No fue en la última Navidad, sino en la del año anterior, cuando Chad Baker, residente en Illinois, de 45 años, regaló una casa a la mujer que la tenía alquilada.
Hace apenas unos meses, Baker lo hizo de nuevo.
El remodelador de casas, de Decatur, regaló la segunda de sus dos propiedades en alquiler a su antigua inquilina, Maggie Reid, de 84 años, una señora a quien Baker describe como «un encanto».
«Nos hicimos muy amigos, nunca le subí el alquiler en todo el tiempo que tuve la casa», dijo a The Epoch Times. «Simplemente me sentaba con ella, y a veces comía algo con ella».
Ella vivía en la casa desde 2005, mucho antes de que Baker la comprara hace seis años.
En noviembre de 2020, Baker ofreció por primera vez ambas propiedades a sus dos inquilinos que tenía en ese momento; mientras que su otra exinquilina, Ruby Jones, de 63 años, aceptó, Maggie rechazó la oferta.
«Maggie inicialmente dijo que no la quería porque era demasiado vieja y no quería tener una casa», dijo Baker. «Le dije: ‘Pero puede conservar todo el alquiler’.
«Le dije: ‘Ok, si alguna vez cambia de opinión, hágamelo saber'».
Después de reflexionar sobre la oferta de Baker y de comentarlo con su hijo, el verano pasado Maggie cambió de opinión.
«Un día, sin previo aviso, estaba cobrando el alquiler y me dijo: ‘He estado hablando y creo que quiero la casa’. Le dije: ‘Ok, la oferta sigue en pie'», recuerda Baker.
El propietario llamó a un abogado y al poco tiempo tenía toda la documentación lista. Sin embargo, incluso después de que la mujer aceptó su oferta, no le importó hacer un poco de inversión extra para hacer la casa más habitable. Mandó poner un nuevo patio de concreto para que Maggie no se resbalara cuando estuviera helado durante el invierno.
Después que el seguro arregló todo, entregó la casa a la anciana, que estaba muy agradecida.
«No sé cuántas veces me dio las gracias», dijo Baker. «Me dijo: ‘Solo quiero que sepa que estoy muy agradecida’. Y le dije: ‘Lo sé'».
Según Baker, su relación va más allá de la de propietario e inquilino. Considera que es más una «abuela» para él, y añadió: «Le dice a todo el mundo que soy como uno de sus hijos, porque nos llevamos bien desde el primer día».
Y aún se mantienen en contacto. «Acabé de hablar con ella la semana pasada», dijo Baker. «Le dije: ‘Tiene que conseguir la exención de su casa, [tienen que] inscribirse. Como usted es una persona mayor, probablemente la dejarán libre de impuestos'».
Y añadió: «Llámeme, y la acompañaré para diligenciarlo todo».
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