Rusia pospone el pago de la deuda de Cuba

Por Nicholas Dolinger
24 de febrero de 2022 12:29 PM Actualizado: 24 de febrero de 2022 12:29 PM

La Federación Rusa ha acordado aplazar el pago de ciertas deudas que la República de Cuba tiene con ella, lo que permitirá al pequeño país insular pagar hasta 2027 una deuda externa de miles de millones de dólares.

Estas deudas, que ascienden a un total de 2300 millones de dólares, son el resultado de numerosos préstamos realizados por Rusia a favor de la generación de energía, metales e infraestructuras de transporte en Cuba.

Las nuevas condiciones de pago de la deuda, que fueron aprobadas por la Duma rusa el martes, fueron redactadas originalmente por la legislatura cubana el año pasado.

El momento del nuevo anuncio sugiere que es, en parte, un acto de gratitud de Moscú por la respuesta de Cuba a los recientes acontecimientos en Ucrania y sus regiones escindidas. El gobierno cubano ha expresado su apoyo al reconocimiento por parte del presidente ruso Vladimir Putin de las regiones separatistas del Donbás en Ucrania, y Cuba ha acusado a Estados Unidos de librar una «guerra de propaganda» contra lo que percibe como la legítima anexión de los territorios étnicamente rusos de Luhansk y Donetsk.

No es la primera vez que Rusia se muestra indulgente con el pago de la deuda. En el verano de 2014, apenas unos meses después de la anexión rusa de Crimea —que el gobierno cubano reconoció como legítima— Putin visitó La Habana para ofrecer la condonación del 90 por ciento de las deudas cubanas de la era soviética con Rusia.

La nación comunista también ha buscado la condonación de la deuda por parte de los acreedores occidentales, apelando en numerosas ocasiones al Club de París para obtener aplazamientos de sus deudas internacionales. El aplazamiento más reciente se produjo el pasado mes de octubre, cuando el Club de París acordó retrasar un año los pagos de la deuda cubana hasta noviembre de 2022.

La deuda ha sido un desafío persistente para la economía cubana, y el régimen comunista del país ha luchado durante décadas para recaudar suficientes ingresos para pagar los intereses de sus deudas externas pendientes. Aunque algunos analistas esperaban que el restablecimiento de las relaciones diplomáticas formales entre Cuba y Estados Unidos anunciara una recuperación económica, el comercio internacional de la nación isleña en realidad ha disminuido en miles de millones de dólares desde que los países se reconciliaron en 2015, y los inversores extranjeros son cautelosos a la hora de invertir en un país tan acosado por sus deudas pendientes.

La carga de la deuda ha retrasado el crecimiento económico de la isla y ha provocado escasez de alimentos y medicinas, lo que culminó el año pasado en el mayor movimiento de protesta del país desde la instauración del comunismo cubano en 1959. El virus del PCCh (Partido Comunista Chino) ha sido especialmente desafiante para Cuba, ya que el país ha esperado reactivar su incipiente economía haciendo hincapié en el turismo, una industria que se ha visto especialmente perjudicada por las restricciones pandémicas del gobierno.

Así pues, Cuba se encuentra en una posición similar a la que tuvo en el período inmediatamente posterior a la Guerra Fría: aislada internacionalmente, empujada cada vez más hacia la esfera de influencia de Rusia y con un aparente vacío de soluciones al problema. Aunque el gobierno ha realizado tibias reformas de mercado, éstas están resultando insuficientes para abordar la situación de la deuda. Por el momento, es probable que Cuba continúe arrastrándose para obtener prórrogas de la deuda de sus benefactores más poderosos, mientras su economía se retrasa y su pueblo se muestra cada vez más inquieto por la lentitud del progreso.


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