Reino Unido impuso sanciones a cinco bancos rusos y a tres personas adineradas en respuesta a la orden del presidente ruso Vladimir Putin de trasladar tropas al este de Ucrania.
Putin anunció el 21 de febrero que Rusia considerará independientes dos zonas de la región ucraniana de Donbás, y firmó un decreto por el que se autoriza el envío de tropas rusas a la zona para las llamadas «operaciones de mantenimiento de la paz».
Dirigiéndose a la Cámara de los Comunes el 22 de febrero, el primer ministro Boris Johnson describió la medida de Moscú como una «nueva invasión» de Ucrania, y advirtió que Putin está «estableciendo el pretexto para una ofensiva a gran escala».
Dijo a los parlamentarios: «Ahora el Reino Unido y nuestros aliados comenzarán a imponer las sanciones a Rusia que ya hemos preparado utilizando los nuevos poderes sin precedentes otorgados por esta Cámara para sancionar a individuos y entidades rusas de importancia estratégica para el Kremlin».
Johnson dijo que se desplegarían sanciones inmediatas contra cinco bancos rusos —Rossiya, IS Bank, General Bank, Promsvyazbank y el Banco del Mar Negro— así como contra tres «individuos de muy alto patrimonio».
«Se congelarán todos los activos que tengan en el Reino Unido, se prohibirá a las personas afectadas que viajen aquí y prohibiremos a todas las personas y entidades del Reino Unido que tengan tratos con ellos», dijo.
«Este es el primer tramo, la primera andanada, de lo que estamos dispuestos a hacer y tenemos más sanciones en disposición de ser desplegadas».
El primer ministro dijo que Occidente «debe prepararse ahora para las siguientes etapas posibles del plan de Putin: la subversión violenta de zonas del este de Ucrania por parte de agentes rusos y sus asalariados, seguida de una ofensiva general por parte de los casi 200,000 soldados rusos reunidos en las fronteras en plena disposición de ataque».
Dijo: «No podemos saber lo que ocurrirá en los próximos días, pero debemos prepararnos para una crisis prolongada. El Reino Unido afrontará este reto codo con codo con nuestros aliados, decidido a no permitir que Putin arrastre a nuestro continente de nuevo a un estado de naturaleza hobbesiano».
El líder laborista Sir Keir Starmer celebró las sanciones, pero dijo que «debemos estar preparados para ir más allá».
Dijo que entiende la táctica de frenar las sanciones para intentar disuadir una invasión del resto de Ucrania, «pero ya se ha traspasado un umbral».
Starmer dijo que una nación soberana «ha sido invadida en una guerra de agresión», y «si no respondemos con el conjunto completo de sanciones ahora, Putin se llevará una vez más el mensaje de que los beneficios de la agresión superan los costos».
Dijo que Rusia debería ser excluida de mecanismos financieros como Swift, que debería prohibirse la negociación de la deuda soberana rusa, que debería impedirse a Russia Today «emitir su propaganda en todo el mundo» y que debería cancelarse Nord Stream 2.
La ex primera ministra Theresa May dijo que el mundo está en los «tiempos más graves» y llamó la atención sobre «una tendencia mundial más amplia de estados autoritarios que intentan imponer su forma de pensar a los demás».
«La batalla en la que debemos participar ahora es nada más y nada menos que la defensa de la propia democracia», advirtió.
Johnson dijo que su predecesor tenía «toda la razón», y añadió: «Eso es lo que está en juego y lo que ocurre ahora en Ucrania está siendo observado en todo el mundo, y los ecos se oirán en Taiwán, en Asia Oriental y en todo el mundo».
Con información de PA Media.
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