Perrito anciano que vivió toda su vida encadenado, a sus 15 años conoce qué es ser amado

Por Isabel Valencia - La Gran Época
30 de mayo de 2019 5:17 PM Actualizado: 02 de agosto de 2022 5:34 PM

Llegar a la vejez luego de un largo camino recorrido requiere de un merecido descanso, pero este pobre perrito anciano no tuvo una vida fácil y menos aún una vejez digna. Al parecer había pasado casi toda su vida encadenado afuera de la casa, en condiciones no aptas para un animal, pero la vida le trajo una sorpresa y encontró un amoroso hogar. 

En febrero de 2018, en Nueva Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos, un cuerpo de emergencia se aproximó a una casa donde se había colapsado el techo. Para su sorpresa, de repente vieron que afuera había perro husky siberiano encadenado, según publicó Hillside SPCA en su pagina web.

Aunque en Pensilvania las leyes prohíben tener a un animal amarrado afuera por más de nueve horas en condiciones climáticas favorables y solo 30 minutos cuando el clima está helado, el perro se encontraba en condiciones precarias, sufriendo de frío y en medio de la suciedad y la nieve, cosa inaceptable según una ley llamada Libre.

El perrito, de unos 15 años de edad, solo contaba con una pequeña casa y el techo de un automóvil, donde le colocaban el agua y la comida. Pero aún así, las condiciones en las que estaba la mascota, no eran aptas para ningún animal y Cloud, como lo llamaban los propietarios, parecía haber pasado toda su vida encadenado y viviendo de esa manera.

Imagen ilustrativa (Baldur93 en Pixabay)

Viendo esto, la fundación Hillside SPCA se apresuró a entrar en acción; hablaron con los dueños y les explicaron que estaban violando las leyes de protección animal. Finalmente, accedieron a entregar a Cloud a la fundación, según publicó The Dodo.

Los trabajadores de la fundación quedaron estupefactos al ver las condiciones en las que se encontraba Cloud, ya que estaba triste, decaído, flaco y no actuaba para nada como un perro normal.

Además, tenía una extraña masa en la parte de atrás que posteriormente pudieron determinar que era un tumor, pero debido a la edad del viejo canino no fue posible operarlo.

Imagen ilustrativa (No-longer-here en Pixabay)

Llevaron a Cloud al refugio de animales, pero notaron más cosas extrañas. Por medio de exámenes posteriores, se dieron cuenta de que el perro era sordo. Además no se adaptaba bien al refugio de animales, porque estaba actuando de una manera errática: caminaba, luego colapsaba en el piso, se quedaba dormido, luego se levantaba y comenzaba a caminar de nuevo. Tiraba todo lo que estaba a su paso. En realidad no estaba acostumbrado a estar en el interior, según narra The Dodo.

Decidieron que lo mejor era llevarlo a un hogar de paso (temporal), mientras se acostumbraba a estar con la gente y otros perros. Pero las cosas no fueron fáciles, corría y se escondía, tiraba todo lo que estuviera a su paso, no se quería relacionar ni con las personas, ni los niños, ni los perros que vivían en esa casa y decidió esconderse detrás de la lavadora.

Así que Garrett, quien lo estaba cuidando en ese momento, decidió dejarlo solo. Pasó el tiempo y cuando Garrett fue por la lavadora a coger algo que necesitaba, una pata salió por detrás de la lavadora y se la puso en su pie. Cuando observó bien, era Cloud que quería mimos y caricias. Desde ese momento, todo el ambiente de la casa cambió y Cloud pudo interrelacionarse con las demás personas y animales que vivían de su nuevo hogar.

Imagen ilustrativa (Gavyn Caldwell en Pixabay)

Pudieron salir a pasear juntos y al regresar, Cloud logró entender que no tenía que quedarse afuera, si no que podía entrar a la casa y que era mucho mejor que estar afuera. Poco a poco y con la ayuda de los seis perros de Garrett, Cloud comenzó a aprender cómo ser un perro de nuevo, algo que le sirvió notablemente cuando conoció a sus nuevos y definitivos dueños.

Cuando lo conocieron, él se dejó acariciar y les dio un gran beso. Eso los convenció que Cloud era el perro especial para ellos. Además, guardan en su bolsillo una lista de cosas que probablemente Cloud -ahora llamado Titus- no habría hecho en su vida, como dar largos paseos o tener una cama ortopédica para perros.

Aunque Titus está en la recta final de su vida, tiene derecho a vivir sus últimos días amado y contendido; y gracias a la perseverancia de sus rescatistas, ahora sabe qué es un hogar feliz.


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