Los datos obtenidos a través de solicitudes de Libertad de Información (FOI) han revelado un aumento de las reclamaciones exitosas por lesiones causadas por la vacuna contra el COVID-19, que casi se han duplicado en tres meses.
Los pagos del gobierno británico por los lesionados por la vacuna han superado ya los 11.5 millones de libras, pero podrían ser incluso más.
Según las normas actuales, las víctimas de las vacunas contra el COVID-19 en el Reino Unido tienen derecho a una cantidad única de 120,000 libras en virtud del Plan de Indemnización por Daños Causados por Vacunas, si alguien puede demostrar que ha quedado gravemente discapacitado o que su familia ha fallecido como consecuencia de la vacunación.
En diciembre de 2020, los ministros acordaron añadir el COVID-19 al plan para demostrar «la confianza del gobierno en el perfil de seguridad» de cualquier vacuna que se utilice en el programa de vacunación.
Las reclamaciones las gestiona la Autoridad de Servicios Empresariales del Servicio Nacional de Salud, un organismo independiente del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.
Según una FOI fechada el 22 de mayo, se ha notificado a 96 demandantes que tienen derecho a una indemnización por daños causados por vacunas. Todas las reclamaciones se concedieron cuando se utilizó la vacuna de AstraZeneca.
Esta cifra es superior a la de marzo, cuando se notificó a 44 demandantes que tenían derecho al pago.
Las víctimas que han cobrado han desarrollado predominantemente trombocitopenia y trombosis inmunitarias inducidas por la vacuna/trombosis del seno venoso cerebral y síndrome de Guillain-Barré.
Reclamaciones
Pero las últimas cifras podrían ser incluso mayores. El Daily Mail reportó en junio de que la ministra de Sanidad, Maria Caulfield, había comunicado al Grupo Parlamentario Multipartidista de Daños Causados por Vacunas contra el COVID-19 que, hasta la fecha, se habían presentado 5738 solicitudes al plan, frente a las 5708 de mayo.
La publicación afirma que ya se han aprobado 105 solicitudes, con lo que la factura total hasta la fecha asciende a 12.6 millones de libras.
Según la FOI, 133 solicitudes no tuvieron éxito porque, aunque la solicitud cumplía los criterios de causalidad, el asesor médico independiente recomendó que la vacuna «no había causado una discapacidad grave».
El elevado listón de aceptación del gobierno exige que todos los solicitantes elegibles en el Reino Unido cumplan un estricto criterio de discapacidad del 60%.
De estas 133 reclamaciones, el número desglosado por tipo de vacuna fue de 92 para AstraZeneca, 31 para Pfizer y 10 para Moderna.
Peter Todd, abogado consultor de Scott-Moncrieff & Associates, ha iniciado una demanda contra AstraZeneca en virtud de la Ley de Protección de los Consumidores de 1987, en representación de docenas de personas que afirman haber sufrido reacciones graves o familiares fallecidos tras tomar la vacuna.
El equipo jurídico reclama a AstraZeneca una indemnización por daños personales, alegando que la vacuna «no era tan segura como el público tenía derecho a esperar».
The Epoch Times preguntó a Todd por qué la vacuna de AstraZeneca es la única perjudicial por encima de la norma del umbral del 60%.
«Creo que el gobierno acepta que las vacunas de ARNm causan miocarditis/pericarditis, pero creo que intentan sugerir que el pronóstico de esas condiciones es generalmente bueno», dijo.
«No creo que acepten todavía que causan otras lesiones, de ahí que no hayan concedido indemnizaciones», añadió.
Todd declaró anteriormente a The Epoch Times que el gobierno británico había «acordado en el contrato de adquisición de la vacuna indemnizar a AstraZeneca por cualquier responsabilidad de este tipo, por lo que pedimos al gobierno que haga lo correcto y apoye a las personas que fueron vacunadas y les ayude a hacer frente a la devastadora consecuencia de las lesiones que les han cambiado la vida».
«Se aplican plazos estrictos a este tipo de reclamaciones, por lo que cualquiera que piense que puede haberse visto afectado de forma similar debe ponerse en contacto», añadió.
Tarjeta amarilla
El Reino Unido fue el primer país del mundo en aprobar la vacuna contra el COVID-19 de la Universidad de Oxford/AstraZeneca en 2020. El gobierno británico no va a encargar futuros suministros de la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca, según la Fundación Británica del Corazón.
En el Reino Unido, las vacunas de ARNm Moderna y Pfizer-BioNTech han sido aprobadas para su uso en programas de refuerzo estacionales. Las tres empresas cuentan con indemnizaciones legales que las protegen de ser demandadas por daños y perjuicios.
The Epoch Times entiende que la única forma de exigir responsabilidades a un fabricante de vacunas como parte perjudicada es en virtud de la Ley de Protección del Consumidor de 1987. Se desconocen los detalles de la indemnización que los fabricantes de vacunas tienen con el gobierno.
Tanto el público como los profesionales de la salud pueden informar de daños graves causados por vacunas en el sitio web gubernamental de notificación de la Tarjeta Amarilla, que se creó en 2020 como proceso adicional de supervisión de los medicamentos ya aprobados. Del total de 355,000 notificaciones de efectos secundarios «graves», menos de 10,000 fueron notificadas por profesionales médicos.
Con la notificación de la Tarjeta Amarilla, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, por sus siglas en inglés) afirma que «no pueden sacarse conclusiones sobre la seguridad y los riesgos de las vacunas basándose únicamente en los datos que figuran en el informe».
AstraZeneca ha declarado anteriormente a The Epoch Times que «la seguridad del paciente es nuestra máxima prioridad y las autoridades reguladoras tienen normas claras y estrictas para garantizar el uso seguro de todos los medicamentos, incluidas las vacunas».
The Epoch Times se puso en contacto con el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social y con AstraZeneca para recabar sus comentarios.
The Epoch Times también se puso en contacto con el Grupo Parlamentario de Todos los Partidos contra el COVID-19 sobre Daños por Vacunas para obtener comentarios.
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