Soviética estableció la Oficina del Lejano Oriente en Siberia —una rama de la Tercera Internacional o Komintern— para establecer partidos comunistas en China y otros países de la región. El vicedirector de la Oficina, Grigori Voitinsky, contactó a Li Dazhao y juntos prepararon la fundación del Partido Comunista chino. Li arregló que Voitinsky se encontrase en Shanghai con el otro líder comunista, Chen Duxiu.

En junio de 1921, Zhang Tailei llegó a Irkutsk en Siberia, donde presentó una propuesta a la Oficina del Lejano Oriente para establecer el PCCh como una rama del Komintern. El 23 de julio de 1921, bajo la organización de Nikolsky y Maring, de la Oficina del Lejano Oriente, se fundó oficialmente el PCCh.

El movimiento comunista fue así introducido en China como un experimento, pero desde entonces el PCCh se impuso por sobre todo y lo conquistó todo a su paso, lo que llevó a China a padecer una catástrofe tras otra.

I. El crecimiento del PCCh fue un proceso de acumulación de malas acciones

No es una tarea fácil introducir en China, una civilización con 5000 mil años de historia, un espectro foráneo y maligno, totalmente incompatible con la tradición nacional: el comunismo. El PCCh engañó al pueblo y a los intelectuales patriotas que querían servir a su país con la promesa de la utopía comunista. También distorsionó la teoría comunista, gravemente distorsionada ya por Lenin, para brindar una base teórica que permitiera destruir las tradiciones y valores del país, además de todo aquello que amenazara su poder, incluidas personas y clases sociales. El PCCh adoptó la destrucción de las creencias propias de la Revolución Industrial, así como el ateísmo más furioso de la ideología comunista. Además, heredó la negación de la propiedad privada e importó la teoría de Lenin de la revolución violenta. Al mismo tiempo, el PCCh adoptó y fortaleció lo peor del sistema feudal chino.

La historia del PCCh es un proceso de acumulación gradual de malas acciones, tanto chinas como extranjeras. El PCCh perfeccionó sus nueve rasgos heredados y les agregó “características chinas”: maldad, engaño, instigación, liberación de la escoria social, espionaje, robo, lucha armada, asesinato y control. La respuesta del PCCh a las sucesivas crisis fue consolidar y fortalecer el desarrollo de estas características maléficas.

Primer rasgo heredado: Maldad, vestir el perverso disfraz marxista-leninista

El marxismo atrajo inicialmente a los comunistas chinos por su declaración de “usar la revolución violenta para destruir el viejo aparato estatal y establecer una dictadura del proletariado”. Precisamente ésta es la raíz del mal en el marxismo y el leninismo.

El materialismo marxista, en realidad, predica estrechos conceptos económicos sobre fuerzas productivas, relaciones de la producción y plusvalía. Durante los primeros años del capitalismo, cuando aún se hallaba en una etapa de desarrollo, Marx realizó la poco certera predicción de que éste se extinguiría y el proletariado triunfaría, pronóstico que la historia y la realidad se encargaron de refutar. La revolución violenta y la dictadura del proletariado del marxismo-leninismo fomentan políticas de poder y dominación popular. El Manifiesto Comunista vinculó la raíz histórica y filosófica del Partido Comunista a la lucha y el conflicto de clases. El proletariado se liberó de los valores y las relaciones sociales tradicionales a fin de alcanzar el poder. En la primera impresión, las doctrinas comunistas se establecen en oposición a toda tradición.

La naturaleza humana rechaza universalmente la violencia. La violencia vuelve crueles y tiránicas a las personas. Así, donde sea y cuando sea, la humanidad ha rechazado de base las premisas de la teoría de violencia del Partido Comunista, una teoría sin antecedentes históricos en ningún sistema conocido de pensamiento, filosofía o tradición. El sistema de terror comunista cayó sobre la Tierra como si viniera de la nada.

La ideología malévola del PCCh se construye sobre la premisa de que los humanos pueden conquistar la naturaleza y transformar el mundo. El Partido Comunista atrajo a muchas personas con sus ideales de “liberación de la humanidad” y “unidad mundial”. El PCCh engañó a muchos, sobre todo a quienes se preocupaban por la condición humana y estaban ávidos por dejar su propia huella en la sociedad. Estas personas se olvidaron de que arriba hay un Cielo. Inspiradas en la bella pero equivocada idea de “construir el paraíso en la Tierra”, despreciaron las tradiciones y no respetaron las vidas de los demás, lo que los llevó a degradar su condición humana.

El Partido Comunista presentó la fantasía de un “paraíso comunista” como la verdad, y despertó el entusiasmo de la gente por luchar por ella: “Porque la razón detona la creación, hay un mundo mejor en ciernes”.1 Siguiendo esta idea absurda, el PCCh cortó las relaciones entre el Cielo y la humanidad, así como la línea vital entre sus antepasados y las tradiciones nacionales. Mediante un llamamiento popular a dar la vida por el comunismo, el PCCh fortaleció su capacidad de hacer daño.

Segundo rasgo heredado: Engaño, el mal tiene que engañar para mostrarse recto

El mal necesita mentir. Para aprovecharse de la clase obrera, el PCCh le confirió los títulos de “clase más avanzada”, “clase generosa”, “clase líder” y “pioneros de la revolución proletaria”. Cuando el Partido Comunista necesitó de los campesinos, les prometió “la tierra para el que la trabaja”. Mao aplaudió a los campesinos diciendo: “Sin campesinos pobres no habría revolución; negar su papel es negar la revolución”.2 Cuando el Partido Comunista necesitó la ayuda de la clase capitalista, la llamó “compañera de viaje en la revolución proletaria” y le prometió “republicanismo democrático”. Cuando el Partido Comunista llegó a ser casi exterminado por el KMT, proclamó: “Los chinos no deben luchar contra los chinos” y prometió obedecer el liderazgo del KMT. En cuanto terminó la guerra de resistencia a la invasión japonesa (1937-1945), el PCCh volcó toda su fuerza contra el KMT y derrocó al gobierno nacionalista. De igual manera, poco después de tomar el poder en China, eliminó a la clase capitalista, y finalmente convirtió a los campesinos y obreros en una clase completamente desposeída.

La noción de un frente de unidad es un ejemplo de las mentiras del PCCh. Con el fin de ganar la guerra civil contra el KMT, el PCCh dejó de lado sus tácticas habituales de matar a las familias enteras de sus enemigos de clase, los terratenientes y campesinos prósperos, para adoptar un “plan de unificación temporal” con sus enemigos de clase. El 20 de julio de 1947, Mao Zedong anunció que “excepto algunos elementos reaccionarios, debemos adoptar una actitud más relajada hacia la clase propietaria… para así reducir elementos hostiles”. Sin embargo, después de que el PCCh se instaló en el poder, los hacendados y campesinos ricos no pudieron escapar del genocidio.

Decir una cosa y hacer otra es algo normal para el Partido Comunista. Cuando el PCCh necesitó del KMT, instó a las partes a “esforzarse para lograr una convivencia a largo plazo, ejercitar una supervisión mutua, ser sinceros unos con otros y compartir honores y desgracias”. Sin embargo, después de alcanzar el poder en 1949, el PCCh masacró a todos aquellos que hablaban en favor de la democracia y no se sometían a las ideas, acciones u organización del Partido. Marx, Lenin y los líderes de PCCh sostenían que el poder político del Partido Comunista no sería compartido con ningún otro individuo o grupo. Desde sus comienzos, el comunismo mostró que portaba el gen del totalitarismo. El PCCh es despótico y excluyente. Nunca ha coexistido con ningún otro partido político o grupo de modo sincero. Incluso durante el llamado período “relajado”, la convivencia del PCCh con otros grupos era en el mejor de los casos una actuación forzada.

La historia nos dice que jamás se debe creer en las promesas del PCCh. Creer en las palabras del Partido Comunista en el asunto que sea podría costarle a uno la vida.

Tercer rasgo heredado: Instigación, incitar con habilidad al odio y a la lucha entre masas

El engaño es útil para instigar al odio. El conflicto se basa en el odio. Donde no existe odio, éste puede crearse.

El sistema del clan patriarcal profundamente arraigado en el sector rural de China era el obstáculo fundamental para que el Partido Comunista estableciera su poder político. La sociedad rural vivía en armonía, y la relación entre los hacendados y los arrendatarios no alcanzaba la confrontación total. Los hacendados proveen un medio de vida a los campesinos, y éstos a su vez mantienen a los hacendados.

El PCCh transformó esta relación de dependencia mutua en un antagonismo extremo y una explotación de clase. La armonía se convirtió en hostilidad, odio y conflicto. Lo razonable se convirtió en irrazonable, el orden en caos, y el republicanismo en despotismo. El Partido Comunista incitó la expropiación, el asesinato por dinero y la masacre de hacendados, granjeros ricos, con sus familias y clanes. Muchos campesinos no querían tomar la propiedad de otros. Algunos devolvieron de noche la propiedad que habían quitado de día a los hacendados. Luego eran calificados por los equipos rurales del PCCh como personas de “baja conciencia de clase”.
Para instigar al odio entre las clases, el PCCh convirtió el teatro chino en una mera herramienta de propaganda. Un cuento muy difundido sobre la opresión de las clases, “La muchacha de cabello blanco”, era originalmente un cuento de hadas que no tenía nada que ver con la lucha de clases. Sin embargo, bajo las plumas de los escritores militares, esta historia se transformó en un drama, ópera y ballet modernos, utilizado para instigar el odio entre clases. Cuando Japón invadió China durante la Segunda Guerra Mundial, el PCCh no combatió a las tropas invasoras. En cambio, atacó al gobierno del KMT acusándolo de haber traicionado a la nación por no pelear contra Japón. Aun en un momento de catástrofe nacional, el PCCh no perdió la oportunidad de poner al pueblo en contra del gobierno del KMT.

Instigar a las masas a luchar entre sí es un truco clásico del PCCh. El PCCh creó la fórmula de asignación de clase 95:5. El 95 por ciento de la población se asignó a clases varias que podían ser conquistadas, mientras que el 5 por ciento restante fue rotulado como enemigos de clase. Las personas del 95 por ciento estaban seguras, pero los del 5 por ciento eran combatidos. Por miedo y en busca de protección, el pueblo hacía todo lo posible por pertenecer al 95 por ciento. Esta maniobra condujo a que mucha gente perjudicara a otra, y que incluso llegara a la humillación. Mediante el empleo de la instigación en sus movidas políticas, el PCCh continuó perfeccionando su técnica.

Cuarto rasgo heredado: La escoria social, los matones y los despojos de la sociedad forman las tropas del PCCh

El mal utiliza la escoria. Las revoluciones comunistas fueron rebeliones de matones y escoria social. La “Comuna de París”, por ejemplo, comprendió homicidios, incendios intencionales y violencia, todo ejecutado por despojos sociales. Aun Marx miraba con desprecio al lumpenproletariado”.3 En el Manifiesto Comunista Marx dijo: “La ‘clase peligrosa’, la escoria social, esa masa de putrefacción pasiva desechada por el estrato más bajo de la sociedad vieja, puede ser barrida hacia el movimiento por una revolución proletaria; sin embargo, sus condiciones de vida la hacen más propensa a volverse una herramienta sobornada para la intriga reaccionaria”. Los campesinos, por otro lado, no eran considerados por Marx y Engels como calificados para formar una clase social debido a su llamada fragmentación e ignorancia.

El PCCh desarrolló el lado oscuro de las teorías marxistas. Mao Zedong dijo: “La escoria social y los matones siempre fueron rechazados por el resto de la comunidad, pero en las áreas rurales ellos en realidad son los más valientes, los más concienzudos y los más firmes de la revolución”.4 El lumpenproletariado fortaleció la naturaleza violenta del PCCh y consolidó el poder político del comunismo en las áreas rurales.

El ideograma chino utilizado para “revolución” significa literalmente “tomar vidas”, algo que tiene un sonido horrendo y siniestro para la gente buena. Sin embargo, el Partido se las ingenió para atribuirle un significado positivo. De igual manera, en un debate sobre el término lumpenproletariado durante la Revolución Cultural, el PCCh sintió que lumpen no sonaba bien, así que lo dejó como proletariado.

Otra conducta de la escoria social es pasarla por bribones. Al ser criticados como totalitarios, los oficiales del Partido revelan su tendencia al matonismo diciendo cosas como “Tienen razón, somos precisamente eso. La experiencia de China en estas últimas décadas requiere que ejerzamos un poder de democracia dictatorial. Un poder al que llamamos “autocracia democrática del pueblo”.

Quinto rasgo heredado: Espionaje, infiltrarse, sembrar la discordia, desunir y sustituir

Además del engaño, la instigación a la violencia y la utilización de la escoria social, el comunismo emplea la técnica del espionaje y de sembrar la discordia. El PCCh es hábil para la infiltración. Hace algunas décadas, los tres agentes secretos de rango más alto del PCCh, Qian Zhuangfei, Li Kenong y Hu Beifeng, trabajaban para Chen Geng, jefe de la Segunda Sección del Departamento de Espionaje del Comité Central del PCCh. Cuando Qian Zhuangfei trabajaba como secretario y confidente de Xu Enzeng —director de la Oficina de Investigación del Comité Central del KMT— envió a Zhou Enlai (también conocido como Chou En-lai) información secreta acerca de un plan para cercar a las tropas del PCCh en la provincia de Jiangxi, a través del correo interno del Comité Central del KMT.5 En abril de 1930, se instaló en el noreste chino una organización especial de dobles agentes financiada por el Departamento Central de Investigación del KMT. En la superficie, pertenecía al KMT y era dirigida por Qian Zhuangfei, pero su verdadero director era Chen Geng, del PCCh.

Li Kenong también se desempeñó como criptógrafo en el Comando Central del Ejército del KMT. Li fue quien descifró el mensaje urgente sobre la revuelta y el arresto de Gu Shunzhang,6 director de la Oficina de Seguridad del PCCh. Qian Zhuangfei le envió inmediatamente el mensaje a Zhou Enlai y evitó de ese modo que se atrapara a la red entera de espías del comunismo.

Yang Dengying era un agente especial pro comunista de la Oficina Central de Investigación del KMT con sede en Shanghai. El PCCh le ordenaba arrestar y ejecutar a los miembros que el Partido no consideraba fiables. En una ocasión, un funcionario de la provincia de Henan con muchos años de trayectoria ofendió a un cuadro del Partido, y su propia gente movió algunos hilos para ponerlo en la cárcel del KMT durante varios años.

Durante la Guerra de Liberación,7 el PCCh logró introducir un agente secreto con el cual Jiang Jieshi (también conocido como Chiang Kai-shek),8 del KMT, estableció una relación de confidencia. Liu Pei, teniente general y viceministro de Defensa, era el encargado de los movimientos del ejército del KMT. Liu en realidad era un agente secreto del PCCh. Antes de que el ejército del KMT se enterara de su próxima asignación, la información ya había llegado a Yan’an, cuartel general del PCCh. El Partido entonces pudo diseñar su plan de defensa. Xiong Xianghui, secretario y confidente de Hu Zongnan,9 reveló a Zhou Enlai el plan de Hu de atacar Yan’an. Cuando Hu Zongnan y sus tropas llegaron a Yan’an, encontraron una ciudad desierta. Zhou Enlai había dicho una vez: “El líder Mao ya conocía las órdenes militares de Jiang Jieshi antes de que llegaran a su comandante del ejército”.

Sexto rasgo heredado: Robo, el saqueo mediante trucos o violencia se convierte en el “nuevo orden”

Todo lo que el PCCh tiene lo ha robado. Cuando creó el Ejército Rojo para establecer su dictadura a través de la fuerza militar, necesitaba dinero para armas, municiones, comida e indumentaria. El PCCh recaudaba fondos secuestrando a figuras locales prósperas y robando bancos, en una conducta propia de bandidos. Pronto estas misiones se convirtieron en una de las tareas de mayor importancia para el Ejército Rojo. Por ejemplo, Li Xiannian, uno de los líderes de mayor peso del PCCh, secuestraba con el Ejército Rojo a las familias más ricas de la provincia occidental de Hubei. No secuestraban a una sola persona, sino a una por cada familia rica del clan, y se los mantenía con vida para que sirvieran como una fuente de financiación continua para el ejército. Sólo cuando habían obtenido suficiente dinero o se agotaban los recursos de las familias, liberaban a los rehenes, muchos
ya al borde de la muerte. Algunos habían recibido maltratos o torturas de tal magnitud, que morían antes de llegar a reunirse con sus familias.

“Acabando con los tiranos locales y confiscando sus tierras”, el PCCh extendió los trucos y la violencia de su saqueo a la sociedad entera, y reemplazó las tradiciones con su “nuevo orden”. El Partido Comunista llevó a cabo toda clase de malas acciones y ningún bien en absoluto. Ofrece pequeñas recompensas a cualquiera que denuncie a otros. Como resultado, la bondad y la virtud desaparecen de la vida común, y la rivalidad y el asesinato pasan a ser parte del paisaje cotidiano. La “utopía comunista” es en realidad un eufemismo por saqueo violento.

Séptimo rasgo heredado: Lucha armada, destrucción del sistema, el orden y la tradición del país

El engaño, la instigación, la liberación de la escoria social y el espionaje son las herramientas fundamentales para el accionar delictivo y violento. La filosofía comunista fomenta la lucha armada. La revolución comunista no se trató en absoluto de una serie desorganizada de ataques, robos y destrucción. Mao dijo: “Los blancos principales del ataque de los campesinos son los ricos locales, la aristocracia malvada y los terratenientes ilegítimos, pero en medio de la revuelta también atacaron todo lo que representara a las ideas e instituciones patriarcales, a los funcionarios corruptos de las ciudades y las prácticas y costumbres nocivas de las zonas rurales”.4 Mao estaba dando instrucciones precisas para destruir todo el sistema de tradiciones y costumbres del campo.

La lucha comunista incluye el uso de fuerzas armadas y los conflictos violentos. “Una revolución no es una tertulia, ni escribir un ensayo, pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser algo tan refinado, tan sereno y suave, tan templado, amable, cortés, moderado y magnánimo. Una revolución es una insurrección, un acto de violencia por el cual una clase derroca a otra”.4 El PCCh recurrió a la lucha armada cuando intentó tomar el poder estatal por la fuerza. Unas décadas más tarde, durante la Gran Revolución Cultural, utilizó el mismo método para “educar” a la siguiente generación.

Octavo rasgo heredado: Asesinato, establecer una ideología del genocidio

El comunismo ha llevado a cabo muchas acciones con absoluta crueldad. El PCCh prometió a los intelectuales un “paraíso en la Tierra”. Luego los tildó de “derechistas” y los puso en la infame novena categoría10 de las personas perseguidas, junto a los hacendados y los espías. Les quitó la propiedad a los hacendados y capitalistas, exterminó la clase de los hacendados y los campesinos adinerados, destruyó los rangos y el orden en el campo, les quitó la autoridad a los personajes locales, secuestró y extorsionó a los más ricos, les lavó el cerebro a los prisioneros de guerra, “reformó” a los industrialistas y a los capitalistas, se infiltró en el KMT y lo desintegró, se separó de la Internacional Comunista y la traicionó, borró a todos los disidentes a través de sucesivos movimientos políticos desde que tomó el poder, en 1949, y usó la coerción con sus propios miembros. Todo lo hizo sin dejar margen para la libertad de ningún tipo.

El PCCh basó todas sus acciones en su teoría del genocidio. Cada uno de sus movimientos políticos del pasado fue parte de una campaña del terror con propósitos genocidas. El PCCh empezó a construir su sistema teórico del genocidio en sus inicios, como parte de sus teorías de clase, revolución, combate, violencia, dictadura, maniobras y partidos políticos. Su sistema abarca todas las experiencias que ha abrazado y acumulado a través de sus variadas prácticas genocidas.
La característica esencial del genocidio del PCCh es el exterminio de la conciencia y del pensamiento independiente. De esta manera, se impone un “reinado del terror” que sirve a los intereses del Partido. El PCCh no sólo asesinará a la persona que se le oponga, sino que la víctima podrá ser también alguien que lo apoye. Asesinará a quienquiera que considere que deba ser asesinado. Por consiguiente, todo el mundo vive bajo la sombra del terror y teme al PCCh.

Noveno rasgo heredado: Control, utilizar la naturaleza del Partido para controlar a todo el Partido y por ende al resto de la sociedad

Todos los rasgos heredados apuntan a una sola meta: controlar al pueblo a través del uso del terror. La cualidad de malévolo del PCCh lo hace el enemigo natural de todas las fuerzas sociales existentes. Desde su nacimiento, el PCCh ha enfrentado una crisis tras otra, y la más crítica siempre fue su crisis de supervivencia. El PCCh existe en un estado de miedo permanente por sobrevivir. Su único propósito ha sido mantenerse con vida y en el poder. Para solucionar el problema de la decadencia de su poder, el Partido Comunista se ve obligado a poner en práctica cada vez más medidas perversas cada vez con mayor frecuencia. El interés del Partido Comunista no es el interés de ningún miembro en particular ni tampoco un conjunto de intereses individuales. Más bien, es el interés del Partido como entidad colectiva, que está más allá de cualquier sentido de lo individual.

La “naturaleza del Partido” ha sido la característica más nociva de este espectro del mal. La naturaleza del Partido agobia la naturaleza humana del tal modo, que el pueblo chino ha perdido su humanidad. Un ejemplo de esto: Zhou Enlai y Sun Bingwen eran camaradas. Después de la muerte de Sun Bingwen, Zhou Enlai adoptó a su hija, Sun Weishi. Durante la Revolución Cultural, Sun Weishi fue arrestada. Murió en prisión cuando un elemento punzante le atravesó la cabeza. La orden de arresto la había firmado su padrastro, Zhou Enlai.

Uno de los primeros líderes del PCCh, Ren Bishi, se encargó de la venta de opio durante la guerra de resistencia contra Japón. En esa época, el opio era un símbolo de la invasión extranjera, ya que los británicos habían exportado opio a China para agotar la economía de ese país y hacer adicto al pueblo chino. A pesar del fuerte sentimiento nacional contra el opio, Ren se atrevió a plantarlo en un área vasta, por su “sentido de la naturaleza del Partido”, exponiéndose al repudio general. Debido a la ilegalidad del opio y la sensibilidad que despertaba el tema, el PCCh utilizó jabón como palabra clave para identificarlo y lo exportó a otros países para financiar su existencia. El día del centenario del nacimiento de Ren, un líder chino de la nueva generación no escatimó elogios para evocar su aptitud hacia el Partido así como su naturaleza partidaria: “Ren Bishi tenía un carácter superior y fue un miembro modelo del Partido Comunista. También creía firmemente en el comunismo y su lealtad a la causa del Partido era ilimitada”.

Otro modelo de buena aptitud para el Partido fue Zhang Side. El PCCh dijo que Zhang murió por el derrumbe de un horno, pero el rumor popular decía que había muerto tostando opio. Puesto que Zhang era una persona callada y había servido de esa manera en la División de la Guardia Central sin pedir jamás un ascenso, obtuvo el elogio de que su “muerte es más pesada que el monte Taishan”,11 en referencia a lo valioso de su vida.

Otro ejemplo de naturaleza partidaria fuese el de Lei Feng, conocido célebremente como el “tornillo inoxidable de la máquina revolucionaria”. Durante muchos años, se usó a Lei y Zhang como modelos para educar al pueblo chino en la fidelidad al Partido. Mao Zedong decía que “el poder del
ejemplo no conoce fronteras”. Se ha usado mucho a héroes del Partido para crear una “voluntad de hierro y un principio de espíritu partidario”.

Cuando se afirmó en el poder, el PCCh lanzó una campaña para controlar la mente de los ciudadanos que permitiría formar nuevas “herramientas” y “tornillos” con las sucesivas generaciones. El Partido conformó un conjunto de “pensamientos apropiados” y de conductas modelo. Estos protocolos fueron utilizados inicialmente dentro del Partido, pero rápidamente se extendieron a la totalidad de la población. “En nombre de la nación”, estos pensamientos y acciones se emplearon para practicar un lavado de cerebro en la ciudadanía y lograr que ésta obedezca y apoye el mecanismo diabólico del PCCh.

II. La deshonrosa fundación del PCCh

El PCCh se adjudica una historia brillante, una serie ininterrumpida de victorias. Pero esto es sólo un intento de embellecer y glorificar la imagen del PCCh a los ojos del público. De hecho, en la vida del PCCh no hay nada de qué vanagloriarse. Sólo a la aplicación de los nueve rasgos heredados le debe el PCCh haber alcanzado y mantenido el poder.

El establecimiento del PCCh: amamantando del pecho de la Unión Soviética

“El sonido del primer cañón de la revolución de octubre nos trajo el marxismo y el leninismo”. Así el Partido se presentaba al pueblo. Sin embargo, cuando el Partido se fundó, no era más que la sucursal asiática de la Unión Soviética. Desde sus orígenes, el PCCh fue un partido traidor.

Durante su etapa de fundación, el Partido no tenía dinero, ni ideología, ni experiencia, y aun menos un fundamento sobre el cual sustentarse. El PCCh se unió al Komintern para unir su destino a la revolución violenta en curso. La revolución violenta del PCCh descendía de la revolución de Marx y Lenin. El Komintern era el comando de operaciones para derrocar los poderes políticos de todo el mundo, y el PCCh no era más que el desprendimiento oriental de aquél, y cargaba con el imperialismo del Ejército Rojo ruso. EL PCCh recibía la experiencia del Partido Comunista soviético en la toma violenta del poder político y la dictadura del proletariado, y seguía las instrucciones de los comunistas rusos en su línea política, ideológica y organizacional. Copió sus métodos secretos y clandestinos por los cuales una organización ilegal externa puede sobrevivir: estrictas medidas de vigilancia y control extremo. La Unión Soviética fue la columna vertebral y el modelo del PCCh.

El estatuto del PCCh, aprobado en su Primer Congreso, fue propuesto por el Komintern, sobre la base del marxismo-leninismo y las teorías de la lucha de clases, dictadura del proletariado y establecimiento de un partido. El estatuto del Partido soviético aportó su base. El alma del PCCh es un producto importado de la Unión Soviética. Chen Duxiu, uno de los líderes del PCCh, tuvo una serie de diferencias con Maring, el representante del Komintern. Maring le escribió un memo a Chen donde le decía que si era un verdadero miembro del Partido Comunista, debía seguir las órdenes del Komintern. Aunque Chen Duxiu había sido uno de los fundadores del PCCh, no pudo hacer más que escuchar y obedecer órdenes. En realidad, él y el PCCh sólo eran subalternos de la Unión Soviética.

En 1923, durante el Tercer Congreso del PCCh, Chen Duxiu reconoció públicamente que la fundación del PCCh fue financiada casi enteramente por el Komintern soviético. En un año, el Komintern aportó más de 200.000 yuanes al PCCh, con resultados poco satisfactorios. El Komintern acusó al PCCh de no ser lo suficientemente diligente en su labor.

Según datos incompletos de un documento desclasificado del PCCh, éste recibió 16.655 yuanes desde octubre de 1921 hasta junio de 1922. En 1924 recibió US$ 1.500 y 31.927,17 yuanes, y en 1927, 187.674 yuanes. La contribución mensual del Komintern rondaba los 20.000 yuanes. Tácticas habituales para el PCCh hoy, como cabildear, concertar arreglos ilegales, sobornar y amenazar, ya eran moneda corriente en ese entonces. El Komintern acusó al PCCh de pedir dinero continuamente.

“Ellos se aprovechan de las diferentes fuentes (Oficina Internacional de Comunicaciones, representantes del Komintern, organizaciones militares, etc.) que tienen para obtener fondos, porque una organización no sabe que otra ya había aportado… Lo interesante es que los camaradas del PCCh no sólo conocen bien la psicología de nuestros camaradas soviéticos, sino que saben cómo y cuándo cambiar el trato con los camaradas encargados de erogar los fondos. Y cuando los camaradas del PCCh se dan cuenta de que no pueden conseguirlos por los canales oficiales, empiezan a evitar las reuniones. Al final, recurren a los métodos de chantaje más toscos, como echar a correr rumores de que algunos oficiales de bajo rango tenían problemas con los soviéticos, o que el dinero se entregaba a caudillos militares en lugar de al PCCh”.

La primera alianza entre el KMT y el PCCh: un parásito se infiltra en el núcleo y sabotea la Expedición del Norte12

El PCCh siempre enseñó al pueblo chino que Jiang Jieshi traicionó al movimiento de la Revolución Nacional lo que obligó al PCCh a alzarse en armas.

En realidad, el PCCh es un parásito, o un espectro de posesión. Celebró una primera alianza con el KMT con el fin de expandir su influencia sacando ventaja de la revolución nacional. Más adelante, ansioso por plasmar la revolución impulsada por los soviéticos y hacerse del poder, destruyó y traicionó el movimiento de la Revolución Nacional de China.13

En el Segundo Congreso Nacional de Representantes del PCCh, realizado en julio de 1922, aquellos que se oponían a la alianza con el KMT dominaron el Congreso, ya que la impaciencia por tomar el poder desbordaba a los miembros del Partido. Sin embargo, el Komintern vetó la resolución aprobada por el Congreso y ordenó que el PCCh se uniera al KMT.

Durante la primera alianza con el KMT, el PCCh celebró su Cuarto Congreso Nacional de Representantes en Shanghai, en enero de 1925. Si bien en ese momento el PCCh tenía sólo 994 miembros, el Congreso planteó la cuestión del liderazgo en China. Y lo hizo antes de la muerte de Sun Zhongshan (también conocido como Sun Yat Sen),14 ocurrida en marzo de 1925. Si no hubiera muerto, Sun Zhongshan habría sido el blanco del PCCh en lugar del nacionalista Jiang Jieshi, en la carrera comunista por el poder.

Durante la alianza, con el apoyo de la Unión Soviética, el PCCh tomó sin freno el poder dentro del KMT. Con esta maniobra, Tan Pingshan, uno de los primeros líderes partidarios de la provincia de Guangdong, se convirtió en ministro del Departamento Central de Personal del KMT. Feng Jupo (otra autoridad del PCCh en la misma provincia), secretario del Ministerio de Trabajo nacionalista, recibió poder absoluto para manejar los asuntos laborales. Lin Zuhan (o Lin Boqu, también líder comunista de la primera época) era ministro de Asuntos Rurales, mientras que Peng Pai (otro jefe partidario) era secretario de este ministerio. Mao Zedong se desempeñó como ministro de Propaganda del KMT. El PCCh siempre daba una gran importancia a las instituciones educativas militares y al liderazgo de la milicia. Por lo tanto, Zhou Enlai se convirtió en director del Departamento de Política de la Academia Militar de Huangpu (Whampoa), y Zhang Shenfu (uno de los fundadores del PCCh y quien acercó a Mao al Partido) fue su director adjunto. Zhou Enlai fue también jefe del Departamento de Asuntos Militares y Judiciales, y colocó consejeros militares rusos en todas las posiciones. Muchos comunistas ocuparon cargos de instructores políticos y docentes en las academias militares del KMT. Otros miembros del PCCh también actuaron como representantes del Partido del KMT en varios niveles del Ejército Revolucionario Nacional15 . También se estipuló que sin la firma de un representante del Partido, ninguna orden se haría efectiva. Como resultado de esta adhesión parasitaria al movimiento de Revolución Nacional, el número de miembros del PCCh trepó de menos de 1000 en 1925 a 30.000 en 1928.

La Expedición del Norte se inició en febrero de 1926. Desde octubre de 1926 hasta marzo de 1927, el PCCh lanzó tres revueltas armadas en Shanghai. Después, atacó los cuarteles militares de la Expedición del Norte, pero fracasó y fue desarmado. Zhou Enlai, quien usó el seudónimo de Wu Hao, fue capturado pero luego liberado después de hacer público su arrepentimiento y reconoció sus errores. En la provincia de Guangdong, los piquetes por huelgas generales terminaban en combates diarios con la policía. El KMT reforzó las tropas policiales con soldados del ejército y, entre tanto, envió agentes secretos para vigilar a quienes agitaban a las masas. Estos levantamientos desembocaron en la purga del 12 de abril, que el KMT realizó en el PCCh en 1927.16

En agosto de 1927, los miembros del PCCh que eran parte del Ejército Revolucionario Nacional aprovecharon una oportunidad para iniciar la Rebelión de Nanchang, rápidamente sofocada. En septiembre, para atacar la ciudad de Changsha, el PCCh organizó el Levantamiento de la Cosecha de Otoño, que tampoco prosperó. El PCCh comenzó la implementación de una red de control en el ejército mediante la cual “las distintas alas del partido se establecerán en el nivel de las compañías militares”, y se dirigió al área del monte Jinggangshan, donde estableció su poder político sobre el sector rural.

La rebelión campesina de Hunan: la escoria social es incitada a sublevarse

Durante la Expedición del Norte, mientras el Ejército Revolucionario Nacional avanzaba sobre los caudillos militares, el PCCh instigaba rebeliones en las áreas rurales e intentaba tomar el poder.

La Rebelión Campesina de Hunan de 1927 fue una revuelta de la chusma, la escoria de la sociedad, al igual que la famosa Comuna de París de 1871, el primer levantamiento comunista. Los habitantes del París de ese momento fueron testigos de que la Comuna de París era un grupo de bandoleros vagabundos, destructivos y carentes de objetivos. Viviendo en edificios exquisitos y mansiones enormes y celebrando cenas extravagantes y lujosas, sólo se preocupaban por disfrutar de sus gozos momentáneos, sin pensar en nada de lo que pudiera venir después. Entre otras medidas, censuraron la libertad de información. Tomaron como rehén y más tarde mataron al arzobispo de París, Georges Darboy, quien daba las misas del Rey. Asesinaron cruelmente a sesenta y cuatro clérigos, por diversión incendiaron palacios y destruyeron oficinas gubernamentales, residencias privadas, monumentos y placas recordatorias. La opulencia y belleza de la capital francesa eran inigualadas en el mundo; sin embargo, durante este levantamiento, muchos edificios fueron reducidos a cenizas y las personas a esqueletos. Raramente se habían visto atrocidades y crueldades de tal magnitud en toda la historia.

Mao Zedong reconoció: “Es verdad que los trabajadores rurales son en cierto sentido ‘ingobernables’ cuando están en el campo. Como autoridad suprema, la asociación de campesinos les prohibió expresarse a los hacendados, con lo que los dejaba muy mal parados. Esto equivalía a tirarlos al suelo y no dejarlos levantar. Los campesinos amenazaban: “¡Los pondremos en la otra lista!” (la de los reaccionarios), y multaban a los tiranos locales y a la aristocracia malvada, les exigían contribuciones y les rompían sus sillas de manos. Las personas se aglomeraban frente a las casas de los tiranos locales y la aristocracia malvada que se oponían a la asociación de campesinos, mataban a sus chanchos y se comían sus granos. Incluso se acostaban en las camas de marfil de las señoras de las casas. A la más mínima provocación, arrestaban a estos señores, coronaban a los arrestados con altos sombreros de papel y los hacían desfilar por el pueblo y les decían: ‘¡Sucios propietarios, ahora saben quiénes somos nosotros!’. Hacían lo que les viniera en gana y daban vuelta todo, y así creaban una clase de terror en el campo”.

Sin embargo, ante tales acciones ingobernables, Mao daba su aprobación: “En palabras crudas, es necesario crear terror durante un tiempo en cada área rural; si no, se haría imposible contrarrestar las actividades de los contrarrevolucionarios rurales o derrocar la autoridad de la aristocracia. Para corregir el mal, tienen que excederse los límites apropiados; si no, no podría corregirse el mal… Muchas de las acciones ejecutadas durante la acción revolucionaria vistas como ‘extremas’ son de hecho lo que la revolución necesita”.4 Así es como la revolución comunista establece un orden del
terror.

La operación de resistencia contra Japón: la huida del vencido

El PCCh explicó la “Marcha Larga” como una operación que se desplazaba hacia el norte para combatir a Japón. Pregonó la Marcha Larga como si se tratara de un cuento de hadas revolucionario. Afirmó que esta campaña era un “manifiesto”, un “equipo de propaganda” y una “máquina sembradora”, que terminó con la victoria del PCCh y la derrota de sus enemigos.

La marcha hacia el norte para resistir contra Japón no fue más que una mentira del comunismo chino para encubrir sus fracasos. De octubre de 1933 a enero de 1934, el PCCh sufrió una derrota total. En la quinta operación del KMT, rodeado por fuerzas que apuntaban a aniquilarlo, el PCCh perdió uno tras otro sus bastiones de poder en las áreas rurales. A punto de perderlo todo, el Ejército Rojo principal tuvo que huir. La escapatoria es el verdadero origen de la Marcha Larga.

Eludir el asedio de las fuerzas del KMT y dirigirse a la Mongolia Exterior y a la Rusia soviética describiendo un arco primero con rumbo oeste y luego norte era la verdadera intención de la Marcha Larga. Una vez alcanzado su destino, el PCCh podría escapar a la Unión Soviética en caso de derrota. El PCCh encontró grandes dificultades cuando iba en camino a la Mongolia Exterior. Sus jefes decidieron pasar por Shanxi y Suiyuan porque, por un lado, al marchar a través de estas provincias septentrionales, podrían pretender que iban a luchar contra los japoneses y ganarse el corazón del pueblo. Por otro lado, ésas eran áreas seguras pues no había tropas japonesas cerca. El ejército nipón en realidad ocupaba el territorio que bordeaba la Gran Muralla. Un año después, cuando el PCCh llegó finalmente a Xiabei (Shanbei, provincia ubicada al norte de Shaanxi), el Ejército Rojo principal había disminuido de 80.000 a 6000 efectivos.

El Episodio de Xi’an: el PCCh tiene éxito en sembrar la discordia y se pliega al KMT por segunda vez

En diciembre de 1936, Zhang Xueliang y Yang Hucheng, dos generales del KMT, secuestraron a Jiang Jieshi en Xi’an. Este hecho pasó a conocerse como el Episodio de Xi’an.

Según los textos del PCCh, el Episodio de Xi’an fue un “golpe militar” iniciado por Zhang y Yang, quienes le dieron un ultimátum a Jiang Jieshi: debía posicionarse contra los japoneses o lo asesinarían. Zhou Enlai fue invitado a Xi’an como representante del PCCh para negociar una solución pacífica. Con la mediación de diversos grupos de toda China, el incidente se resolvió sin incidentes. Terminó así una guerra civil con diez años de existencia y se propiciaron las condiciones para formar una alianza nacional unificada contra los japoneses. Los libros de historia del PCCh dicen que este incidente fue un punto crucial para solucionar la crisis en China. Así, el PCCh se retrata a sí mismo como un grupo de patriotas que actuó según los intereses de la nación.

Una gran cantidad de documentos revelan que muchos espías del PCCh ya merodeaban a Yang Hucheng y Zhang Xueliang antes del Episodio de Xi’an. Liu Ding, un miembro secreto del PCCh, fue presentado a Zhang Xueliang por Song Qingling, esposa de Sun Zhongshan, cuñada de Jiang y miembro del PCCh. Después del episodio referido, Mao Zedong lo alabó en gran forma: “Liu realizó una labor meritoria en el Episodio de Xi’an”. Entre los que trabajaban con Yang Hucheng, su propia esposa, Xie Baozhen, era miembro del PCCh y se desempeñaba en el Departamento de Política del Ejército de Yang. En enero de 1928 y con la aprobación del PCCh, Xie se casó con Yang Hucheng. Además, el miembro del PCCh Wang Bingnan fue invitado de honor en la casa de Yang. Wang luego se convirtió en viceministro de Relaciones Exteriores del PCCh. En realidad, estos miembros del PCCh que circundaban a Yang y Zhang fueron quienes instigaron el golpe.

Al principio del incidente, los líderes del PCCh querían matar a Jiang Jieshi para vengarse de que hubiera proscrito al PCCh. En ese momento, el PCCh tenía una base muy débil en la provincia septentrional de Shaanxi, y podía ser eliminado en una sola batalla. El PCCh, utilizando su gran capacidad para el engaño, instigó a Zhang y Yang a sublevarse. Por otro lado, para que Japón se mantuviera ocupado con los chinos y no atacara a la Unión Soviética, José Stalin escribió personalmente un mensaje al Comité Central del PCCh donde les pedía que no mataran a Jiang Jieshi y que cooperaran con él por segunda vez. Mao Zedong y Zhou Enlai también vieron que no podían destruir al KMT con la fuerza limitada que tenían entonces. Si mataban a Jiang Jieshi, el PCCh podía ser eliminado por el ejército del KMT como respuesta a la afrenta. Bajo estas circunstancias, el PCCh cambió su táctica: obligó a Jiang Jieshi a aceptar una segunda alianza entre nacionalistas y comunistas por el bien de una resistencia conjunta contra los japoneses.

El PCCh primero instigó una revuelta, casi firmando la sentencia de muerte de Jiang Jieshi, pero luego se dio vuelta y, actuando como un héroe dramático, lo obligó a que volviera a aceptar al PCCh. De esta manera, el PCCh no sólo escapó de una crisis que podía terminar en su desintegración, sino que también usó la oportunidad para anexarse al gobierno del KMT por segunda vez. El Ejército Rojo se convirtió pronto en el Octavo Ejército de Ruta y se volvió más grande y más poderoso que antes. Es admirable la capacidad de engaño del PCCh.

La guerra de resistencia contra Japón: el PCCh asesina usando armas prestadas y se expande

Los libros del PCCh dicen que el Comunismo chino llevó a la nación a la victoria en la guerra de resistencia contra Japón.

Cuando en 1937 estalló la guerra contra los nipones, el KMT tenía más de 1,7 millones de soldados armados, naves que transportaban 110.000 toneladas y aproximadamente 600 aviones de combate de diversas clases. Del otro lado, el PCCh, sumando su Nuevo Cuarto Ejército, incorporado en noviembre de 1937, no superaba los 70.000 soldados. Sus internas políticas lo debilitaban aún más, hasta el punto de que podría haber sido exterminado en una sola batalla. El PCCh sabía que si libraba una batalla con los japoneses, no podría sostener el combate ni contra una sola división del ejército japonés. A los ojos del PCCh, la postura de fortalecer la “unidad nacional” servía al propósito de sostener su propio poder, y de ninguna manera el de asegurar la supervivencia de la nación. Por lo tanto, estableció que “durante la cooperación con el KMT, la lucha debe estar dirigida a la toma del poder, pero esto debe discutirse sólo dentro del PCCh y realizarse en la práctica”.

Después de que el 18 de septiembre de 1931 los japoneses ocuparon la ciudad de Shenyang y extendieran así su control sobre vastas áreas del nordeste de China, el PCCh se puso a luchar hombro con hombro con los invasores japoneses para derrotar al KMT. En una declaración escrita que contestaba a la ocupación japonesa, el PCCh exhortó a todo el pueblo de las áreas controladas por el KMT a rebelarse, y llamaba a “los obreros a la huelga, los campesinos a hacer disturbios, los estudiantes a boicotear las clases, los pobres a dejar de trabajar, los soldados a sublevarse” para así derrocar al gobierno nacionalista chino.

Aunque el PCCh hacía flamear el estandarte de la resistencia contra Japón, sólo dispuso milicias locales y fuerzas de guerrilla en campamentos alejados de las líneas del frente. Salvo algunas batallas, como la del paso de Pingxing, el PCCh casi no contribuyó a expulsar al enemigo japonés. En cambio, sí ocupó su energía expandiendo sus propias bases. Cuando Japón se rindió, el PCCh incorporó los soldados rendidos a su ejército y entonces proclamó que contaba con más de 900.000 soldados regulares, además de los 2 millones de combatientes de la milicia. Las tropas del KMT estuvieron prácticamente solas en los frentes de batallas importantes de esta guerra. Por un lado, el KMT perdió en ella a más de 200 mariscales, y por otro, la jerarquía militar del PCCh casi no sufrió pérdidas. No obstante, los textos de historia del PCCh constantemente le inculcan al pueblo chino que el KMT no ofreció resistencia a los japoneses, y que fue el PCCh quien condujo a la gran victoria en la guerra de resistencia contra Japón.

La Rectificación de Yan’an: cómo crear los métodos más temibles de persecución

El PCCh atrajo a una cuantiosa juventud patriótica a Yan’an con la excusa de pelear contra los japoneses, pero luego persiguió a decenas de miles de jóvenes durante el llamado movimiento de Rectificación de Yan’an. Después de ganar el poder de China, el PCCh describió a Yan’an como “la tierra santa” de la revolución, sin hacer ninguna mención de los crímenes cometidos durante estas purgas.

Las purgas de Yan’an fueron el juego de poder más terrible, más oscuro y más brutal de la humanidad. Bajo la proclama de limpiar pequeños elementos tóxicos de la burguesía, el Partido barrió con la moral, la independencia, la libertad de pensamiento y de acción, la tolerancia y la dignidad. El primer paso de las purgas fue construir un archivo individual de cada camarada, que incluía: 1) una declaración personal; 2) una crónica de la vida política; 3) los antecedentes familiares y relaciones sociales; 4) una autobiografía en donde constara cualquier transformación ideológica; 5) una evaluación según la naturaleza del Partido.

En el archivo personal, el individuo era obligado a hacer una lista de todas las personas con las que se había relacionado desde su nacimiento, los sucesos importantes, con el tiempo y lugar donde ocurrieron. La persona tenía que completar el archivo varias veces, y cualquier omisión se consideraba una señal de impureza. Se debía describir todas las actividades sociales en las cuales se había participado alguna vez, en especial las vinculadas a la incorporación al Partido. El énfasis estaba puesto en los procesos personales de pensamiento durante estas actividades sociales. La evaluación basada en la naturaleza del Partido era el punto clave, y el individuo tenía que confesar cualquier pensamiento, discurso, actitud de trabajo, conducta en la vida cotidiana o actividad social que fuera contraria al Partido. En la evaluación de la conciencia, se obligaba a la persona a escrutar si tenía intereses personales, si había usado el trabajo en el Partido para alcanzar metas personales, si en algún momento había mermado su confianza en el futuro revolucionario, si había tenido miedo de morir durante el combate armado o había extrañado a familiares y cónyuge luego de unirse al Partido o al ejército. Como no existía ningún parámetro objetivo, a casi todas las personas se les encontraba algún problema.

Se usaba la coerción para extraer “confesiones” escritas de los miembros del Partido que eran investigados con el objeto de eliminar “traidores ocultos”. Esto naturalmente produjo innumerables acusaciones falsas y errores, y la consecuente persecución de un gran número de cuadros. Durante la Rectificación, el PCCh decía que Yan’an era una “prisión para purgar la naturaleza humana”. Un equipo de trabajo ingresó en la Universidad de Asuntos Militares y Políticos para examinar estos archivos, lo que trajo el Terror Rojo durante dos meses. Se aplicaron métodos diversos para que los acusados confesaran, entre ellos confesiones extemporáneas, confesiones demostrativas, “persuasiones grupales”, “persuasiones de cinco minutos”, consejos privados, informes de las conversaciones e identificación de “rábanos” (rojos por fuera y blancos por dentro). También se usaba “sacar fotos”: hacer desfilar a grupos sobre un escenario para una inspección minuciosa. Los que parecían nerviosos eran tildados de sospechosos y señalados como objeto de investigación.

Incluso los representantes del Komintern se echaron atrás ante los métodos usados; decían que la situación de Yan’an era opresiva. Las personas no se atrevían a relacionarse entre sí . Cada uno tenía su propia intriga y todos estaban nerviosos y asustados. Nadie se atrevía a decir la verdad o a proteger a los amigos difamados, porque todos trataban de salvar su vida. Los maliciosos —aquellos que adulaban, mentían e insultaban a otros— eran ascendidos; la humillación de propios y extraños pasó a ser moneda corriente en la vida en Yan’an. Se llevó a las personas hasta el borde de la locura, forzadas a abandonar su dignidad, el sentido del honor o la vergüenza y el amor mutuo para salvar su vida y su trabajo. Dejaron de expresar sus propias opiniones para recitar los artículos del Partido. El PCCh continúa empleando este sistema de opresión para todas sus actividades políticas en China hasta el día de hoy.

Tres años de guerra civil: traicionar al país para alcanzar el poder

La revolución de la burguesía rusa de febrero de 1917 fue un levantamiento de clase relativamente apacible. El Zar antepuso los intereses de la nación a los suyos y abdicó al trono en lugar de resistir. Lenin volvió apresuradamente a Rusia desde Alemania, organizó otro golpe, asesinó a los revolucionarios de la burguesía que habían derrocado al Zar y preparó la revolución del proletariado. De este modo, sofocó la revuelta burguesa de Rusia. El PCCh, como Lenin, recogió los frutos de lo que fue una revolución nacionalista. Después de que terminó la guerra de resistencia contra Japón, el PCCh lanzó una lucha revolucionaria a la que bautizó como “guerra de liberación” (1946-1949), para derrocar al gobierno del KMT, con lo que volvió a llevar a China al desastre de la guerra.

El PCCh es conocido por emplear su “estrategia de la marea humana”: el sacrificio masivo de vidas para ganar una batalla. En varios combates librados contra el KMT, como los de Liaoxi-Shenyang, Beijing-Tianjin y Huai Hai, el PCCh usó esta táctica primitiva, bárbara e inhumana con la que sacrificó a grandes cantidades de personas de sus propias filas. Durante el sitio de Changchun, en la provincia de Jilin (nordeste de China), que buscaba cortar el suministro de comida a la ciudad, el Ejército de Liberación Popular (ELP) recibió órdenes de prohibir a los habitantes salir de la ciudad. En los dos meses que duró el sitio a Changchun, cerca de 200.000 personas murieron de hambre y frío. Pero el ELP no dejó salir a nadie. Después de la batalla, el PCCh, sin una pizca de vergüenza, se jactó de “haber liberado a Changchun sin disparar un solo tiro ni derramar una gota sangre”.

Entre 1947 y 1948, el PCCh firmó el Acuerdo de Harbin y el Acuerdo de Moscú con la Unión Soviética, por los que entregaba activos de la nación y regalaba recursos del nordeste a cambio del apoyo total de la Unión Soviética en las relaciones exteriores y en los asuntos militares. Según los acuerdos, la Unión Soviética proporcionaría al PCCh 50 aviones; le daría, en dos tandas, armas de los japoneses rendidos y le vendería a precios bajos las municiones y equipamientos militares soviéticos del nordeste chino. Si el KMT realizaba un desembarco anfibio en el nordeste, la Unión Soviética apoyaría subrepticiamente al ejército del PCCh. Además, la Unión Soviética ayudaría al PCCh a controlar la ciudad nororiental de Xinjiang; ambos socios establecerían una fuerza aérea aliada; los soviéticos contribuirían a equipar 11 divisiones del ejército del PCCh y a transportar un tercio de las armas que habían recibido de los Estados Unidos por un valor de US$ 13 mil millones al nordeste de China.

Para obtener su apoyo, el PCCh prometió a la Unión Soviética privilegios para el transporte sobre las rutas de tierra y aire en el nordeste; le ofreció información sobre las acciones del gobierno del KMT y de las fuerzas armadas estadounidenses; le aseguró la provisión de productos del nordeste (algodón, porotos de soja) y provisiones militares a cambio de armamento avanzado; le concedió derechos preferenciales de minería en China; le permitió instalar bases militares en el nordeste chino y en Xinjiang, así como el Departamento de Inteligencia del Lejano Oriente en China. Si estallaba una guerra en Europa, el PCCh enviaría un ejército expedicionario de 100.000 hombres más 2 millones de trabajadores para apoyar a la Unión Soviética. Además, el PCCh prometió que, si era necesario, entregaría algunas regiones especiales de las provincias de Liaoning y Andong a Corea.

III. La manifestación de los rasgos malvados

El miedo perpetuo marca la historia del Partido

La característica más prominente del PCCh es su temor eterno, sobre todo su miedo a perder el poder. La supervivencia es el mayor anhelo del PCCh desde su nacimiento. Este anhelo le hizo posible superar el miedo, encubierto por su apariencia siempre cambiante. El PCCh es como una célula cancerígena que se divide y penetra en cada parte del cuerpo, mata a las células normales y hace crecer a las células degeneradas con malignidad y fuera de control. En nuestro ciclo de historia, la sociedad china no ha podido disolver el factor mutado del PCCh, y así, no le quedó más alternativa
que dejarlo extenderse a voluntad. Este factor mutado es tan poderoso que nada que tenga su nivel de desarrollo ha podido detenerlo hasta ahora. Como resultado, gran parte de la sociedad resultó contaminada, y áreas cada vez más grandes terminaron inundadas de comunismo o elementos comunistas. El PCCh aprovecha y fomenta estos elementos, que degradan en su esencia la moralidad y la sociedad humanas. El Partido no cree en ningún principio reconocido de moralidad y justicia. Todos sus principios sirven exclusivamente el interés de su grupo. El PCCh es fundamentalmente egoísta, y no hay nada que pueda refrenar y controlar sus deseos de poder. Basado en sus normas, el Partido necesita cambiar su apariencia vistiéndose con nuevas pieles. Cuando en distintos momentos su supervivencia corrió peligro, el PCCh se aferró al Partido Comunista de la Unión Soviética, al KMT, a la cúpula gobernante del KMT y a la Revolución Nacional China. Después de obtener el poder, se aferró a varias formas de oportunismo, a la mente y los sentimientos de los ciudadanos, a los mecanismos y estructuras sociales; en síntesis, a todo lo que hiciera falta para sobrevivir. Tomó cada crisis como una oportunidad para concentrar mayor poder y reforzar sus métodos de control.

La búsqueda frenética del mal se convierte en las “armas mágicas” del PCCh

El PCCh sostiene que la victoria revolucionaria depende de tres armas mágicas: los frentes unidos, la lucha armada y la construcción del Partido. La experiencia con el KMT le proporcionó dos armas más de este tipo: la propaganda y el espionaje. Las distintas armas mágicas reciben la influencia de sus nueve rasgos heredados: maldad, engaño, instigación, liberación de la escoria social, espionaje, robo, lucha armada, asesinato y control.

El marxismo-leninismo es perverso por naturaleza. Irónicamente, los comunistas chinos no entienden el marxismo-leninismo. Lin Biao17 dijo que muy pocos miembros del PCCh habían leído los trabajos de Marx o Lenin. El público consideró a Qu Qiubai18 un ideólogo; sin embargo, él admitió haber leído muy poco del marxismo-leninismo. La ideología de Mao Zedong es una versión rural de las teorías de Marx y Lenin que proclama la rebelión del campesinado. La teoría del primer estadio del socialismo de Deng Xiaoping tiene al capitalismo como su última etapa. Los “Tres Representantes”19, de Jiang Zemin, fue un trabajo compilado de la nada. El PCCh nunca entendió realmente qué es el marxismo-leninismo, circunstancia que no obstó para que heredara sus aspectos maléficos, en cuyas bases ha introducido sus propios elementos, aún más siniestros.

El frente unido del PCCh es una conjunción de engaño y soborno a corto plazo. La meta de la unidad fue fortalecer su poder, pasar de ser un clan solitario a convertirse en uno de proporciones descomunales —como luego de la guerra contra Japón— y cambiar la relación entre amigos y enemigos. La unidad requirió discernimiento: identificar quiénes eran enemigos y quiénes amigos; quién estaba a la izquierda, quién al medio y quién a la derecha; a quién debía favorecerse y cuándo, y a quién debía atacarse y cuándo. No tuvo problemas en convertir a los enemigos en amigos y luego nuevamente en enemigos. Por ejemplo, durante el período de la revolución democrática, el PCCh se alió con la clase capitalista; durante la revolución socialista, los eliminó. Otro ejemplo es el de Zhang Bojun y Luo Longji, líderes de partidos democráticos, que fueron usados como aliados del PCCh cuando el comunismo tomó el poder estatal, pero a quienes después se persiguió por “derechistas”.

El Partido Comunista es una sofisticada banda de delincuentes

El Partido Comunista tiene dos tipos de estrategia, una moderada y flexible y otra dura e inquebrantable. Entre sus estrategias moderadas están la propaganda, los frentes unidos, sembrar la discordia, el espionaje, la instigación a la rebelión, la traición, inmiscuirse en el pensamiento del pueblo y lavarle el cerebro, la mentira y el engaño, el ocultamiento de la verdad, el abuso psicológico y la creación de climas de terror. Al poner en práctica estos recursos, el PCCh genera un síndrome de temor dentro del corazón de la gente que hace que ésta se olvide fácilmente de los errores del Partido. Esta variedad de métodos puede desterrar la naturaleza humana y fomentar el lado perverso de la humanidad. Entre las tácticas duras del PCCh aparecen la violencia, la lucha armada, la persecución, las maniobras políticas, el asesinato para silenciar a testigos inconvenientes, el secuestro, la censura de opiniones diferentes, el ataque armado y los saqueos periódicos. Estos métodos agresivos generan y perpetúan el terror.

El PCCh suele usar los métodos moderados y los duros al mismo tiempo. A veces los implementa relajadamente en algunos casos y estrictamente en otros, o relajados en la política externa y duros en la interna: la táctica de relajar y apretar. En un clima relajado, el PCCh alienta la expresión de opiniones diferentes, pero —como si encantara una víbora para hacerla salir de su cueva y después matarla— los que hablan sólo consiguen ser perseguidos durante el período siguiente de control estricto. El PCCh utilizó asiduamente la democracia para desafiar al KMT, pero cuando los intelectuales de las áreas controladas por el PCCh discreparon con el Partido, fueron torturados y, a veces, decapitados. Como ejemplo podemos citar el infame “episodio de los lirios salvajes”, ocurrido en 1947, donde el intelectual Wang Shiwei —autor del ensayo “Los lirios salvajes”, expresaba sus ideales de igualdad, democracia y humanidad— fue víctima del movimiento de Rectificación de Yan’an y ejecutado mediante la decapitación con un hacha.

Un funcionario veterano que había sufrido tormentos en la purga de Yan’an recordaba que cuando estuvo bajo una presión intensa y obligado a confesar, lo único que pudo hacer fue traicionar su propia conciencia y decir mentiras. Su primera reacción fue sentirse muy mal por haber implicado a sus compañeros y haber conspirado contra ellos. Se odió tanto que quiso acabar con su vida. Justo había una pistola sobre la mesa. La tomó, se apuntó a la cabeza y apretó el gatillo. ¡El arma no tenía balas! Entonces la persona que lo había interrogado entró y dijo: “Es bueno que admita que hizo algo mal. La política del Partido es la indulgencia”. El Partido sabe cuándo uno alcanza su límite y le es “fiel”: entonces ha pasado la prueba. El Partido siempre coloca una trampa mortal y goza con el sufrimiento y la humillación de la víctima. Cuando el individuo llega al límite y desea la muerte, el Partido, amable, aparece para brindarle un camino, que es peor que la muerte. Se suele decir: “Es mejor un cobarde vivo que un héroe muerto”. El Partido se convierte en la salvación y esperará gratitud. Unos años más tarde, este funcionario conoció Falun Gong —un qigong y práctica de cultivación iniciada en China— en Hong Kong y se sintió muy bien. No obstante, cuando en 1999 empezó la persecución a Falun Gong, lo asaltaron los recuerdos del pasado doloroso y nunca más se atrevió a decir que Falun Gong hacía bien.

La experiencia del último emperador chino Puyi20 fue similar a la de este funcionario. Encarcelado en las celdas del PCCh y convertido en testigo habitual de la muerte de otras personas, pensó que su turno llegaría pronto. Para poder vivir, él mismo cooperó en su lavado de cerebro. Un tiempo después, escribió una autobiografía titulada “La primera mitad de mi vida”, que el PCCh utilizó como un modelo de reconstrucción ideológica.

Según estudios médicos modernos, muchas víctimas de intensa presión y aislamiento desarrollan un sentido anormal de dependencia hacia sus captores. Esto es conocido como el síndrome de Estocolmo: la víctima comienza a vivir sus estados de ánimo —felicidad o dolor, alegría o enojo— de acuerdo con el dictado de sus captores. El más pequeño favor hacia la víctima se recibe con profunda gratitud. Incluso hay casos en que las víctimas llegan a sentir “amor” por sus
secuestradores. Este fenómeno psicológico ha sido utilizado con éxito por el PCCh desde hace largo tiempo tanto para someter a sus enemigos como para controlar la mente del pueblo y reformar sus pensamientos.

El Partido es lo más perverso

Los primeros diez secretarios generales del PCCh han sido etiquetados como antiPartido. Claramente, el PCCh tiene vida propia y un cuerpo físico vivo e independiente. Los líderes no deciden el destino del Partido; es el Partido el que decide el destino de sus líderes. En las “áreas soviéticas” de la provincia de Jiangxi, asediado por el KMT y con su supervivencia en duda, el PCCh igualmente realizó operaciones de purga interna, buscando derrotar a las Fuerzas Antibolcheviques (AB): ejecutaba a sus propios soldados durante la noche, en ocasiones a pedradas para ahorrar balas. En la provincia septentrional de Shaanxi, con el ejército japonés en un frente y el KMT en el otro, el PCCh inició la Rectificación de Yan’an, que resultó en la muerte de un sinnúmero de miembros del Partido. La alta frecuencia de este tipo de matanzas masivas no le impidió al PCCh extender su poder y llegar a gobernar a China. El PCCh extendió este modelo de disputa interna y asesinato entre miembros del Partido desde las áreas de dominio soviético a todo el país.

El PCCh se comporta como un tumor maligno: en su desarrollo frenético, su núcleo muere, pero continúa extendiéndose hacia los órganos sanos que lo circundan. Una vez que se infiltra en los nuevos órganos y cuerpos, crecen nuevos tumores. No importa el grado inicial de bondad de la persona, una vez que se une al PCCh, es una parte más de su fuerza destructiva. Cuanto más honrada y recta fuera la persona, más destructiva se vuelve. Sin duda, el tumor del PCCh seguirá creciendo hasta que no quede nada sano ni ningún sitio del cual alimentarse. Entonces, el cáncer seguramente morirá.

El fundador del PCCh, Chen Duxiu, fue un intelectual y un líder del Movimiento Estudiantil del Cuatro de Mayo. Chen no era partidario de la violencia, y advirtió a los miembros del PCCh que si ellos intentaban convertir el KMT a la ideología comunista o tenían demasiado interés en llegar al poder, vivirían tensiones internas en la fuerza revolucionaria. Chen, uno de los más activos de la generación del Cuatro de Mayo, era una persona tolerante. Sin embargo, él fue el primero en ser etiquetado de “oportunista de derecha”.Otro líder del PCCh, Qu Qiubai, creía que los miembros del PCCh debían participar en la lucha armada, organizar rebeliones, derrocar a la autoridad y utilizar medios extremos para devolver a la sociedad china a su funcionamiento normal. No obstante, Qu Qiubai confesó antes de su muerte que él no quería morir como un revolucionario, ya que había dejado el movimiento hacía largo tiempo. Pudo ver que la historia le había gastado una broma al llevarlo a él, un intelectual, al escenario político de la revolución durante muchos años. Dijo que, al final, todavía no podía superar sus propias ideas aristocráticas. “Después de todo, nunca pude convertirme en un guerrero de la clase proletaria”.

El líder del PCCh, Wang Ming, por orden del Komintern, abogó por la cooperación con el KMT en la resistencia contra los japoneses en lugar de extender la base del PCCh. En las reuniones del comunismo, Mao Zedong y Zhang Wentian no pudieron persuadir a su camarada ni revelar la verdad de la situación: la limitación en la fuerza militar del Ejército Rojo no hubiera permitido contener ni siquiera a una división del ejército japonés. Si en un arresto de pasión, el PCCh hubiese decidido luchar, la historia de China sin dudas sería diferente. Mao Zedong no tuvo otra alternativa que callar. Más adelante, Wang Ming fue expulsado, primero por ser visto como dueño de un accionar “desviado” del pensamiento de izquierda, y después como un oportunista de derecha.
Hu Yaobang, otro secretario del Partido, luchó para que se hiciera justicia a las muchas víctimas inocentes que habían sido castigadas durante la Revolución Cultural, y se ganó por eso el corazón del pueblo. Con todo, fue obligado a renunciar en enero de 1987. Zhao Ziyang,21 quiso impulsar reformas más profundas en el PCCh; no obstante, las consecuencias fueron nefastas para él.

Así las cosas, ¿a qué logros puede aspirar cualquier nuevo líder del PCCh? Reformar de verdad al PCCh implica la muerte del Partido. Éste quitaría rápidamente del poder a quienes encararan una reforma:. existe un límite definido para lo que los miembros del Partido pueden hacer para transformar el sistema partidario. Por todo esto, no existe posibilidad alguna de que las reformas en el PCCh lleguen a buen puerto.

Si todos los líderes del Partido se convirtieron en “mala gente”, ¿cómo pudo el PCCh propagar la revolución? En los momentos de esplendor del Partido, incluso los líderes más malvados, los de mayor jerarquía, perdieron sus puestos cuando sus niveles de maldad no fueron suficientes para el alto estándar del Partido. Sólo los más perversos atraviesan la selección. Muchos líderes del Partido acabaron su vida política trágicamente, sin embargo el PCCh sobrevive. Los líderes del PCCh que se mantuvieron en sus puestos no son los que pudieron manejar al Partido, sino los que interpretaron las intenciones perversas de éste y las han seguido. Estas personas contribuyeron a fortalecer la capacidad del Partido para sobrevivir a las crisis, y se brindaron por entero a la causa partidaria. No resulta extraño entonces que los miembros del Partido pudieran luchar contra el Cielo, contra la Tierra y contra otros seres humanos, pero no contra el Partido. Son una herramienta domesticada del PCCh o, en el mejor de los casos, una relación simbiótica de éste.

La desvergüenza se ha vuelto una característica del PCCh actual. Según el Partido, sus errores fueron todos individuales, cometidos por líderes partidarios; por ejemplo, Zhang Guotao o la Banda de los Cuatro.22 El PCCh llevó a juicio a Mao Zedong y dictaminó que tenía tres partes de errores y siete partes de logros, mientras que Deng Xiaoping se dictaminó a sí mismo como responsable de cuatro partes de errores y seis de logros. Sin embargo, el Partido en sí nunca se equivoca. Y aun cuando el Partido se equivocase, es el mismo Partido el que se corregiría. Por lo que daría la orden de “mirar hacia adelante” y “no enredarse en sucesos del pasado”. Todo es mutable en el PCCh: el paraíso comunista puede convertirse en una modesta ambición de comida y proteccionismo socialista; el marxismo-leninismo puede ser reemplazado por los “Tres Representantes”. Nadie debería sorprenderse de ver al PCCh promoviendo la democracia o la libertad de credo, abandonando a Jiang Zemin de la noche a la mañana, o revirtiendo la persecución hacia Falun Gong, si lo considera necesario para mantener su poder. Sin embargo, hay algo que no cambiará jamás en el PCCh, que es su objetivo esencial: sobrevivir y mantener el poder y el control.

El PCCh ha mezclado violencia, terror y adoctrinamiento en situaciones de alta presión para formar su base teórica, la cual se convierte después en la naturaleza del Partido, los principios supremos, el espíritu de sus líderes, su mecanismo de funcionamiento y el criterio de actuación para sus miembros. El Partido Comunista es duro como el acero, y su disciplina es sólida como el hierro. Las intenciones de sus miembros deben estar unificadas, y sus acciones deben estar en un todo de acuerdo con la agenda política del Partido.

Conclusión

¿Por qué la historia eligió al Partido Comunista por sobre cualquier otra fuerza política en China? Todos sabemos que existen dos fuerzas en este mundo, dos opciones. Una es vieja y perversa, y su meta es hacer el mal y escoger lo negativo. La otra es la recta y buena, y en ella prevalecerá lo bueno y benévolo. El PCCh fue la elección de las fuerzas viejas. La razón de la elección es justamente que el PCCh reúne toda la maldad del mundo, china o de cualquier otro país, pasada o presente. Sabe muy bien cómo utilizar y aprovecharse de la bondad innata de la gente para engañar y, paso a paso, adquirir su actual capacidad de destrucción.

¿Qué quería decir el Partido cuando proclamaba que no habría una nueva China sin el Partido Comunista? Desde su fundación, en 1921, hasta que asumió el poder, en 1949, la evidencia muestra claramente que sin engaño y violencia, el PCCh no sería gobierno hoy. El PCCh difiere de cualquier otro tipo de organización en que sigue una ideología desviada del marxismo-leninismo, y hace lo que le viene en gana. Puede explicar todo lo que realiza con teorías elevadas y unirlas con inteligencia a ciertos sectores de las masas, y así justificar todas sus acciones. Transmite propaganda política a toda hora; en ella disfraza sus estrategias con distintos principios y teorías y se muestra siempre en el camino correcto.

El desarrollo del PCCh ha sido un proceso de acumulación de maldad, sin nada de glorioso en él. La historia del Partido nos cuenta con precisión sobre la ilegitimidad de su poder político. El pueblo chino no eligió al PCCh; en cambio, el PCCh impuso el comunismo, un espectro foráneo del mal, sobre el pueblo chino mediante la aplicación de los rasgos perversos que heredó del Partido Comunista original: maldad, engaño, instigación, liberación de la escoria social, espionaje, robo, lucha armada, asesinato y control.

Notas

1 Del Himno Comunista, “El Internacional”.
2 Del “Informe de una investigación sobre el movimiento campesino en Hunan”, por Mao Zedong (1927).
3 El lumpenproletariado, también entendido como “obreros de zonas pobres”. Este término identifica la clase de elementos marginales, degenerados o clandestinos que forman un sector de la población de los centros industriales. Abarca a mendigos, prostitutas, delincuentes organizados, chantajistas, estafadores, pequeños criminales, vagabundos, desempleados crónicos, personas que han sido expulsadas del mercado laboral y todo tipo de elementos sin clase, degradados o degenerados. El término fue acuñado por Marx en La clase lucha en Francia, 1848-1850.
4 Palabras pronunciadas en 1927.
5 Zhou Enlai (5 de marzo de 1898-8 de enero de 1976) es quien sigue en importancia a Mao en la historia del PCCh. Fue primer ministro de la República Popular China desde 1949 hasta su muerte.
6 Gu Shunzhang era, originalmente, una de las cabezas del sistema de agentes secretos del PCCh. En 1931, fue arrestado por el KMT y, en prisión, ayudó a desenmascarar a muchos agentes secretos del PCCh. La venganza del comunismo fue estrangular a los ocho miembros de la familia de Gu, a quienes enterraron en la concesión francesa de Shanghai. Para más información sobre este tema, se puede consultar “La historia de asesinatos del PCCh” (http://english.epochtimes.com/news/4-7- 14/22421.html).
7 La guerra entre el PCCh y el KMT en junio de 1946. La guerra es determinada por tres campañas sucesivas: Liaoxi-Shenyang, Huai-Hai y Beiping-Tianjin, tras las cuales el PCCh derrocó al KMT y llegó a fundar la República Popular China el 1 de octubre de 1949.
8 Jiang Jieshi era líder del KMT; después se exilió y se convirtió en mandatario de Taiwán.
9 Hu Zongnan (1896-1962), nativo del condado de Xiaofeng (ahora parte del condado de Anji), provincia de Zhejiang, fue vicecomandante, comandante interino y jefe de personal del Centro de Operaciones Militares y Administrativas Sudoccidentales del KMT.
10 Cuando el PCCh inició la reforma agraria, llevó adelante una clasificación del pueblo. Entre las clases definidas como enemigas, los intelectuales seguían a los propietarios, los reaccionarios, los espías, etc., y estaban en la posición número 9.
11 De un poema de Sima Qian (de 145-135 a. C. a 87 a. C.), historiador y estudioso de la dinastía Han Occidental. Su famoso poema dice: “Todos tenemos que morir; uno muere más solemne que Taishan o más liviano que una pluma”. Taishan es una de las montañas más altas de China.
12 La Expedición del Norte fue una campaña militar dirigida por Jiang Jieshi en 1927 que tenía el propósito de unificar China bajo el régimen del KMT y acabar con el poder de los caudillos militares locales. Tuvo gran éxito en estos objetivos. Durante la Expedición del Norte, el PCCh mantuvo una alianza con el KMT.
13 El movimiento revolucionario durante la alianza PCCh-KMT, determinado por la Expedición del Norte.
14 Sun Yat-sen (1866-1925), fundador de la China moderna.
15 El Ejército Revolucionario Nacional, controlado por el KMT, era el ejército nacional de la República de China. Durante el período de la alianza PCCh-KMT, contaba en sus filas a miembros del PCCh que integraban la alianza.
16 El 12 de abril de 1927, el KMT, dirigido por Jiang Jieshi, lanzó una operación militar contra el PCCh en Shanghai y en otras ciudades. Entre 5000 y 6000 miembros del PCCh fueron capturados y muchos asesinados en Shanghai, a partir del 12 de abril y hasta fines de 1927.
17 Lin Biao (1907-1971), uno de los mayores líderes del PCCh, sirvió bajo el mandato de Mao Zedong como miembro de la Oficina Politíca de China, vicepresidente (1958) y ministro de Defensa (1959). Lin es considerado el arquitecto de la Gran Revolución Cultural china. Lin fue designado sucesor de Mao en 1966 pero perdió todo el apoyo en 1970. Al percibir esta situación, Lin participó en un intento de golpe de Estado e intentó huir a la Unión Soviética cuando la maniobra cobró estado público. Durante el vuelo, su avión se estrelló en suelo mongol y le provocó la muerte.
18 Qu Qiubai (1899-1935) es uno de los líderes más tempranos del PCCh y un renombrado escritor de izquierda. Fue capturado por el KMT el 23 de febrero de 1935 y murió el 18 de junio del mismo año.
19 La doctrina de los “Tres Representantes” fue mencionada por primera vez en un discurso de Jiang Zemin en febrero de 2000. Según ésta, el Partido debe representar en todo momento el desarrollo de las fuerzas productivas de China, la orientación de su cultura de avanzada y los intereses fundamentales de la mayoría del pueblo.
20 Pu-yi, de nombre manchuriano Aisin Gioro (1906-1967), último emperador (1908-1912) de China, gobernó bajo el nombre de Hsuan T’ung. Después de su abdicación, el nuevo gobierno republicano le concedió una gran pensión gubernamental y lo autorizó a vivir en la Ciudad Prohibida de Beijing hasta 1924. Después de 1925, vivió en la concesión japonesa de Tianjin. En 1934, bajo el nombre de K’ang Te, se convirtió en el emperador del estado títere japonés de Manchukuo, o Manchuria. Fue capturado por los rusos en 1945. En 1946, Pu Yi testificó en el juicio de Tokio por crímenes de guerra que él había sido la herramienta involuntaria de los militaristas japoneses y no, como ellos sostenían, un representante de la libre determinación de Manchuria. En 1950 fue entregado a los comunistas chinos, quienes lo mantuvieron en prisión en Shenyang hasta 1959, cuando fue amnistiado por Mao Zedong.
21 El último de los diez secretarios generales del PCCh, que fue despedido a causa de su discrepancia en el uso de la fuerza para acabar con las manifestaciones estudiantiles de la Plaza Tiananmen en 1989 y puesto bajo arresto domiciliario. Falleció el 17 de enero de 2005, a los 85 años.
22 “La Banda de los Cuatro” estaba integrada por la esposa de Mao Zedong, Jiang Qing (1913-1991); Zhang Chunqiao (1917-1991), funcionario del Departamento de Propaganda; el crítico literario Yao Wenyuan (1931), y Wang Hongwen (1935-1992), guardia de seguridad de Shanghai. Su influencia comenzó durante la Gran Revolución Cultural (1966-1976) y dominaron la política china a comienzos de la década de 1970.

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