La escritora de opinión y editora del New York Times, Bari Weiss, renunció al emblemático periódico, alegando en una carta de renuncia que fue intimidada por expresar puntos de vista conservadores, la misma razón por la que fue incorporada en primer lugar, según dijo.
«Fui contratada con el objetivo de traer voces que de otro modo no aparecerían en sus páginas: de escritores noveles, centristas, conservadores y otros que no pensarían naturalmente en el Times como su hogar», escribió Weiss en una carta al editor del periódico, Arthur G. Sulzberger.
Dijo que fue contratada hace tres años en medio de un examen de conciencia del periódico después de su «fracaso en anticipar el resultado de las elecciones de 2016» y una aparente conclusión por parte de la dirección de que el New York Times que había perdido el rumbo de lo que impulsaba a la gente en algunas partes de Estados Unidos.
«La prioridad en Opinión era ayudar a corregir esa deficiencia crítica», escribió, calificando como un honor la oportunidad de trabajar hacia ese objetivo. Sin embargo, con el tiempo, se desilusionó cada vez más, argumentando que un «nuevo macartismo» se había apoderado del periódico, obligando a los periodistas a conformarse con una «ortodoxia» ideológica, con la mafia de Twitter sirviendo como «su último editor».
Afirmó que el periódico llegó a ver la «verdad» no como «un proceso de descubrimiento colectivo, sino como una ortodoxia ya conocida por unos pocos iluminados cuyo trabajo es informar a todos los demás».
“Siempre me enseñaron que los periodistas estaban a cargo de escribir el primer borrador de la historia. Ahora, la historia misma es una cosa más efímera moldeada para ajustarse a las necesidades de una narración predeterminada”, escribió.
Weiss afirmó que fue sometida a «un acoso constante por parte de colegas que no estaban de acuerdo con mis puntos de vista», alegando que sus colegas periodistas del New York Times la llamaban «una nazi y una racista».
«Hay términos para todo esto: discriminación ilegal, ambiente de trabajo hostil, y despido forzado», escribió Weiss, añadiendo, «No soy una experta legal. Pero sé que esto está mal».
Además, dijo que su experiencia no fue la única.
«La verdad es que la curiosidad intelectual —por no hablar de la toma de riesgos— es ahora un problema en el Times. ¿Por qué editar algo desafiante para nuestros lectores, o escribir algo audaz solo para pasar por el anestesiante proceso de hacerlo ideológicamente aceptable, cuando podemos garantizar la seguridad laboral (y los clics) publicando nuestro artículo de opinión número 4000, argumentando que Donald Trump es un peligro extraordinario para el país y el mundo? Y así, la autocensura se ha convertido en la norma», escribió.
Su carta desató una serie de reacciones en las redes sociales.
Ayaan Hirsi Ali, activista de derechos humanos y miembro del Instituto Hoover, escribió en un tuit: “El New York Times fue una vez un gran periódico. Ya no lo es. Ahora es rehén de un pequeño grupo de terroristas de la censura. Ayer acosaron a James Bennet y hoy es Bari Weiss quien tuvo que irse. ¿Quién es el siguiente?».
El Centro de Investigación de Medios, un organismo de control de medios conservadores que se centra en informar sobre los prejuicios de los medios liberales, escribió en un tuit: «The @nytimes ha demostrado que su periódico no busca la verdad. La renuncia de @bariweiss es solo el comienzo de la caída del New York Times».
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