Cuando la administración Biden extendió el tratado New START, con Moscú, perdió todo el poder de negociación para incluir a China al pacto, dijo el exsecretario de Estado Mike Pompeo en una entrevista transmitida el 4 de febrero.
El secretario de Estado Antony Blinken anunció el 3 de febrero que Estados Unidos ha extendido por cinco años el tratado New START, el último tratado de armas nucleares que hay entre EE.UU. y Rusia.
“El error, creo, que se cometió fue ahí, porque, si bien los acuerdos de armas son buenos, los acuerdos de armas estratégicas son cosas buenas si se pueden verificar adecuadamente, se olvidaron de la nueva potencia nuclear. El Partido Comunista Chino (PCCh) ahora tiene sistemas de armas y está probando misiles a un ritmo alarmante”, le dijo Pompeo a Maria Bartiromo, de Fox News.
“Nuestra administración estaba trabajando para traer a los chinos dentro de esta estructura de control de armas. Estuvimos cerca de hacerlo en un momento. Ahora, la influencia para convencer a los rusos de que ellos también necesitan trabajar para incorporar a los chinos, en esta estructura, se ha acabado”, dijo Pompeo.
Al anunciar la extensión del tratado New START, Blinken dijo que la administración de Biden “también buscará el control de armas para reducir los peligros del moderno y creciente arsenal nuclear de China”.
Después de que Estados Unidos se retirara del tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) con Rusia en 2019, Pompeo le pidió a Rusia y a China que se unieran a un pacto multilateral de control de armas. Cuando el presidente Trump anunció su intención de retirarse del INF, dijo que estaría abierto a un nuevo acuerdo que incluyera a Beijing.
China ha desarrollado un vasto arsenal de misiles, que Estados Unidos y Rusia no pudieron desarrollar o desplegar cuando estaban bajo las restricciones del INF, una realidad estratégica que preocupó al Kremlin y a la Casa Blanca durante años. De un tercio a la mitad del arsenal de misiles balísticos de China violaría el INF si Beijing estuviera sujeto a dicho tratado, según una evaluación de Estados Unidos. EE.UU. intentó llevar a China al INF en, al menos, tres ocasiones, fallando en cada intento.
El tratado New START, que entró en vigor en 2011, limita de manera similar el arsenal nuclear desplegado de Estados Unidos y de Rusia. Por su parte, la ausencia de China en tales tratados le permite ir aumentando sus armamentos nucleares. El tratado renovado entre EE.UU. y Rusia limita el número de ojivas nucleares estratégicas desplegadas a 1550 y el número de misiles y bombarderos nucleares desplegados a 700 e incluye un régimen de verificación que le permite a ambas naciones garantizar el cumplimiento mutuo mediante inspecciones in situ.
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