Los correos electrónicos que recién aparecieron indican que el Departamento de Educación de EE. UU. podría haber jugado un papel más importante de lo que se pensaba anteriormente en la creación de una carta muy controvertida, que comparaba a los padres preocupados con terroristas domésticos.
En una carta (pdf) enviada al presidente Joe Biden el 29 de septiembre de 2021, la Asociación Nacional de Juntas Escolares (NSBA) describió las interrupciones en las reuniones de la junta escolar como «una forma de terrorismo doméstico y crimen de odio». La organización también instó al gobierno federal a invocar las leyes antiterroristas para sofocar a las «turbas enojadas» de padres que buscan responsabilizar a los directivos escolares por enseñar la marxista teoría crítica de la raza y por imponer restricciones de COVID-19, como las ordenes de uso de mascarillas a sus hijos.
Tan solo cinco días después, el 5 de octubre, el fiscal General de EE. UU., Merrick Garland, emitió un memorando en el que ordenaba a las fuerzas de seguridad federales que ayudaran a hacer frente a un supuesto «aumento preocupante del acoso, la intimidación y las amenazas de violencia» contra los profesores y los líderes escolares. El memorando sigue en vigor, a pesar de que la NSBA se ha disculpado y anuló la carta.
Según los intercambios de correos electrónicos obtenidos por el grupo de defensa Parents Defending Education (PDE), la carta de la NSBA parece ser una respuesta a una solicitud de información del Secretario de Educación de Estados Unidos, Miguel Cardona.
El 5 de octubre, Marnie Maldonado miembro de la junta de la NSBA, envió un correo electrónico (pdf) a Kristi Swett también miembro de la junta, preguntándole si la NSBA había seguido todos los procedimientos correctos antes de enviar la carta a Biden.
«Estoy muy preocupada por el proceso mediante el cual se hizo la declaración y el modo que esencialmente permitió llegar a la Casa Blanca para instruir al fiscal general a considerar a los miembros de nuestra comunidad como ‘terroristas domésticos'», escribió Maldonado, y agregó que quería que la NSBA «se centrara en el civismo».
En respuesta, Swett dijo que estaba de acuerdo en que había «problemas de comunicación» dentro de la NSBA. También mencionó que Chip Slaven, entonces director interino de la NSBA, «les dijo a los oficiales que estaba escribiendo una carta para proporcionar información a la Casa Blanca, a partir de una solicitud del secretario Cordona [sic]».
En entrevista con Fox News, la presidenta del PDE, Nicole Neily, indicó que la carta que habría solicitado Cardona y la carta de «terrorismo doméstico» son lo mismo.
«En caso de que esta acusación sea cierta, revelaría que la guerra arbitraria de esta administración contra los padres proviene de los niveles más altos», dijo Neily a Fox News.
«El fiscal general Merrick Garland declaró inequívocamente que basó su memorando en la carta de la NSBA, que a su vez movilizó al FBI y a los fiscales estadounidenses», dijo. «Si el secretario Cardona realmente estuvo involucrado en este desagradable episodio, es una significativa violación de la confianza pública y debe rendir cuentas».
La nueva información llega en medio de cuestionamientos sobre la participación de la administración Biden en la creación de la carta de la NSBA, que aún sirve como base para una serie de medidas adoptadas por el Departamento de Justicia.
Según los archivos internos filtrados al representante Jim Jordan (R-Ohio), el principal republicano en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, la División de Investigación Criminal del FBI creó una nueva «etiqueta de amenaza» titulada «EDUOFFICIALS» y ordenó a los agentes que aplicaran la etiqueta a todas las «investigaciones y evaluaciones de amenazas» relacionadas con las juntas escolares.
«Esta revelación proporciona pruebas concretas de que las fuerzas de seguridad federales utilizaron herramientas antiterroristas a instancias de un grupo de interés especial de izquierdas contra padres preocupados», dijo Jordan en una carta a Garland. «Las acciones del FBI fueron un resultado totalmente previsible—y quizás intencionado—de su memorando del 4 de octubre».
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