A medida que se agrava la crisis entre Ucrania y Rusia, el régimen chino se encuentra en una posición incómoda.
Aunque Beijing ha estrechado sus lazos con Moscú, también es prudente para evitar una efecto boomerang si se considera que apoya directamente un movimiento unilateral para arrebatar la soberanía a otra nación —dados los propios planes del régimen de absorber a Taiwán.
Aunque es de esperar que la información sobre un acontecimiento geopolítico tan delicado se filtre para satisfacer las necesidades de propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh), un reciente posteo en las redes sociales —difundida al público aparentemente por accidente— ofrece de manera inusual un vistazo de cómo se canaliza el mensaje del PCCh a las masas.
El 22 de febrero, Horizon News, una red de noticias en video dependiente de Beijing News, dio instrucciones al personal para que evitara postear cualquier contenido relacionado con Ucrania en Weibo, la red social china, que pudiera parecer desfavorable a Rusia o prooccidental.
«Déjenme revisar su borrador antes de publicarlo», decía el mensaje de Weibo, que ya ha sido borrado. Los comentarios, añadía, deben ser «cuidadosamente seleccionados y controlados», mientras que la selección de temas debe seguir el ejemplo del Diario del Pueblo, Xinhua y CCTV, tres de los principales portavoces del Partido en el país.
«Quien los publique será responsabilizado», decía el mensaje, señalando que cada posteo debería ser supervisado durante al menos dos días.
Aunque China es bien conocida por sus estrictas restricciones a la libertad de prensa, el posteo ofrece una inusual, aunque pequeña, revelación del funcionamiento de la maquinaria mediática china y de las ansiedades internas del régimen a medida que se desarrollan los acontecimientos internacionales políticamente tensos.
«En la crisis ucraniana, un pequeño empujón desencadenará una reacción en cadena», escribió Ming Jinwei, exeditor jefe de Xinhua, en su blog personal, advirtiendo a China de que debe manejar cuidadosamente las relaciones con todas las partes implicadas para evitar «invitar a los problemas».
China, escribió, debe «respaldar a Rusia moral y emocionalmente, pero sin provocar demasiado a Estados Unidos y a la Unión Europea».
Aunque «los problemas provienen principalmente de Estados Unidos», escribió, la situación actual juega a favor de Beijing en su rivalidad con Estados Unidos, y no sería prudente atraer la ira de Washington.
«Habla más, haz menos», escribió Ming, que aconsejó a los diplomáticos chinos que utilizaran los canales privados para transmitir su apoyo sentimental a Rusia y fomentaran el diálogo en público.
Es un consejo que el régimen ha parecido seguir.
En una declaración del 23 de febrero, Zhang Jun, embajador chino ante las Naciones Unidas, instó a todas las partes a actuar con moderación y a «buscar soluciones razonables… por medios pacíficos en base a la igualdad y el respeto mutuo».
Mientras Rusia trasladaba tropas a dos regiones separatistas del este de Ucrania que declaró como «independientes», Ucrania ha declarado el estado de emergencia y ha instado a sus ciudadanos a abandonar Rusia inmediatamente.
Desde el 21 de febrero, el presidente Joe Biden ha impuesto una serie de sanciones contra las dos regiones separatistas ucranianas, junto con los bancos rusos de propiedad estatal y las élites rusas. El 22 de febrero, el gobierno de Biden ordenó el envío de más tropas a Europa del Este ante el temor de una invasión rusa en Ucrania.
Ante el creciente aislamiento del mundo, Rusia ha estrechado sus lazos con China. El día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, voló a Beijing para reunirse con su homólogo chino, encuentro que terminó con el anuncio por parte de ambos líderes de una asociación «sin límites».
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