Al menos dos explosiones ocurrieron cerca del aeropuerto en Kabul, Afganistán, el 26 de agosto, complicando los esfuerzos para evacuar a estadounidenses, afganos y otras personas que intentan abandonar el país antes de que Estados Unidos retire sus tropas.
Una bomba estalló en la Puerta de la Abadía del Aeropuerto Internacional Hamid Karzai, según informó el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby. Al menos otra explosión estalló en el Hotel Baron o en sus proximidades, que se encuentra a poca distancia de la Puerta de la Abadía.
Las bombas causaron varias víctimas estadounidenses y civiles, escribió Kirby en Twitter.
Los funcionarios de un hospital en Kabul le dijeron a Tolo News, un medio afgano, que al menos 60 personas resultaron heridas en las explosiones.
Los talibanes dijeron que al menos 52 personas resultaron heridas y que al menos 13 murieron, incluidos niños.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia declaró que las bombas mataron, al menos, a 13 personas. Otros quince resultaron heridos, dijo el ministerio.
Paul Farthing, un exinfante de marina británico que ahora dirige un refugio de animales en Afganistán, le dijo a la agencia de noticias PA que estaba fuera del aeropuerto cuando se presentó la explosión inicial.
“De repente escuchamos disparos y nuestro vehículo fue atacado, si nuestro conductor no se hubiera dado la vuelta, un hombre con un AK-47 le habría disparado en la cabeza”, dijo. “Hemos estado en el aeropuerto y hemos salido del aeropuerto; todo es un desastre”.
La canciller alemana, Angela Merkel, les dijo a los periodistas en Berlín: “No conocemos todos los detalles, pero los terroristas tenían como objetivo a las personas que esperaban en las puertas del aeropuerto con la esperanza de salir. Quieren seguridad y libertad para ellos y por eso es un ataque absolutamente horrendo en una situación muy, muy tensa”.
Fotos posteriores al momento de la explosión mostraban a personas heridas y ensangrentadas que eran transportadas un hospital cercano.
Las explosiones ocurrieron poco después de que el ministro de las Fuerzas Armadas de Gran Bretaña, James Heappey, advirtiera que existía una amenaza «muy creíble» sobre un inminente atentado de ISIS en el aeropuerto.
Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia instaron a los ciudadanos a no viajar al aeropuerto, el 25 de agosto.
La embajada de Estados Unidos en Kabul advirtió sobre «amenazas a la seguridad» no especificadas.
«No puedo entrar en los detalles de la información de la amenaza, pero claramente se consideró creíble, inminente y convincente», dijo Ross Wilson, embajador de Estados Unidos en Afganistán, en ABC News el 26 de agosto, justo antes de la explosión. «Nuestra intención era instar a los estadounidenses y, francamente, a otros, a que no vinieran al aeropuerto».
Cerca de 1500 estadounidenses permanecen en Afganistán, dijo el 24 de agosto el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
Miles de personas han estado corriendo hacia el aeropuerto para tratar de huir del país, controlado por los talibanes, antes de que las tropas estadounidenses se retiren.
Varios países europeos han detenido o se están preparado para detener las evacuaciones mientras Canadá finaliza sus actividades de evacuación.
«La realidad en el terreno es que el perímetro del aeropuerto está cerrado», dijo el general Wayne Eyre, jefe interino del personal de defensa de Canadá, en una conferencia de prensa llevada a cabo el 26 de agosto. «Los talibanes han apretado la soga. Es muy, muy difícil para cualquiera pasar en este punto».
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