El Pentágono tiene una «gama de recursos» para obligar a los miembros de las Fuerzas Armadas a recibir la vacuna COVID-19 después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobara completamente la vacuna de Pfizer-BioNTech el mes pasado, dijeron los funcionarios el jueves.
Esto se produce cuando los legisladores de la Cámara de Representantes han respaldado la legislación, patrocinada por el veterano del Ejército, el representante Mark Green, R-Tenn., que prohíbe el licenciamiento por mala conducta para las tropas que rechacen la vacuna COVID-19.
El secretario de prensa del Pentágono, John F. Kirby, dijo a los periodistas en una conferencia de prensa, que era importante que los miembros del servicio militar «comprendieran las ramificaciones de su decisión» si decidían no vacunarse.
«Como hemos hablado antes, el secretario espera que el liderazgo del departamento aplique estas vacunas obligatorias con acierto —pero también, porque sabemos cómo hacer esto en una serie de otras vacunas— pero también [con] profesionalidad y compasión», dijo Kirby.
«Y cuando un individuo se niega a aplicarse una vacuna obligatoria, se le dará la oportunidad de hablar tanto con los proveedores médicos como con su propia cadena de mando para que pueda comprender plenamente la decisión que está tomando».
«Y la otra cosa que diría es que nuestros comandantes tienen una serie de rescursos a su disposición, sin necesidad de utilizar el Código Uniforme de Justicia Militar, para intentar de nuevo que los hombres y mujeres del departamento tomen la decisión correcta».
Cuando se le preguntó si habría un castigo estricto para los hombres y mujeres de las fuerzas armadas que se negaran a vacunarse, incluida la licencia sin honores, Kirby señaló que las tropas que se niegan a ser vacunadas no tienen por qué enfrentarse a la licencia sin honores.
El secretario de prensa dijo que hay «una serie de opciones a disposición de los comandantes, sin necesidad de presentar cargos y castigos de cualquier tipo», en caso de que se llegue a un procedimiento disciplinario.
«Y esto sería algo que los comandantes manejarían ellos mismos. No se trataría de una política establecida desde arriba para todos los casos en todo el departamento. Sería algo que los comandos podrían decidir por sí mismos», continuó.
Kirby hizo hincapié en que los militares todavía están en las primeras etapas del despliegue de la vacuna obligatoria, pero señaló que espera que los comandantes «lideren con compasión aquí» y traten de asegurarse de que los miembros del servicio que no están de acuerdo con la vacuna «entiendan las ramificaciones de su decisión» y también se les proporcione «tanta exposición adicional a la información y el contexto como sea posible a medida que avanzan».
El 25 de agosto se ordenó a los jefes de los departamentos militares de Estados Unidos que empezaran «inmediatamente» a vacunar a sus tropas contra el COVID-19, solo dos días después de que la FDA diera su aprobación total a la vacuna de Pfizer-BioNTech.
El Pentágono ha dicho previamente que los miembros pueden solicitar exenciones religiosas o médicas.
Mientras tanto, la legislación del veterano del ejército Mark Green se añadió al proyecto de ley de autorización de defensa para el año fiscal 2022 aprobado el jueves por el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
La legislación requiere solo la baja honorable para cualquier persona que sea retirada del ejército por negarse a ser vacunada.
«Como médico, he sopesado los pros y los contras de la vacuna COVID-19 y he optado por vacunarme. Como exoficial del ejército, también comprendo la necesidad de vacunar contra un virus altamente infeccioso a los miembros de las Fuerzas Armadas que están desplegados. Durante años, el ejército ha tenido la autoridad para obligar a los miembros del servicio a vacunarse», dijo Green en una declaración tras la votación del comité.
«Sin embargo, esas vacunas se sometieron a años de investigación con amplios datos longitudinales de seguridad. En el caso de la vacuna contra el coronavirus, esos datos longitudinales aún no son posibles. Por lo tanto, creo que los miembros del servicio militar que toman la decisión médica personal de rechazar la vacuna, y que posteriormente son retirados del servicio por su negativa, no deberían recibir nada más que una baja honorable por negarse a tomar la vacuna. Punto».
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