El aspirante presidencial Vivek Ramaswamy detalló su visión del estado administrativo en un foro ciudadano de New Hampshire el 20 de julio.
El Sr. Ramaswamy apareció en el escenario del Instituto de Política de New Hampshire del Saint Anselm College con los acordes de «Try that in a small town», de Jason Aldean.
El video musical de la canción del Sr. Aldean fue retirado de la televisión Country Music Television por acusaciones de racismo. El cantante de country ha negado enérgicamente esas acusaciones. El expresidente Donald J. Trump y el gobernador de Florida Ron DeSantis son algunos de los políticos que han salido en su defensa.
El Sr. Ramaswamy empezó explicando por qué eligió la canción.
«¿Quieres entender cuál es la mejor medida de la salud de Estados Unidos? He aquí cuál es: es el porcentaje de personas que se sienten libres de decir lo que realmente piensan en público», dijo el empresario de biotecnología a la multitud.
«Respeto —a un artista musical, a un padre o a un ejecutivo de empresa— que digan en público las cosas que de otro modo se supone que deben guardarse para sí mismos».
El candidato reiteró algunas de sus promesas anteriores con respecto al estado administrativo, por ejemplo, instituir límites de mandato de ocho años para los burócratas.
Sin embargo, fue más allá en el transcurso de un discurso en el que utilizó ampliamente los organigramas. Explicó en términos concretos cómo pretende «acabar con el Estado administrativo y la burocracia que succiona la sangre vital de nuestra República constitucional».
Los Fundadores, dijo, «hicieron una revolución para decir que ‘Nosotros, el Pueblo’ decidimos cómo resolver nuestras diferencias políticas, para bien o para mal».
El Sr. Ramaswamy argumentó que el Estado administrativo en expansión ha traicionado esa promesa revolucionaria.
«No estoy del lado de la reforma. Estoy del lado de la revolución americana», dijo, con una retórica ardiente que recordaba el título de un famoso panfleto de la marxista revolucionaria Rosa Luxemburgo, aunque desde el extremo opuesto del pequeño liberalismo».
Planes para acabar con el FBI y el Departamento de Educación
El Sr. Ramaswamy argumentó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) es estructuralmente anómalo, lo que le permite «[escapar] a la responsabilidad a nivel de gabinete».
Señaló que no existe un órgano de investigación independiente similar al FBI entre los fiscales locales y la policía local, como lo hay entre el Departamento de Justicia y los Alguaciles Federales.
«Es una fórmula para la corrupción», declaró el aspirante para 2024, argumentando que la agencia está plagada de despilfarro, redundancia y desviación de misión. Según él, la proliferación de misiones se agravó tras el 11-S.
Presentando un diagrama en el que se esbozaba el desmantelamiento del FBI durante su primer año en el cargo, el Sr. Ramaswamy dijo que trasladaría a algunos de sus empleados a los Alguaciles Federales, la Administración para el Control de Drogas y otros organismos menos «politizados» que la creación de J. Edgar Hoover.
«Las investigaciones sobre corrupción pasarán al Servicio Secreto. Las investigaciones de contraespionaje —que es una parte ínfima de sus empleados, pero importante, lo reconozco— pasarán a la Agencia de Inteligencia de Defensa, dependiente del DOD [Departamento de Defensa]», continuó el Sr. Ramaswamy.
Luego explicó cómo desmantelaría el Departamento de Educación (DOE, por sus siglas en inglés), que, según dijo, «nunca debería haber existido en primer lugar».
«Es la cabeza de la serpiente en lo que se refiere a la propagación del woke-ismo, el transgenerismo [y] el adoctrinamiento de nuestros hijos», dijo a su audiencia el inversor anti-woke, añadiendo que el radicalismo en algunas escuelas locales era a menudo consecuencia de los incentivos creados por el organismo federal.
El Sr. Ramaswamy dijo que los distritos que solicitan dinero al DOE deben atenerse a la línea en esas cuestiones candentes. Dijo que la exsecretaria de Educación del presidente Donald J. Trump, Betsy DeVos, no pudo poner en cintura a sus cargos.
«No creo que podamos reformar esta agencia», dijo.
«Lo que realmente necesitamos más en nuestro sistema educativo es una elección descentralizada que pertenezca a los padres».
Se comprometió a poner fin al departamento tras su primer año como presidente.
«La mitad de su presupuesto se devolverá a los estados y al pueblo», dijo entre aplausos, y añadió que los préstamos y becas pendientes pasarían a depender del Departamento del Tesoro.
El Sr. Ramaswamy dijo que transferiría al Departamento de Trabajo los actuales programas de mano de obra y formación profesional del DOE, que describió como «relativamente mal gestionados». Y, según su plan, algunas funciones relacionadas con el cambio de divisas pasarían al Departamento de Estado.
Revela la Comisión Reguladora Nuclear como nuevo objetivo
El candidato anunció que pretende cerrar una tercera agencia: la Comisión Reguladora Nuclear (NRC, por sus siglas en inglés).
La calificó de «la única manta húmeda, el amortiguador del renacimiento de la energía nuclear en los Estados Unidos de América».
El Sr. Ramaswamy señaló que actualmente las centrales nucleares de Estados Unidos tardan décadas en entrar en funcionamiento, y culpó de ello a la expansiva normativa de la NRC.
Argumentó que esas cargas han aumentado de forma contraintuitiva el riesgo de la energía nuclear para los estadounidenses, al dificultar que nuevos reactores más seguros se incorporen a la flota del país.
«La cultura de la propia agencia es hostil a la existencia de la energía nuclear en Estados Unidos de América», afirmó.
El Sr. Ramaswamy dijo que pondría fin a la NRC, transfiriendo lo que considera funciones útiles a la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés), el Departamento de Energía, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
«¿Son perfectas estas burocracias? No lo son», afirmó.
El Sr. Ramaswamy afirmó que, como presidente, podría adoptar legalmente estas medidas sin autorización del Congreso.
«La semana que viene», prometió. «Expondré la autoridad constitucional y estatutaria que tiene el presidente de EE. UU., como presidente debidamente elegido, para hacerlo realmente».
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