Residentes chinos buscan ayuda a través de redes sociales en medio de severas políticas sobre COVID-19

Por Frank Fang
31 de marzo de 2022 12:19 PM Actualizado: 31 de marzo de 2022 12:19 PM

Los residentes chinos que viven en la ciudad nororiental de Changchun están pidiendo ayuda a través de Internet, después de que las autoridades locales les dijeran que no salieran de sus casas debido a las medidas de prevención contra COVID-19.

El 30 de marzo, el Sr. Zhao, uno de los residentes que pidió ayuda en Internet escribió en la red social china Weibo que dos días antes su madre había dado positivo en la prueba de detección de COVID-19 y que tanto él como su mujer y su bebé tenían síntomas de COVID-19.

«Ahora, tres adultos y un niño de 5 meses tienen fiebre de 38.8 grados centígrados», escribió, añadiendo que había hecho numerosas llamadas pero que ni el comité de su comunidad ni las autoridades locales de prevención de enfermedades se ofrecieron a prestar ayuda.

«No tenemos medicinas ni alimentos en casa… [nuestra puerta principal] ha estado sellada durante cuatro días y nuestro comité comunitario no nos ha enviado ningún suministro», añadió. «No quiero ver a mi hijo morir en casa. Espero que los usuarios compartan mi posteo para que podamos recibir ayuda».

Horas después de publicar su posteo en Internet, Zhao contó a The Epoch Times cómo las autoridades locales les habían ignorado por completo.

«Pedimos que nuestro hijo se sometiera a una prueba de ácido nucleico, pero el comité comunitario se negó. Mi mujer y yo también pedimos que nos hicieran la prueba, pero la petición fue rechazada», dijo a continuación. «Nuestros síntomas son iguales a los que tenía mi madre cuando dio positivo por primera vez».

Zhao dijo que sospechaba que todos ellos tenían el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), el microorganismo causante de la enfermedad COVID-19.

Además criticó el trato recibido por su madre, ya que nadie llegó para trasladarla a una sala de aislamiento ni a enviarla a un centro médico para que reciba tratamiento.

Los funcionarios de la comunidad también se negaron a enviarles comida, según Zhao.

Changchun ha sido una de las muchas zonas de China duramente afectadas por la propagación de la variante del coronavirus ómicron. En marzo, la ciudad informó de más de 10,000 casos de infección, aunque el número real podría ser mucho mayor, ya que los expertos y algunos residentes chinos han expresado anteriormente su escepticismo sobre las cifras oficiales del país durante la pandemia.

El aumento de los casos de infección hizo que las autoridades sanitarias de Changchun anunciaran el 11 de marzo duras medidas de cierre, poniendo a todas las comunidades bajo «gestión de aislamiento» y exigiendo a las empresas que suspendan sus operaciones. Además, todos los residentes de la ciudad deben someterse a las pruebas de COVID-19.

Estas pruebas de detección del virus masivas no se limitan a Changchun, sino que se dan en toda China. El régimen está utilizando las pruebas masivas para perseguir a todos los casos del virus, aislar a las personas expuestas al mismo y bloquear las zonas donde se registran casos, en una política conocida como «cero COVID-19».

Sin embargo esta política está alimentando un creciente descontento en China, ya que los residentes están en desacuerdo de tener que asumir los costos económicos y psicológicos que conllevan estos métodos.

Una residente de Changchun llamó la atención de las autoridades sanitarias locales tras pedir ayuda en Internet.

La Sra. Sun publicó un posteo en Weibo el 30 de marzo, diciendo que su marido ya había dado positivo en la prueba de COVID-19. Sin embargo, los funcionarios locales no habían acudido a su casa para examinar a otros miembros de la familia, incluida ella misma. Ahora, ella tenía síntomas de COVID-19, al igual que sus cuatro hijos.

Sun expresó su esperanza de que todos los miembros de su familia se sometieran pronto a las pruebas de COVID-19 y recibieran tratamiento médico.

Lin Wei (un seudónimo), pariente de Sun, indicó que los funcionarios locales fueron a la casa de Sun y examinaron a todos, después de que Sun publicara sus demandas en línea, en una entrevista con The Epoch Times.

Sin embargo creía que si los funcionarios hubieran actuado con más rapidez, acudiendo antes a la casa de Sun y aislando a todos, los niños no estarían infectados.

Su marido habría contraído el virus el 28 de marzo, le informaron a Lin.  Al día siguiente, un funcionario acudió a la casa de Sun, pero solo quiso examinar a dos de los cuatro niños. Ese mismo día, las autoridades locales sellaron la puerta principal de la casa de Sun, impidiendo a la familia salir al exterior.

Entonces, Sun comenzó a llamar a múltiples oficinas gubernamentales en busca de ayuda, incluida la oficina del alcalde, pero nadie fue capaz de resolver los problemas de su familia, dijo Lin.

Según Lin, Sun, su marido y sus hijos siguen en una situación desesperada con falta de alimentos y medicinas, y sin saber si alguna vez recibirán tratamiento médico.

Lin criticó a los funcionarios de la comunidad de Sun, diciendo que no se preocupan realmente de lo que les pueda pasar a Sun y a su familia.

Con la colaboración de Zhao Fenghua y Hong Ning


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