El primer ministro japonés, Fumio Kishida, prometió reforzar las Fuerzas de Autodefensa del país para hacer frente a las amenazas de seguridad que plantean China y Corea del Norte, renovando de esta manera su promesa de considerar «todas las opciones», incluida la adquisición de capacidad de ataque contra bases enemigas.
La situación de seguridad de Japón está cambiando rápidamente, dijo Kishida en su primera revisión de las tropas, describiendo la realidad actual como más grave que nunca, por la amenaza de misiles de Corea del Norte y una actividad marítima cada vez más asertiva de parte de China en la región.
Kishida, quien asumió el cargo en octubre, actuó por primera vez como máximo comandante en una revisión de tropas de las Fuerzas de Autodefensa celebrada el 27 de noviembre en la base principal del ejército, el campamento de Asaka, al norte de Tokio, en una reunión de inspección con unos 800 soldados.
«Yo consideraré todas las opciones, incluida la de poseer la llamada capacidad de ataque a la base enemiga, para buscar el fortalecimiento del poder de defensa que sea necesario», dijo el primer ministro en su discurso ante los cientos de miembros de las Fuerzas de Autodefensa de Tierra.
La posibilidad de contar con la llamada capacidad de ataque a bases enemigas ha sido un tema polémico en Japón, con los opositores que afirman que esto viola la constitución del país sobre la renuncia a la guerra.
Kishida dijo que está abierto a duplicar el gasto y la capacidad militar de Japón, pero añadió que su gobierno dirigirá debates «tranquilos y realistas» con el fin de determinar las acciones necesarias para proteger la vida de las personas y obtener su comprensión.
El gabinete de Japón aprobó el 26 de noviembre una solicitud de 770,000 millones de yenes (USD 6800 millones) para un presupuesto de defensa adicional, la mayor asignación de su historia para gastos de defensa, ya que pretende acelerar los proyectos de defensa antimisiles en respuesta a las amenazas militares que plantean China, Rusia y Corea del Norte.
La solicitud, aún pendiente de aprobación parlamentaria, es un récord para un presupuesto extra de defensa y elevará el gasto militar de Japón para el año en curso a un nuevo máximo de más de 6.1 billones de yenes (USD 53,200 millones), un 15 por ciento más que los 5.31 billones de yenes del año anterior.
El presupuesto suplementario propuesto para 2021 supondrá algo más del uno por ciento del PIB de Japón, manteniendo su tope habitual.
La solicitud presupuestaria incluye casi 100,000 millones de yenes (USD 870 millones) para mejorar la defensa aérea y de antimisiles integrada, en particular los interceptores móviles de misiles tierra-aire PAC-3 y los equipos relacionados, así como los misiles de crucero.
Más de 800,000 millones de yenes (USD 7000 millones) se destinarán a acelerar la compra de aviones y equipos de reconocimiento, incluidos tres P-1, equipos para los P-3C y sistemas de lanzamiento vertical que se colocarán en dos destructores, para intensificar la vigilancia en torno a las aguas territoriales y el espacio aéreo de Japón.
El presupuesto de defensa también pretende aliviar la carga de los proveedores japoneses de equipos y piezas de defensa que están luchando por mantener la menguante industria del país, dijeron los funcionarios.
Con información de The Associated Press
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