Un veterano de la Marina estadounidense que retuvo durante varios minutos a un vagabundo que actuaba de forma errática en el metro de Nueva York se entregó a las autoridades el viernes por la mañana para enfrentarse a un cargo de homicidio involuntario.
Daniel Penny fue grabado en video entrando en la comisaría 5ª de Chinatown junto con sus abogados, Thomas Kenniff y Steven Raiser.
En una breve declaración a los periodistas fuera de la comisaría, Kenniff dijo que esperaba una comparecencia más tarde el viernes y que el proceso «se desarrollará a partir de ahí».
El fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, confirmó esta semana que Penny será detenido acusado de homicidio en segundo grado por la muerte de Jordan Neely. Los cargos conllevan una pena máxima de 15 años de prisión.
«No podemos proporcionar ninguna información adicional hasta que haya sido procesado en el Tribunal Penal de Manhattan, lo que esperamos que tenga lugar mañana», declaró Bragg el jueves.
Un cargo de homicidio involuntario en segundo grado en Nueva York requerirá que el jurado determine que una persona ha incurrido en una conducta imprudente que crea un riesgo injustificable de muerte, y luego desatienda conscientemente ese riesgo.
El bufete de abogados de Penny, Raiser and Kenniff, dijo en un comunicado a los medios de comunicación que confían en que será «totalmente absuelto de cualquier delito».
«Cuando el señor Penny, un veterano condecorado de los Marines, intervino para protegerse a sí mismo y a sus compañeros neoyorquinos, su bienestar no estaba asegurado», dijeron. «Arriesgó su propia vida y su seguridad por el bien de sus compañeros. El desafortunado resultado fue la muerte involuntaria e imprevista del Sr. Neely».
La semana pasada, el bufete de abogados alegó en un comunicado que su cliente, de 24 años, actuó en defensa propia cuando sujetó a Neely por el cuello en el tren F el 1 de mayo, lo que supuestamente le causó la muerte por compresión del cuello, según el forense.
Los abogados también alegaron que su cliente no pretendía matar a Neely, un hombre de 30 años cuyos amigos dicen que sufría un deterioro de su salud mental. Añadieron que Neely se había comportado de forma agresiva con otros pasajeros del metro y que Penny intervino para hacer lo que creía correcto y parecía razonable.
Los testigos informaron de que Neely se quejaba en voz alta, supuestamente gritando: «Quiero comida», «No acepto un no por respuesta», «Estoy listo para volver a la cárcel» y «Haré daño a cualquiera en este tren». También informaron que había acosado a pasajeros durante años.
Neely tiene un largo historial delictivo que incluye docenas de detenciones previas y también tenía una orden de detención relacionada con un delito grave de agresión en el momento de su muerte.
Mientras tanto, han aparecido en Internet imágenes de video en las que se ve a Penny y a otro hombre que ayudó a inmovilizarlo prestándole ayuda colocando a Neely en «posición de recuperación» después de que cayera inconsciente. El video también muestra que Neely seguía vivo después de que Penny lo liberara de la llave de estrangulamiento.
Creciente crisis de salud mental
La muerte de Neely ha vuelto a llamar la atención sobre varios problemas del estado, como la delincuencia en el metro, la forma de tratar los trastornos mentales y la creciente población de personas sin hogar de la ciudad.
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo en un comunicado el 1 de mayo que «cualquier pérdida de vida es trágica», al tiempo que señaló que «había graves problemas de salud mental en juego».
«Dejemos que el fiscal lleve a cabo su investigación con las fuerzas policiales. Realmente interferir en ello no es lo correcto», dijo Adams.
La representante de Nueva York Alexandria Occasio-Cortez reaccionó a las declaraciones de Adams, expresando su frustración por no poder acusar directamente a Penny de asesinato.
«Sinceramente, esto parece un nuevo punto bajo: no poder condenar claramente un asesinato público porque la víctima era de un estatus social que algunos considerarían ‘demasiado bajo’ para preocuparse por ella», escribió en Twitter. La declaración de Adams no incluía las palabras «demasiado bajo».
La semana pasada, el bufete de abogados de Penny también culpó a los funcionarios electos de hacer la vista gorda ante las enfermedades mentales en el estado. «Esperamos que de esta horrible tragedia surja un nuevo compromiso por parte de nuestros funcionarios electos para abordar la crisis de salud mental en nuestras calles y subterráneos», dijeron.
El 3 de mayo, el interventor de la ciudad de Nueva York, Brad Lander, expresó su frustración por el uso de la fuerza por parte de Penny para someter a Neely.
«Nueva York no es Gotham. No debemos convertirnos en una ciudad en la que un vigilante pueda asfixiar hasta la muerte a un enfermo mental sin consecuencias», escribió en Twitter.
En respuesta al tuit, el excomisario del Departamento de Policía de Nueva York Bernard Kerik afirmó que los ciudadanos tienen derecho a defenderse.
«¡Ustedes, más bien neoyorquinos, serían aterrorizados, asaltados y asesinados a manos de lunáticos y matones!», escribió Kerik. «Si usted hiciera su trabajo, habría más policías en la red de metro, para que estas cosas no ocurrieran. Pero no le diga a la gente que no puede defenderse».
Con información de The Associated Press y Caden Pearson.
De NTD News
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