Seguir el liderazgo de la OMS sobre el virus del PCCh no es el enfoque más sabio

Por Lee Harding
18 de marzo de 2020 8:00 PM Actualizado: 21 de marzo de 2020 3:32 PM

Comentario

El brote del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), conocido comúnmente como el nuevo coronavirus, que comenzó en China y se extendió rápidamente por todo el mundo, ha llevado finalmente a la prohibición de viajar a Canadá. El primer Ministro Justin Trudeau anunció el 16 de marzo que solo se permitiría la entrada a los ciudadanos canadienses, los residentes permanentes y los ciudadanos estadounidenses.

Esta decisión se basó en el asesoramiento de expertos canadienses en salud y de la Organización Mundial de la Salud, ha dicho la Ministra de Empleo, Carla Qualtrough.

Pero la propia respuesta de la OMS al brote —y a la gestión de éste por parte de Beijing— ha sido criticada por ser débil y por seguir básicamente el liderazgo de Beijing, dado que la organización tiene estrechos vínculos con el régimen chino.

Conforme a sus derechos, Ottawa debería haber prohibido los viajes a China inmediatamente después de que se hiciera pública la noticia del brote. Pero eso habría molestado a Beijing.

El 23 de enero, China informó de 557 casos de COVID-19 y 17 muertes. Ya había casos de cuarta generación, grupos de infección fuera de Wuhan en la provincia de Hubei —el epicentro del brote— y casos confirmados en Japón, Corea, Tailandia y posiblemente Singapur.

China puso a Wuhan y a su población de 11 millones de habitantes en cuarentena, pero 5 millones ya se habían ido. [Esos 5 millones de habitantes] se unieron a viajeros de todo el mundo que convergieron en toda China para sus celebraciones de Año Nuevo el 25 de enero.

La caja de Pandora ya estaba abierta. Sin embargo, tras una reunión de funcionarios de la OMS celebrada el 23 de enero, el director general, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo: «Se trata de una emergencia en China, pero aún no se ha convertido en una emergencia sanitaria mundial».

El 30 de enero una declaración de la OMS advirtió: «Se espera que en cualquier país puedan aparecer más casos de exportación internacional». Sin embargo, dos semanas antes, y para muchos de los que la siguieron, la OMS aconsejó «no aplicar ninguna restricción de viaje o comercial a China».

China había suprimido agresivamente los testimonios de los ciudadanos que indicaban que el brote era peor de lo que los medios de comunicación del régimen dejaban ver. El 28 de enero, Tedros viajó a Beijing para reunirse con el jefe del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, y luego elogió públicamente los esfuerzos de China.

El 30 de enero, la OMS anunció 7781 casos de virus del PCCh en 18 países y declaró una emergencia internacional. John MacKenzie, miembro del comité ejecutivo de la OMS, dijo que la respuesta internacional habría sido diferente si China no se hubiera involucrado en un encubrimiento «reprobable», informó The Financial Times.

Casi de inmediato, Estados Unidos, Australia y Singapur decidieron bloquear la entrada a los extranjeros de China o a los que hubieran estado allí recientemente.

El 3 de febrero, el mismo Tedros que elogió a China por su prohibición de viajar, reprendió a otras naciones por las suyas, diciendo en una reunión anual de la OMS: «No hay razón para medidas que interfieran innecesariamente con viajes y el comercio internacional. Hacemos un llamamiento a todos los países para que implementen decisiones que estén basadas en evidencia y sean consistentes».

Para entonces, esas pruebas consistían en más de 17,000 infecciones en 23 países.

Tedros dijo en la Conferencia de Seguridad de Munich el 15 de febrero que «China compró el tiempo del mundo». Tenía prohibiciones de viaje que no recomendó.

La OMS tardó hasta el 11 de marzo en declarar a COVID-19 una pandemia mundial. Para entonces, se confirmaron 118,000 casos en 110 territorios. ¿Por qué tanto tiempo?

«‘Pandemia’ no es una palabra para usarla a la ligera o por descuido. Es una palabra que, si se usa mal, puede causar un miedo irrazonable», explicó Tedros, al advertir de una «crisis que afectará a todos los sectores».

¡Ah, así que el virus del PCCh afectaría a los viajes y al comercio después de todo, solo que ahora era demasiado tarde para contener la enfermedad también!

La OMS respondió más decididamente al SARS en 2003. Dirigida por la Dra. Gro Harlem Brundtland, la OMS aconsejó no viajar al epicentro de la enfermedad en el sur de China. Incluso reprendió al país por el arresto de los denunciantes y la censura de los medios de comunicación en relación con el brote.

Tedros, sin embargo, no podía olvidar el apoyo que Beijing le dio para convertirse en director general. Hablando en la Universidad de Beijing poco antes de ser elegido el 24 de mayo de 2017, elogió el potencial de China para mejorar las medidas sanitarias en África. En su primera reunión bilateral le aseguró a Li Bin, ministro de la Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar de China, que la OMS seguiría afirmando el principio de una sola China. Desde entonces, Taiwán ha sido excluido de la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS.

Tedros tiene otras razones para no ofender a Beijing. En abril de 2017, las Naciones Unidas celebraron en Sudáfrica una reunión de ministros de salud de 31 países africanos para facilitar iniciativas en ese país. El jefe del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, prometió un desarrollo sustancial a través de su iniciativa la Franja y la Ruta, comprometiendo en 2018 60,000 millones de dólares en nueva financiación para África.

Aún más cerca de su hogar para Tedros, es lo que el régimen ha hecho y sigue haciendo en Etiopía, donde fue ministro de salud y de asuntos exteriores. China prestó a Etiopía 13,700 millones de dólares entre 2000 y 2018. Ahora China está invirtiendo la mayor parte de los 800 millones de dólares para la primera autopista de seis carriles de la nación y 2900 millones de dólares para una vía férrea para llevar las exportaciones al puerto de Djibouti.

El 16 de marzo, Trudeau finalmente anunció una prohibición de viaje para Canadá. Para entonces el virus del PCCh había matado a 16 canadienses e infectado a 424, incluyendo a su propia esposa. Uno espera que después de que la enfermedad golpeó en casa —muy literalmente—se haya dado cuenta de que es en casa en donde hay que tomar las decisiones para Canadá.

The Epoch Times se refiere al nuevo coronavirus, que causa la enfermedad COVID-19, como el virus del PCCh porque el encubrimiento y la mala gestión del Partido Comunista Chino permitieron que el virus se propagara por toda China y creara una pandemia mundial.

Un exinvestigador de equipo de expertos, Lee Harding es ahora un periodista con residencia en Saskatchewan.

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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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