La fabricación puede trasladarse a América Latina en lugar de a Estados Unidos como forma de acelerar el proceso de desvinculación de China, afirma el representante Mark Green (R-Tenn.).
Green fue nombrado recientemente miembro principal del Subcomité del Hemisferio Occidental en la Cámara de Representantes.
«Así que, al contemplar lo que está sucediendo en América Latina, debido al auge de las materias primas de China —llegaron y obtuvieron el petróleo y los metales— me di cuenta de que eso creó problemas de divisas durante los últimos 15 años para América del Sur, América Central. Y como su moneda se volvió repentinamente muy valiosa para los chinos, se volvió muy barato para ellos comprar productos manufacturados chinos», dijo Green al programa «American Thought Leaders» de The Epoch Times.
«Así que en lugar de desarrollar su propia base industrial, compraron cosas de China. Y eso ha perjudicado su empleo en el sector manufacturero en América Latina, América Central», dijo Green, que habló en el marco de la Conferencia de Acción Política Conservadora en Florida durante el fin de semana.
Con el creciente consenso durante la pandemia del COVID-19 de que Estados Unidos debe desvincularse o reducir su dependencia de la manufactura de origen chino, la situación de América Latina presenta una oportunidad, dice Green.
«Podemos utilizar y dirigir parte de los dólares de desarrollo a América Latina para aumentar la fabricación allí. Las empresas —especialmente las estadounidenses— que su modelo de negocio no les permite volver a Estados Unidos por el coste de la mano de obra, enviémoslas a América Latina. Crearemos una base manufacturera que creará puestos de trabajo allí, lo cual funcionará con nuestro problema de inmigración, y ayudará a nuestra inmigración; siempre que se crean puestos de trabajo en América Latina, se reduce el flujo a través de nuestra frontera sur», dijo.
«Así que esto es un ganar-ganar-ganar. Desvincularse de China, ayudar a nuestros amigos del sur y ayudar en nuestro problema de inmigración en la frontera sur».
Varios demócratas han manifestado su apoyo a ese punto de vista, dijo Green, y añadió que espera plantear el tema en el pleno de la Cámara.
Green también ha trabajado en una legislación que financiaría totalmente a una empresa con sede en EE. UU. que volviera a operar en el país, permitiendo a las empresas una condonación fiscal por el costo del traslado.
«También hay muchas otras cosas que tenemos que hacer y en esa parte de fabricación relativa a la seguridad nacional, pero ese es uno de mis proyectos de ley», dijo.
En una carta enviada el año pasado a los líderes del Congreso, Green les instó a que incluyeran incentivos para que las empresas estadounidenses pudieran trasladarse desde China.
«Deberíamos permitir temporalmente que las empresas estadounidenses que vuelvan a trasladarse desde China carguen el 100% de los costes de traslado [a otros]. Y, si bien, personalmente no soy fanático de los aranceles, deberíamos pagar esto con los aranceles existentes que el presidente Trump impuso a China, mientras permanezcan. El pueblo estadounidense ha sufrido lo suficiente —y el contribuyente estadounidense ha pagado lo suficiente— por un virus en el que no tuvo nada que ver. Es hora de dejar que China lo pague», dijo.
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